Miguel Alvarado

Toluca, México; 28 de julio de 2020. Por ahora todo son nombres, pero en la lista que desmenuza el ex director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, hay docenas de mexiquenses y todos, de alguna manera, llevan a territorios de Enrique Peña y Luis Videgaray. No se necesita ser ni genio ni adivino para saber que la política del Estado de México, dominada por priistas desde hace décadas, con ayuda del contubernio de perredistas, panistas y verdes corruptos, así como de pequeños partidos políticos comparsas, será desmantelada si la Cuarta T no comete errores en los procesos judiciales y se apura. Quienes de alguna manera saben que se verán involucrados en los casos que se investigan, ya no están visibles. Y es que la otra razón para ocultarse es el temor a que sufran un asesinato, un método muy utilizado y efectivo como pocos cuando de juicios por corrupción se trata.

Lo que va narrando Lozoya parece una novela de intrigas, o algo más turbio que eso. Por rebote, en el Estado de México saldrán a relucir hasta los pagos a dueños de medios de comunicación desde la administración de Arturo Montiel, porque Lozano se llevará entre los pies a otros políticos todavía más malos que él, como Luis Miranda Nava, el mejor operador político de la familia de Montiel y de Peña, una especie de boxeador que siempre ganó sus combates en modo superlibre, sin reglas y al costo que fuera, aunque no las ganó tosas y esas que perdió lo van a condenar judicialmente.

-Tenemos hasta las conversaciones telefónicas en donde se pactaban pagos sin factura a medios de comunicación -es decir por la libre- en el Estado de México y en la capital del país, sobre todo. Prácticamente están todos, pequeños, medianos, grandes y corporaciones. Hasta de risa es. La corrupción en medios de comunicación alcanza hasta a fotógrafos, sobre todo uno, que se hizo multimillonario al lado de Peña Nieto. Su nombre aparece en las listas que desmenuza la Fiscalía. Ese caso ronda las lindes de lo ridículo, porque cuando trabajaba en Comunicación Social del Estado de México, le dieron el resguardo de los archivos fotográficos oficiales, y se lo dieron tanto que mejor se lo llevó consigo. Ahí hay joyas que relatan, por ejemplo, el ascenso de empresarios como el tamaulipeco Juan Armando Hinojosa, que acompañaba a Peña a giras internacionales cuando formaba o le formaban su imperio, al que llamaron Higa.

Luis Miranda no solamente operó pagos a la prensa, que representan una minucia en comparación con otras cosas en las que estuvo involucrado, y por eso está considerado como uno de los hilos más gruesos de los que hay que tirar para descubrir, o más bien confirmar lo que hicieron Peña, sus parientes y sus allegados en el Edoméx y en la Presidencia.

Por ejemplo, existen testimonios, y se recaban todavía más, del ofrecimiento que hizo a estudiantes de Ayotzinapa para que dejaran de “hacer desmadre”, después de los levantones de Iguala, el 26 de septiembre de 2014.  Luis Miranda Nava era subsecretario federal de Gobierno y tuvo acceso a las investigaciones y al fondo real de la desaparición de los 43 normalistas. Él, junto con Aurelio Nuño Mayer, ex secretario federal de Educación, fueron los encargados de desactivar sobre todo a alumnos que podrían representar una amenaza para ellos. En muchos casos lo consiguieron, pero en otros no, como se sabrá dentro de poco.

Aquí también aparecen inmiscuidos familiares de Enrique Peña, como la ex alcaldesa de Metepec, la prima-hermana favorita del ex presidente, Carolina Monroy del Mazo, además prima del actual gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo.

La corrupción del Estado de México es también la historia del Grupo Atlacomulco y de las familias Peña, Monroy, Montiel, Hank, Vélez, Martínez, Del Mazo y otras que se apropiaron de los cargos públicos y construyeron una especie de linaje que lo mismo alcanzaba para imponer obispos que crear medios de comunicación, abrir negocios de impresión, operar concesionarias automotrices, montar empresas inmobiliarias y también relacionarse con actividades ilegales como el tráfico de influencias, mínimamente. Todavía falta voltear al sur del Estado de México para entrever la maraña que también crearon con el narcotráfico.

Luis Miranda y Luis Videgaray crecieron juntos, de la mano de Montiel y de Peña. El primero, un junior que se juntaba con otro junior -Enrique Peña, pues- y el segundo, un cerebro financiero que recompuso las finanzas del Estado de México, si a eso se le puede llamar que dejará la deuda pública en una cifra de 75 mil millones de pesos. Los tres eran también cercanos a Lozoya Austin, que hoy se ha declarado inocente de los primeros cargos que la Federación le imputa, y que es el ocultamiento de bienes.

Otros nombres que son o serán investigados, nada más una probada, los dio hace meses el columnista Darío Celis: el ya mencionado Juan Armando Hinojosa Cantú, Francisco Funtanet Mange, Gerardo Ruiz Esparza, Gabino Fraga Mouret, José Chedraui Alam, Ricardo San Román Dunne y Erwin Lino Sánchez.

Puros compadres del alma, pues.

Mientras, Peña vive su romance con la joven supermodelo Tania Ruiz, quien cree ciegamente en él y por eso, el día del cumpleaños del ex mandatario, le dedicó un texto conmemorativo en su cuenta de Instagram (https://www.instagram.com/taniaruize): “Yo no solo festejo hoy que es tu cumpleaños . Sino todos los días por tu existencia y por estar en mi vida. Sobran las palabras para expresarte y agradecerte tantos sentimientos y emociones que tengo. Es tu cumpleaños pero el regalo es mío por el hecho de tenerte en mi vida . Solo Deseo que la vida sea tan especial, como lo eres tú para mi y que Dios me permita poderte festejar muchos años más. Hoy y siempre quiero que sonrías, porque hay muchas cosas que agradecerle a Dios. Que este año más en tu vida sea muy bendecido! Gracias Siempre! Gracias por existir! Pero sobre todo GRACIAS A DIOS POR LA BENDICION QUE PARA MI ES TU VIDA!”, dice ella, como pie de una foto en donde aparecen los dos.