5 noviembre, 2025

Sandro: medio año de búsqueda infructuosa

Sandro: medio año de búsqueda infructuosa

Redacción VcV

Toluca México; 1 de octubre de 2021.

La ficha de Sandro se pierde entre los más de 90 mil casos de personas desaparecidas en México. Esta cifra ha ido subiendo de manera dramática desde hace tres años, cuando el gobierno de Andrés Manuel López Obrador informaba que había 37 mil desaparecidos. Después, la cifra llegó a 40 mil y después se dejó de contar, hasta que en 2021 se estacionó en casi 100 mil. Los números representan apenas los casos conocidos o denunciados de alguna manera, son los casos que presentan algún tipo de dato, pero faltan los demás.

Sandro, que así le dice su madre, tiene seis meses ausente o perdido. Nadie sabe dónde está ni el destino que corrió a pesar de que su caso se denunció de manera oportuna a las autoridades del Estado de México. Sandro se llama Elisandro Onofre, en realidad, y vivía, antes de desaparecer, en Xonacatlán.

Su madre, Araceli Vargas, no se cansa de contar lo que ella sabe, porque es la única manera en la que su hijo podría aparecer. El 5 de marzo de 2021 Sandro salió a dar una vuelta al centro de Xonacatlán, un municipio del valle de Toluca ubicado a 30 minutos de la capital mexiquense. Con 23 años apenas, a Sandro se le abrían las puertas de las oportunidades y del desarrollo. Estudiaba diseño gráfico y quería asentarse como tatuador profesional. Era como cualquier otro joven de su edad. Pero ese día todo cambió para él y para su familia.

Ese día, decimos, su madre regresó a casa poco antes de la medianoche y Sandro no había regresado. Llevaba su celular, pero nunca contestó llamadas ni mensajes. Esa noche la familia la pasó en vela esperando que el joven regresara. Al otro día una búsqueda entre sus amigos, primero, confirmó que estaba desaparecido y aunque recorrieron hospitales y otros lugares, no pudieron hallarlo. Las autoridades les dijeron que esperaran 72 horas para denunciar. Sin embargo, en estos casos, no es necesario esperar un solo minuto y las denuncias pueden radicarse de inmediato.


Desde las dos de la tarde, Sandro había dejado de tener contacto con su madre.

“Ya pasaron seis meses y nadie me dice nada. Los que lo buscan dicen que hay que tener paciencia, pero yo solamente quiero que no detengan las investigaciones, porque entonces no habrá manera de encontrarlo”, dice la madre, quien ha tenido que sacar fuerzas de alguna parte para seguir trabajando como obrera en la fábrica de panes y frituras de la Tía Rosa. Pero lo que ella puede hacer lo ha seguido haciendo y cuando tiene tiempo pega la ficha Odisea con los datos de su hijo en todas las calles por las que pasa. Hasta ahora, la difusión de estos datos no ha ayudado gran cosa, pues de Sandro no se tienen pistas.

Ese día, el chico iba vestido de pantalón tipo militar verde, playera rayada de colores gris con guinda y tenis, y su rostro es el único que desde su condición de varón aparece en el Mural de Emergencia por las Desaparecidas, que fue elaborado por colectivos feministas con más de 300 fichas de mujeres a las que se les busca.

Sandro se hizo una perforación en el lóbulo derecho y lleva un tatuaje de lobo en el brazo derecho. Su madre, a seis meses de la desaparición, sigue buscándolo como si él se hubiera ido hoy.

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