16 enero, 2025

“Que le echen ganas porque todo es posible”: niño sobreviviente de cáncer

“Que le echen ganas porque todo es posible”: niño sobreviviente de cáncer

Ramsés Mercado: imagen e información. Miguel Alvarado: texto.

Toluca, México; 19 de febrero de 2023

Maty es un niño enfermo de cáncer que ha logrado reunir a una parte de la comunidad de artistas de Toluca, a clubes de motociclistas y a un sector de la sociedad que lo apoya en su enfermedad. Tiene un osteocarcoma, lo que quiere decir que se le ha desarrollado cáncer de hueso en su fémur derecho. Las quimioterapias no estaban funcionando y por eso le amputaron la pierna hace siete meses.

-Hace dos años Matías sufría de dolores muy fuertes en las piernas, pero nos decían que eran dolores de crecimiento. Nos confiamos porque mi otro hijo también sufrió de dolores de huesos y creímos que era normal- narra su madre, quien recuerda que fue la abuela quien se percató de que al niño le había salido una bola en la región del fémur. Quince días después, el niño fue diagnosticado.

Matías no tenía ningún síntoma, excepto un dolor y la bola que le salió. La enfermedad del niño contagió a la familia en muchos sentidos. Cambió sus rutinas, la alimentación, los horarios se descolocaron, aparecieron las quimioterapias y los medicamentos. En medio de todos eso, se hallaban el niño, tratando de asimilar lo que le pasaba y tratando de entender lo que podía pasarle.

-Yo siempre he dicho que el cáncer le da a toda la familia, creo que deberíamos ser más empáticos con las personas que conocemos que tienen un familia con ellos, porque no sabemos la situación que enfrentan hasta que nos toca. Matías es bien fuerte y le echa muchas ganas, eso es lo que nos ha ayudado mucho. Además, está lo monetario y pensamos que teniendo servicio médico iba a ser más fácil, pero vimos que no. Nos enfrentamos a la falta de medicamento, pero gracias a la ayuda de todos hemos salido adelante- dice su madre, que presencia la actuación de los artistas solidarios como Ingrid Lozano Woolrich, una cantante que en su trayectoria siempre ha estado presente el tender la mano a quienes puede ayudar.

Pero su madre reflexiona y dice algo que se pasa por alto. Que Matías es apenas un caso, que hay cientos de niños enfermos que no tienen la misma suerte o capacidad y que morirán si no se les ayuda.

Para solventar los gastos han descubierto, entre otras cosas, que pueden vender las tapas de los refrescos, porque un kilo de éstas puede venderse hasta en 9 pesos. Para tener un kilo, hay que juntar unas 330 tapas. Hay otras familias con el mismo problema que recolectan PET o el plástico de las botellas. Sin embargo, se necesita, para empezar, empatía.

-También hay muchos adultos que están pasando por lo mismo- dice la madre, en tanto Matías observa a la caravana solidaria que ha organizado un festival en torno a él.

Lleva un gorrito marrón y su rostro se ilumina casi siempre, porque casi siempre sonríe. Es de pocas palabras, pero de muchas sonrisas. Ha perdido el pelo y las cejas, y su pierna amputada representará siempre un recordatorio de lo valiente que ha sido hasta ahora.

-Me da emoción que estén aquí conmigo, pero de lo que estoy viendo, lo que más me gusta son las motos. Y es que en la moto me gusta mucho hacer caballitos, eso me lo enseñó mi hermano Jared- dice Matías, cuyo rostro acariciado por el viento se ha puesto colorado.

“Que le echen ganas, que se cuiden los niños que tienen cáncer como yo, porque todo es posible”, dice Matías. Y entonces se ríe porque hoy prefiere enseñar que su alegría es su palabra preferida.

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