17 julio, 2025

Donación de cuerpos: aligerar la muerte

Donación de cuerpos: aligerar la muerte

 Toluca, México; 31 de octubre de 2024

Maryacarmen Aguilar Franco

“Ser en la vida romero,

romero sólo que cruza siempre por caminos nuevos.

Ser en la vida romero,

sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.

Ser en la vida romero, romero…, sólo romero.

Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,

pasar por todo una vez, una vez solo y ligero,

ligero, siempre ligero”.

 

Donar su cuerpo para beneficio de la ciencia no representó un gran dilema para Maricarmen Patricia Benítez, y en cuanto escuchó sobre el tema en un programa de Radio Educación, emisora de la Ciudad de México, fue cuestión de segundos tomar la decisión y acudir al sitio anunciado para enterarse mejor. Sin mayores preámbulos, empezaría sus trámites de donataria.

Quedó encantada con el recinto, y un sitio que muchos imaginan lúgubre para ella fue armonioso, bien cuidado, hasta estético. Eso le resultó vital. Diagnosticada con cáncer de mama, con extirpación de ambas, y tras haber perdido en menos de cinco años a varios seres muy queridos y cercanos, la muerte era un asunto de natural convivencia y obligada determinación.

El destino de su cuerpo cuando culmine su vida no le apura demasiado, pero tras recibir el diagnóstico de cáncer el tema funerario ocupó sitio especial en su meta de vida, más por quienes se quedarán a despedirla que por ella misma.

El asunto quedó resuelto en un santiamén. Conversó con una joven doctora, quien le explicó todo lo relativo al primer Programa de Donación de Cuerpos en nuestro país y cuyo lema es “Siembra el Futuro”. Lo desarrolla y promueve la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Comenzaron a promocionarlo en octubre de 2016 y los resultados se avizoran positivos. Tal parece que rebasarían expectativas, pero no ha sido así, son muy pocas las donaciones y para promoverlo más tienen una página web en esta dirección.

“Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,

ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos

para que nunca recemos

como el sacristán los rezos,

ni como el cómico viejo

digamos los versos”.

Para Maricarmen Patricia ha sido una conmoción total. Muestra los documentos emocionada, como si fueran los boletos para un gran viaje, aunque sabe que no hay retorno. Para donar, el dieron dos opciones. La primera es “Donación con incineración”, esto quiere decir que se hará la cremación del cuerpo cuando concluyan estudios y trabajos sobre ellos durante un año. Entonces las cenizas se entregan a los familiares, quienes determinan el destino de las mismas.

La segunda opción se denomina “Conservación Permanente”, y se realiza en fundamentos articulados en el Código Civil para la Ciudad de México y el Reglamento de la Ley General de Salud en materia de control sanitario y disposición de órganos, tejidos y cadáveres de seres humanos. La carta firmada por Maricarmen Patricia Benítez, junto con dos testigos, la ubica como “Disponente Originario”, que también rubrica el jefe del Departamento de Anfiteatro de la Facultad como “Disponente Secundario”. En esta modalidad no hay retorno alguno.

El documento estipula claramente que “Vengo a otorgar mi consentimiento para que al momento de mi fallecimiento, previo cumplimiento de todos los requisitos, la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México disponga de mi cuerpo con fines de docencia e investigación y a título gratuito. De igual manera manifiesto que he recibido toda la información respecto al empleo que se le dará a mi cadáver, así como el destino final del mismo, que será de CONSERVACIÓN PERMANENTE. Con el objeto de cumplir con las disposiciones antes señaladas manifiesto lo siguiente”.

“La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos,

decía el príncipe Hamlet, viendo

cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo

un sepulturero».

El trámite y los requisitos son muy simples, nada complejos. El propósito la hincha de orgullo, pues “contribuirá al fortalecimiento de los avances científicos de la medicina en México y aportará a la evolución de otras disciplinas como la antropología, odontología, genética, bioquímica, entomología, entre muchas otras”.

Donar órganos es un tema conocido, pero no por ello hay conciencia y voluntad de suficientes personas. Culturalmente, México es un país difícil para este asunto, son muy pocos los donantes voluntarios y de acuerdo con estadísticas del Centro Nacional de Trasplantes, más de 12 mil personas esperan un riñón. En un año apenas logran tener donante unos 2 mil pacientes. A este ritmo de respuesta los decesos son bastantes.

Otras cifras de hace un par de años reafirman el panorama desalentador. De 405 pacientes en espera de hígado, apenas 154 han recibido el trasplante necesario. En corazón, quizá por ser menor la necesidad, se anota más éxito. De 55 pacientes con necesidad de un nuevo órgano cardiaco, en 29 ya late el corazón de un extraño dentro de su pecho. Otro tipo de trasplantes tiene cifras ínfimas, no por ello fáciles de resolver, pero aquí sólo se enfoca a un objetivo terapéutico y de beneficio individual, es decir, el receptor del órgano donado.

“No sabiendo los oficios los haremos con respeto.

Para enterrar a los muertos

como debemos

cualquiera sirve, cualquiera… menos un sepulturero”.

Permitir la disposición total del cuerpo es asunto de impacto mayor y eso emociona más a Maricarmen Patricia, quien contribuye de esta manera a la docencia “para proporcionar a los estudiantes de medicina y especialistas de las diferentes áreas de salud, los recursos que les permitan alcanzar la excelencia profesional. ¿No resulta esto mucho más emotivo y benéfico para la sociedad?”.

Su cuerpo mutilado, con un caso oncológico algo extraño, adquiere una relevancia mayor ante la vida y sobre todo ante la muerte, cuando esta llegue, dice, porque ya no hay prisas ni angustias al respecto. Tener oportunidad para decidir algo así aligera la vida. Sobre todo, asegura Maricarmen Patricia, le aligera bastante la muerte.

La doctora le explicó con detalle por qué y para qué se debe impulsar este programa. En México, siempre los estudiantes realizan prácticas y estudios en cuerpos no reclamados, que son personas de la calle, principalmente, cuyos historiales médicos se ignoran por completo. La diferencia con el caso de Maricarmen es enorme porque ella llegará con su largo expediente clínico y su cuerpo disponible “para impulsar proyectos de investigación que generen conocimientos en beneficio de la población mexicana”.

“Un día todos sabemos

hacer justicia. Tan bien como el rey hebreo

la hizo Sancho el escudero

y el villano Pedro Crespo”.

Actualmente se toman como referencias en estos temas la información recabada en más de cien universidades de Estados Unidos y varios países de Europa, donde la donación de cuerpos es algo más normal. En México esta es la primera promoción al respecto y tal parece que hay apertura para disponer del cuerpo entregado enfocándose a mejorar e innovar técnicas quirúrgicas y nuevos procedimientos médicos. Otras metas son “fomentar el diseño de dispositivos biomédicos específicos para los rasgos genéticos de los mexicanos”, y sobre todo, indica el programa, “alcanzar la buena praxis médica en aras de impulsar el desarrollo científico de nuestro país”, objetivo fundamental en nuestros días.

Eso es “Sembrar Futuro”, lema que a Maricarmen Patricia Benítez le encantó y convenció. Incluso en el lugar se maneja una imagen conceptual y bien cuidada, de acuerdo con ella, con diseño agradable en todo el entorno arquitectónico y decorativo. Maricarmen imagina desde ahora su ingreso en calidad de cadáver a ese sitio, mucho más amable que en una funeraria, relata emocionada.

 “Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo.

Pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,

ligero, siempre ligero”.

Esto conlleva un valor superior a la necesidad de permitir complacencia de los deudos. Y es que sus familiares y amigos han recibido con estupor la noticia, pero tienen la obligación de respetar, entender y saber cómo han de actuar y organizar la despedida de quien decidió no admitir un funeral común y corriente. Maricarmen espera una entrada triunfal a ese recinto científico. Nada de paraísos ni cielos inciertos, tampoco espera ángeles o demonios.

A sus 59 años, Maricarmen Benítez se convirtió en donadora y tiene varias certezas. Decidió bien su vida y ahora tiene oportunidad para decidir, también, después de su fallecimiento. Eso le aligera el camino, la carga. Le aligera el pensamiento y elimina la angustia de cómo habrá de terminar su historia. Ella resolvió un mejor sendero por donde habrá de encaminar con mejor propósito su muerte.

“Sensibles a todo viento

y bajo todos los cielos,

poetas, nunca cantemos

la vida de un mismo pueblo

ni la flor de un solo huerto.

Que sean todos los pueblos

y todos los huertos nuestros”.

Epílogo

Maricarmen Patricia Benítez falleció mientras recibía todo tipo de tratamientos para el cáncer que le recorrió el cuerpo después de la extirpación de senos. Tal como lo dejó estipulado, su cuerpo se entregó a la UNAM de manera permanente. Muchos otros cuerpos han tenido ese destino y algunos familiares acuden a ese recinto forense de análisis y estudios para colocar ofrendas y rendirles tributo a sus seres queridos, que más allá de la muerte se convirtieron en orgullo familiar por su contribución a la ciencia.

*

«Romero solo», poema de León Felipe.

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