Ramsés Mercado: imagen e información. Miguel Alvarado: texto.
Toluca, México; 12 de marzo de 2022.
Tuvieron que juzgarlo dos veces para por fin encerrarlo por el feminicidio de la niña Fátima Varinia Quintana Gutiérrez, de 12 años, a quien violaron, torturaron y por último mataron en la comunidad de La Lupita, Casas Viejas, ubicado en Lerma, en el Estado de México, el 5 de febrero de 2015. Esa sentencia se había confirmado el 15 de diciembre de 2021, y ahora se hace efectiva.
Se trata del asesino José Juan Hernández Tecruceño, quien recibió una sentencia condenatoria vitalicia por 73 años de prisión, lo cual lo deja de por vida encerrado. Este culpable había sido puesto en libertad, pues un juez así lo dictaminó. La Fiscalía del Edoméx apeló la sentencia y el caso continuó hasta que la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo atrajo. Que esto suceda en un país profundamente feminicida como lo es México y en una entidad que ocupa el primer lugar nacional en ese rubro, representa un hito y un triunfo para la familia de la niña, que ha luchado desde el 2015 para que el feminicidio de Fátima sea castigado. Ahora los tres responsables están en prisión.
Lorena y Jesús Quintana, padres de Fátima, han tenido incluso que exiliarse fuera del Estado de México y cambiar de manera radical sus vidas, pues en ese periplo otro de sus hijos, Daniel, murió por negligencia médica el 24 de noviembre de 2019 en Monterrey, Nuevo León. Daniel, protagonista de otra historia que merece revisarse, fue rechazado por cuatro instituciones de salud, que le diagnosticaron “ansiedad”, pero que no lo atendieron. En realidad tenía “un agujero en la cavidad intestinal, que por ahí estuvo escapando el jugo gástrico y que había invadido los pulmones”, dijo su madre en entrevistas.
Por la crueldad con el que fue realizado, el feminicidio de Fátima se convirtió en un emblema de las protestas contra los asesinatos de mujeres en el Estado de México. Colectivas, organizaciones y la familia de la niña pusieron una placa conmemorativa frente al palacio de gobierno del Edoméx, en Toluca, que fue removida porque la Plaza de los Mártires, el lugar en donde había sido encajada, fue sometida a una remodelación integral. Esa placa, que representa la memoria para la ciudadanía, no tiene ahora el lugar que se había escogido, el paso de miles de toluqueños todos los días.
Los otros dos asesinos de Fátima son los hermanos Luis Ángel y Josué Misael Atayde Reyes. El primero de ellos recibió una sentencia, el 8 de junio del 2017, de 73 años 8 meses, por la privación ilegal de libertad, tortura, violación en superioridad numérica, lapidación y enterrar de manera clandestina a la niña.
Josué Misael Atayde era menor de edad en el momento de cometer el crimen, y está encerrado en el centro de readaptación para adolescentes La Quinta del Bosque, ubicado en Zinacantepec, a 20 minutos de Toluca. Estuvo prófugo dos años hasta que fue recapturado en junio de 2017, pero su estancia vencerá este año, por lo que saldría libre.
El de Fátima es un caso que ha tomado siete años y que no concluye aún. Representa los callejones sin salida que deben transitar las familias que buscan justicia y la laxitud de las leyes cuando se trata de juzgar y castigar a algunos feminicidas. Apenas recientemente se ha puesto mayor atención a los casos debido a las presiones de colectivas, mujeres sobrevivientes y de la sociedad en general, que se manifiesta en las calles para que la administración de la justicia se abra, atienda y sea eficaz y justa.
La joven Karla Meléndez Cedillo
Otro caso, el de la joven Karla Isela Meléndez Cedillo, estudiante de la Facultad de Ciencias de la Conducta, se juzga en la Torre 1 de los Juzgados de Control y de Juicios Orales del Distrito Judicial de Almoloya de Juárez. Su madre, María de los Ángeles Cedillo Camarena, informaba del aplazamiento del juicio el 12 de marzo de 2022, y aunque confía en que el asesino sea castigado, exigió que la aplicación de justicia y las leyes en verdad favorezcan a las víctimas y no al revés.
Efrén, de 42 años y a quien le apodan El Charro, el feminicida de Karla, la habrá matado a cuchilladas el 8 de noviembre de 2020, en la colonia Guadalupe Club Jardín de Toluca. Después de que sus amigas no la localizaran, entraron a su domicilio y la hallaron muerta en la tina de baño, rociada con cloro.
“Que ese agresor no vuelva a las calles para hacer daño. Los abogados defensores no se presentaron hoy y el juez determinó otro momento para llevar a cabo esta audiencia. Llevamos ya mucho tiempo y hasta por cuestiones de pandemia llevamos atraso y hasta los abogados defensores alegaron que estaban enfermos de covid. Estamos esperando, pues lo que se dice es que el asesino tiene derechos, entonces hay que seguir de pie en esta lucha”, apuntó la madre de Karla al salir de los juzgados la mañana de hoy.
El asesino fue capturado cerca de la Central de Abastos de Toluca el 4 de diciembre de 2020 y vinculado a proceso el 11 de ese mismo mes. “Con las primeras investigaciones, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) determinó que aquella madrugada este hombre […] brincó a la azotea donde vivía la víctima e ingresó al domicilio. En el lugar, según lo refirió la dependencia, golpeó a la joven y después la llevó hasta el baño, donde la metió a una tina que llenó con agua. En el afán de borrar los indicios de la agresión, al parecer roció el cuerpo con cloro”, señala la reportera Veneranda Mendoza. Ingresado al penal de Santiaguito en Almoloya de Juárez, y a dos años de lo sucesos, el feminicida no ha recibido sentencia.



