25 enero, 2025

Detención de ex director de Tenería revela estructura de corrupción en la normal

Detención de ex director de Tenería revela estructura de corrupción en la normal

Ciudad de México; 15 de octubre de 2024

Miguel Alvarado

Acusado de entorpecer las investigaciones relacionadas con un asesinato ocurrido en la normal rural de Tenería, el ex director de esa escuela, Cenobio Fuentes Calderón, fue detenido esta mañana en Zinacantepec, Estado de México, y fue ingresado en el penal de Tenancingo, municipio donde se ubica aquella escuela. Sobre Cenobio pesan, además, señalamientos de corrupción como parte de cuerpo administrativo de la institución.

Fue durante su periodo como director que ocurrió el homicidio de un aspirante, Brayan Isidro Zarco Rivera, cuando intentaba superar la denominada semana de pruebas, impuesta a quienes tratan de ingresar como alumnos al plantel.

Zarco murió el 12 de julio de 2024 dentro de la normal porque un grupo de alumnos jugaba “caballo” con él, aunque en realidad le aplicaban un castigo físico. Uno de ellos se dejó caer sobre el joven, de 23 años, con todo su peso, y le provocó un infarto. Una vez que los alumnos se dieron cuenta de la gravedad de Zarco, lo llevaron al hospital, pero falleció en el trayecto. Testigos afirman que eran hasta diez las personas que agredían al ahora fallecido con palos y tubos, pero las autoridades citaron a declarar solamente a cuatro alumnos y finalmente detuvieron a uno, Saúl Adán, a quien le apodan “El Princes”.

Cenobio Fuentes tenía un año como director del plantel, aunque en años anteriores formó parte del cuerpo administrativo de Tenería. En declaraciones públicas, el ahora detenido negó que en la escuela se practicara la semana de pruebas, que ex alumnos y padres de familia reprueban por lo extrema y desconcertante que resulta, pues no arroja ningún beneficio a quienes son sometidos a ella.

Desde las indagatorias iniciales que involucraron evidencia recogida en videos, la Fiscalía mexiquense confirmó que la muerte de Brayan se debió a los golpes que le infringieron, y que le ocasionaron heridas en el pecho, la espalda y el abdomen. Las autoridades determinaron que Brayan había muerto debido a una asfixia torácica que le provocó daño cerebral al joven.

Por su parte, el director Cenobio Fuentes, que llevaba poco más de un año al frente de la institución, dijo que “desde que yo asumí he sido muy estricto en cuestión de cumplir los protocolos a cabalidad, y por lo menos yo puedo hablar, desde que yo asumí la administración para acá, no se había presentado ningún tipo de esta situación”, dijo Cenobio al portal electrónico Animal Político. “Procuramos que los muchachos, en pocas palabras, estén más ocupados haciendo cuestiones, trabajando, por ejemplo, en sus clubes culturales, aprendiendo algún arte, o sea, si eso alguna persona puede llamarlo trabajo forzado, yo estaría en desacuerdo”.

La acusación contra Cenobio, a quien le dicen El Che, es clara y también contundente: “obstaculizó la labor de investigación de la Fiscalía en torno al homicidio de [Brayan]”, es decir, cometió el delito de encubrimiento pues ocultó información. La Fiscalía afirma que “Cenobio se reunió con los probables implicados, quienes le informaron lo acontecido y uno de ellos le entregó un ‘palo de madera de aproximadamente 60 centímetros’, el cual tenía manchas hemáticas, mismo que habría sido utilizado como instrumento del delito para lesionar a la víctima”.

Un testigo señaló que Cenobio supo desde el principio cómo sucedió aquel asesinato y que incluso habría dicho que “los muchachos ya me dijeron lo que pasó y como estuvieron realmente las cosas, yo me encargo”. El ex director no avisó del hecho a las autoridades y permitió que los implicados se evadieran.

Luego, el 15 de julio de 2024, Cenobio impidió que agentes de la Fiscalía entraran a la normal para realizar investigaciones y se negó a recibir documentos oficiales. De acuerdo con las autoridades, eso es un delito que se encuentra estipulado en el artículo 149 del Código Penal del Estado de México y por el cual podría alcanzar una pena de hasta 8 años de prisión.

El caso de Zarco ha terminado por confirmar la descomposición de Tenería, una de las escuelas más repudiadas por el entorno de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FCSUM), y por ex alumnos, profesores y padres de familia que han denunciado una profunda infiltración en esa institución por parte del crimen organizado, lo cual ha ocasionado corrupción y el abandono de los programas académicos.

Más señalamientos contra Cenobio

Un movimiento social impulsado por padres de familia y ex alumnos de Tenería han denunciado las acciones de Cenobio Fuentes desde hace años, así como a otros profesores como el también ex director Carlos Próspero Basaldúa, a quien consideran como autor intelectual de hechos que podrían constituir delitos.

“Me tocó apoyar a un muchacho de Morelos que salió huyendo de Tenería, después de cumplir un mes de clases. Pero él se escondía por temor a represalias por las cosas que están sucediendo en la escuela. A las tres de la mañana los levantan y los meten a una fosa con lodo y excremento de ganado. El joven quiso rebelarse y lo golpearon. Hay veces que los normalistas del Comité amarran a quienes se ponen rebelde, los hincan y los obligan a practicar sexo oral. Yo vivo aquí cerca y me doy cuenta de todas las atrocidades. El domino total lo tienen los estudiantes y un narco que vive ahí adentro en la normal. Es una tristeza, una lástima que una escuela con un prestigio tan grande se haya convertido en otra cosa. Los chavos ya no estudian”, dice el testimonio de uno de los padres de familia que ha observado de cerca los sucesos de Tenería, y que además corrobora que los profesores que no pertenecen a la mafia que controla el lugar han sido despojados de cualquier autoridad.

De acuerdo con los padres y los egresados, Cenobio y Carlos Próspero están involucrados en cobros de derechos de piso y se han visto involucrados en balaceras como la sucedida en mayo de 2023, en la que fueron heridos dos alumnos que habían ido a cobrar 150 mil pesos a Zumpahuacán, un municipio vecino a Tenancingo. Las denuncias por venta de droga en las instalaciones; infiltrados; robo de materiales y equipo de computadoras; cobros por “derechos de piso” a alumnos y empleados; extorsiones; amenazas de encapuchados armados en el área de dormitorios; despidos injustificados; golpizas casi mortales y hasta un asesinato relacionado con ese plantel se han registrado desde hace por lo menos cuatro años.

Los responsables tienen nombre y apellido y se trata de un ex director y de integrantes de la cúpula estudiantil de la normal que para el 23 de mayo habían roto relaciones y se enfrentan por el control de la escuela y por venganzas personales, y señalan al ex director Carlos Basaldúa de repartir ese dinero. Involucran de manera directa a Cenobio Fuentes Calderón de participar en esos negocios ilícitos, y lo ubican como el encargado y beneficiario de la venta de plazas en la escuela. Los denunciantes refieren que Carlos Próspero Basaldúa cesó a los maestros Euriel Rosas Lozada, Pedro Espinoza Ramos, Sergio Herrera Martínez, Martha Lucía “N”, Armando Mancilla Solís, Teodolfo Rivera Tecorral, Daniel Sánchez Muñoz, Axel Cristian Ugarte López y los ingenieros Ángel Camacho Pastrana, Esmeralda Flores Velasco, Amparo Claudia Gómez Jaimes, Giovanni Israel Castro García, Yochimar Camacho Albarrán, los doctores Mitzi Avelar Gallardo, Emmanuel Jardón Hernández, Rodrigo Mercado, así como Erasto Solano Hernández y a Ernesto Serrano Jardón.

“Debe también investigarse a los maestros Alejandro Francisco Salazar Ortiz, Carlos Próspero Basaldúa, Cenobio Fuentes Calderón y a una prefecta a quien identifican como Verónica, quienes en complicidad con el Comité Estudiantil de la normal acosan a trabajadores y los amenazan si no acatan sus órdenes o directrices. Ellos, junto con otros ocho maestros, han tomado Tenería”, dicen los denunciantes, quienes no dudan que Carlos Próspero Basaldúa es el jefe de los infiltrados que controlan la normal.

La conexión con Julio César Mondragón y Ayotzinapa

El profesor Cuitláhuac Mondragón, tío de Julio César Mondragón, recuerda que Cenobio estuvo entre los profesores que decidieron expulsar en 2010 a su sobrino, Julio César Mondragón Fontes, normalista mexiquense que estudiaba en Ayotzinapa y que fue ejecutado el 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero. Antes de irse a aquel estado, Julio César estuvo un tiempo en Tenería y él mismo denunciaba a su familia los absurdos y la violencia de la semana de pruebas.

A él le habían ordenado limpiar una fosa con aguas negras y lo obligaron a trabajar metido ahí sin la ropa adecuada. Después de haber vaciado aquel pozo vieron con estupor que volvía a llenarse con el agua contaminada y que era imposible limpiarla de ese modo. Julio César salió de aquello con una infección en uno de sus pies.

La semana y media de pruebas “empezaba a las cinco de la mañana, cuando los levantaban al grito de “¡Vienen los soldados, vienen los soldados!”, el azotar de puertas y la orden terminante de que los aspirantes se alinearan en disciplinada formación, para luego salir a correr por las calles de Tenancingo”, narraba Julio César a su hermano Lenin, quien también pasó por la misma prueba, aunque él decidió desertar antes de que terminara la semana. A él le ordenaron trabajar en el campo y para eso le dieron una pala doblada y un machete sin filo para cortar la hierba. Al terminar la primera jornada en esas condiciones, simplemente regresó a su casa.

Julio César, que había soportado el castigo, comenzó a cursar su primer año en Tenería pero muy pronto se dio cuenta de otras cosas, entre ellas que el dinero de los boteos se utilizaba para beneficio de algunos profesores y alumnos dirigentes, pero no para la escuela.

La razón de que lo expulsaran en 2010 de Tenería la relata uno de sus amigos en esa escuela, quien recuerda que en una reunión del Comité de Alumnos se daba a conocer el estado financiero. Julio César escuchaba las explicaciones y miraba las cuentas que se les entregaban a los presentes. De pronto se levantó, pidió la palabra y desde su asiento se dirigió a los que estaban al frente. Y preguntó, directo y sin rodeos, por el dinero que se había juntado para la escuela. Se hizo el silencio. Julio César, aprovechando el paréntesis, les reventó allí a los dirigentes: “Muy comunistas, muy socialistas, y mírense, robando el dinero de la escuela. Después abandonó el lugar”, dice el libro La guerra que nos ocultan, escrito por Miguel Alvarado, Félix Santana y Francisco Cruz.

Nueva toma de camiones

Ayer 14 de octubre de 2024, un grupo de unos cien estudiantes destrozó las oficinas de los Servicios Educativos Integrados al Estado de México (SEIEM), ubicadas en el pueblo de Santa Cruz Atzcapotzaltongo, en Toluca. Y la madrugada de este día los normalistas tomaron trece camiones, que metieron a las instalaciones de la escuela. Con ellas iban trece choferes que fueron sustraídos de las terminales de Chalma y Tianguistenco, cerca de las 4 de la mañana. Luego, más tarde, se llevaron dos camiones de la Flecha Roja.

“Los propedéuticos no son idea de los normalistas, sino de infiltrados del mismo gobierno y usan esas pruebas para justificar el cierre de las escuelas. En Tenería ya pocos profesores son éticos, progresistas y rurales. Yo lo digo: por ahí van a cerrar las normales rurales, por los propedéuticos inhumanos”, alertaba en 2016 el profesor Cuitláhuac Mondragón, tío de Julio César Mondragón, y que es egresado de la propia Tenería.

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