1 mayo, 2024

Colaboración: ensayo

Colaboración: ensayo

Brenda Vanessa Cortés Pérez
Toluca, México; 5 de enero de 2022.
Al parecer los rasgos identitarios son las características que posee una persona en la representación de un grupo/colectivo/comunidad social. Definidos a partir de los sentidos, en una primera impresión se pueden ver, escuchar, oler, saborear y tocar. Uno de ellos ha sido representado por lo más hostil: el color de la piel, la tez con la que el cuerpo está pigmentado.

Dicho de otro modo, es la diferencia más notoria entre una persona y otra, que no sólo es pintada sino definida, esclavizada, violentada, discriminada, hasta ser asesinada. Puede decirse que las diferencias “unifican pero también discriminan, somos iguales pero también diferentes a los demás, las identidades son construcciones sociales y como tales pueden ser impuestas arbitrariamente” 1.

En contraparte a la superficialidad del cuerpo, como literalmente se expresa con la característica anterior, tomar en cuenta los rasgos que representan a las personas de un espacio específico es mostrar respeto y distancia ante lo desconocido para permitir conocerle. Esto sucede con las costumbres, las creencias, las festividades, con los sistemas económicos, educativos y religiosos.

A partir de la subordinación y dominación se ha entendido la posibilidad de progreso del pueblo, pensado como sociedad, pero, ¿qué sucede cuando se busca dejar de hablar el mexicano (náhuatl)? Hablar castellano y después inglés, lengua dominante en el mundo, representa una identificación nula de las personas con la nacionalidad mexicana. Con esto me refiero a las personas nahua-hablantes a las que no les representan, pues la identificación aparece a partir de lo vivido y sobrevivido.

Quiero poner un ejemplo, y espero que logre entenderse: si no trabajo la milpa, la milpa no es mía. Si no es mía, no puedo tomar de ella, pero si el sistema sumerge al espacio indígena pagando por algo de la milpa, entonces se puede consumir de la milpa, vender de la milpa y acreditarse la milpa.

Escribo esta idea para mostrar las rupturas identitarias y las figuraciones mismas que hacen mirar el espectro social o a la persona específica como alguien que pertenece a un museo y que no se le reconoce como persona sino como objeto con especificaciones: “las Naciones Unidas han recomendado a la lengua nativa como una variable clave para identificar a un grupo étnico, asumiendo, como lo señala la UNESCO, que es cada vez más frecuente el bilingüismo y aún más, la persistencia del lenguaje junto a formas de integración cultural muy estrechas. El significado social del lenguaje es importante en general y aún más en estos grupos porque facilita o acentúa la identidad grupal y va más allá de ser un mero código lingüístico”. (2014).

“Aún más en estos grupos” se solicita que se muestre una resistencia ante la opresión que siempre ha existido y también aniquilado como los tantos sucesos de la historia mexicana. Un tiempo característico que no da cabida a las personas indígenas, por ejemplo, es el porfiriato.

Un idioma se considera en peligro cuando no es aprendido por las niñas y los niños 2. Hablar alguna lengua mexicana es una intelectualización reconocida en la academia. Sin embargo, los estados que cuentan con alto índice de comunidades indígenas como lo son Oaxaca, Chiapas y Guerrero están identificados en pobreza extrema. En Chiapas, el 83 por ciento de su población carece de seguridad social; en Guerrero, el 58 por ciento no cuenta con servicios básicos en la vivienda y en Oaxaca el 35 por ciento no tiene acceso a alimentación, los cuales son datos oficiales publicados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social en 2019.

Si los rasgos te identifican como “indio/a”, entonces lo más probable es que tu familia o tú sean parte de los espacios marginados. “En la pobreza no hay rastro de felicidad, ella es la negación de todas las cosas”, dice la escritora maya Marisol Ceh Moo 3. Sin atreverme a ir fuera del tema, aclaro el panorama de lo que sobrepasa el rito y la costumbre como característica religiosa y cito un fragmento del libro “Sólo por ser mujer”, escrito Ceh:}

Tomando en cuenta que en la prisión de la entidad, hay otras personas sentenciadas por el mismo delito cometido por usted, pero ellas o ellos por no ser indígenas van a cumplir con su sentencia, ¿considera justa la libertad obtenida, basada en su condición de indígena?- le pregunta a ella un reportero, que la entrevista después de que ha sido puesta en libertad. Entonces ella contesta lo siguiente:

Lo que tú me dices es que le debo a la justicia. Lo que tú dices es que estoy suelta por ser india. Lo que tú dices no es cierto… porque tu justicia está dormida desde hace tiempo. Tu justicia no estaba cuando, en contra de mi voluntad, mi padre me vendió por cuatrocientos pesos, un par de zapatos y una cadena de oro. Tu justicia no veía cuando mi dueño me trajo a vender chucherías a esta tierra, que no es mi tierra. Tu justicia nunca sirvió cuando el hombre que accidenté me lastimaba el alma y el cuerpo.». (…) «Muchas cosas pasaron que me arrodillaron el espíritu, pero aquí también te digo que nosotros no somos como los blancos, las leyes blancas son para ellos, para nosotros no es igual. Nosotros somos pobres porque no nos dejan adelantarnos hacia lo mejor, simplemente servimos para ser contados, pero nuestros dolores y palabras se pudren como se muere la semilla en la tierra sin agua». (…) «Me gustaría entender cómo funciona tu justicia, nada terminaría bien porque todo comenzó mal, desde el momento que nacemos indio, algo está mal. Nacer indio es nacer sin esperanza; para nosotras es castigo doble, india y mujer es trago amargo, con eso tenemos clausurada la felicidad. Ser feliz en tamaña pobreza es vivir en un paraíso de tontos.

Trabajamos como bestias de carga, ¿para qué?, si a veces el hambre no se apaga y se nos pega por semanas. Entonces tu justicia no ve. Tu justicia debería despertar y enseñarnos que todos tenemos derecho a que nos trate igual. No es por ser india que estoy libre. Estoy libre porque muchos encontraron en mí la forma de pagar un poco de todas sus culpas, que vienen amarradas al olvido de no saber de nuestra existencia. 4

Una costumbre: vender a una hija para seguir comiendo.

Una usanza: servirle al esposo aunque éste la golpee.

Una sexualidad: servirle al marido como objeto de placer.

Una lengua: la que la ató para denunciar.

Indiscutiblemente, admirar lo nativo del espacio geográfico donde crecemos dota de flores la imagen que podemos apreciar (imaginar), pero reflexionar dota de realidad.

*
Fuentes
1 (García y Massé, 2014, p. 3).
2 (Zolla, 2006, citado por Elías y Massé, 2014).
3 (Ceh Moo, 2015).
4 (Ceh Moo, 2015, p. 172-174)

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