Toluca, México; 2 de octubre de 2021.
Ricardo Fabela/ Escuela Superior de Fotografía Lumière
A la edad de 5 años inició todo. Moisés Jaramillo comenzó ayudándole a su padre. Juntos iniciaron con un taller de bicicletas que a lo largo del tiempo tomarían a cargo sus hermanos y Moy, como sus amigos le dicen. Fue aprendiendo del oficio: mecánico de bicicletas.

La escuela nunca le gustó. Él mismo fue comprándose sus cosas. Siempre le llamó la atención saber cómo ganarse algo de dinero, por eso prefirió ayudar a su padre.
A don Moy siempre le ha gustado aprender, por ellos cambiaba de trabajo cada vez que podía.

Pasó de ser aprendiz de su padre a herrero, a trabajar en fábricas de dulces y panaderías; como mecánico, carpintero y hasta terminó en una fábrica de sopas.
Sin embargo, el negocio de las bicicletas crecía, y con esto sus hermanos abrieron sus propios negocios. Don Moy regresó a estos andares.

Fue cuando comenzó a trabajar en la Casa del Ciclista cuando aún estaba soltero.

Ya cuando se casó, se dio cuenta que el sueldo no le alcanzaba y fue que pusieron su propio taller de bicicletas.
Con gran entusiasmo, sacrificio y constancia comenzaron con apenas unas pinzas de presión, unas pinzas mecánicas, un perico, dos desarmadores, un martillo, un arco, a nivelador, bomba para echar aire, el negocio se abrió.

Con más de 20 años en el mercado, don Moy cree que nadie le daría trabajo que no fuera relacionado con las bicicletas. No está acostumbrado a que le den órdenes o dependa de un horario, e incluso a ganar poco, según menciona.
Actualmente, don Niple y su esposa Norma siguen con el taller arreglando desde triciclos, avalanchas, carriolas, carros de pedales y todo tipo de bicicletas.





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