Ramsés Mercado: información e imagen. Redacción VcV
Toluca, México; 1 de marzo de 2023
Todo terminó con el líder de los trabajadores sindicalizados del ayuntamiento de Toluca golpeado y detenido por la policía municipal, y con un empleado de Limpia acusado de robar luminarias públicas en las calles de la ciudad. Esta bronca callejera, que además se extendió por la avenida Independencia, frente al edificio de la presidencia municipal, dejó ver una vez más la fragilidad en las relaciones del alcalde priista Raymundo Martínez Carbajal con su propia base de trabajadores, con la que ha mantenido una confrontación tensa desde 2021, cuando se comprometió a pagar aguinaldos y otras prestaciones adeudadas por el morenista-panista Juan Rodolfo Sánchez Gómez, y no lo hizo.
Las golpizas comenzaron antes de que alguien tirara los primeros mandobles y tuvieron su origen en una foto en donde una cámara ha captado a un hombre vestido con un chaleco fosforescente que acomoda una escalera sobre un farol. Subirá luego para bajar después con una enorme lámpara del alumbrado público, que sin más se llevará en un auto compacto rojo estacionado junto a él. Son las 6:45 del 19 de febrero de 2023. La revisión de las cámaras facilitó la identificación. Se trataba de Alejandro “N”, que laboraba en la Dirección de Limpia de la alcaldía y que seguía trabajando de manera normal desde entonces.
La suerte se le acabó esta mañana, cuando agentes de la policía municipal lo rodearon para detenerlo. Alejandro pudo aún hacer una llamada y contactó a su líder sindical, Juan Gabriel Garduño, un hombre al que le ha tocado lo peor de las dos últimas administraciones municipales y ha tenido que pelear a mano limpia por el pago a sus agremiados, que pertenecen al Sindicato Único de Trabajadores de los Poderes, Municipios e Instituciones Descentralizadas del Estado de México (SUTEyM).

Ahí, el líder sindical preguntó por qué era la detención, pero la policía le respondió a golpes. Después fue detenido. Sin embargo, la alerta se había lanzado y ahora decenas de sindicalizados se dirigían al ayuntamiento para defender a su líder. La policía intentó detener a algunos, lo cual consiguió solamente más furia. Mujeres deteniendo a mujeres y hombres mirando los forcejeos en medio de la calle sumaron a la confusión inicial.
-Nos agredieron, pero esto se debió a la negativa al diálogo de la policía de Seguridad Pública- dijo Carlos Estrada, el secretario particular del líder Juan Gabriel, que fue liberado minutos después. Sostenido por dos personas, mostraba en el rostro las huellas de la batalla. Labios hinchados, la camisa rota y con salpicaduras de sangre, él mismo iba apenas hilando las razones del enfrentamiento.

En tanto, Alejandro “N” observaba esposado a unos metros del centro de los pleitos. Custodiado por dos policías, iba entendiendo que todo ese lío era por el robo que le fue documentado sin lugar a dudas.
Mejor callado y discreto, pero sus tenis rojos y su encendida sudadera con gigantescas letras que decían GAP funcionaban como un señalador. Los policías que lo cuidaban pedían ayuda para llevárselo, aunque ya las golpizas habían pasado.
-Un compañero fue detenido sin una orden de aprehensión, lo golpearon. Entonces llegamos porque hay un acuerdo con la Secretaría de que el compañero iba a ser despedido, pero no detenido bajo ninguna circunstancia. Tenemos evidencia de cómo nos golpearon- dijo el secretario particular Carlos Estrada.
Que había un acuerdo con la Secretaría para que no fuera detenido salta de inmediato en esa versión. Además, que no era uno sino dos los detenidos. El secretario del sindicato fue luego a hablar con las autoridades municipales para tratar de desenmarañar esta gresca monumental y dar con los agresores.
