Redacción VcV. Karen Colín: diseño. Ramsés Mercado: imagen.
Villa Victoria, México; 20 de julio de 2022
Una de las comunidades rurales más pobres del Estado de México no puede dar acceso al agua al 25 por ciento de sus habitantes porque no se cuentan con una red potabilizadora. Esto quiere decir que unas 6 mil 300 familias son afectadas y no pueden cubrir sus servicios elementales.
En Villa Victoria hay lagunas y bordos repletos de agua que ayudan a hacer frente a la época de sequía en los campos. Pese a eso, y aunque el sector campesino no tiene problemas, los habitantes sí.
“Estamos hablando casi de 30 mil personas que no cuentan con agua en sus hogares para cosas tan básicas como beber, cocinar, lavar trastes, bañarse y esto sucede porque no tenemos una red de agua potable, urge generar inversión para esto”, dijo el síndico municipal Eduardo Reyes Escamilla.
Villa Victoria es uno de los municipios que dota de agua al Sistema Cutzamala, que la lleva desde el sur del Estado de México y atiende necesidades de la capital de la república mexicana, así como de una parte del Valle de México. El Cutzamala es un sistema esencial para la Ciudad de México. Pero el contraste es terrible. Quienes viven en el municipio que aporta el agua no tienen acceso a ella.
Por su parte, la presidenta municipal de aquel lugar, Luisa María Carmona Alvarado, tiene otros datos y está segura de que apenas una comunidad tiene problemas con el agua potable. De acuerdo con ella, el 90 por ciento de los habitantes tienen acceso en sus hogares. La comunidad en problemas es Nuevo Bosque, uno de los 16 ejidos que hay en esa demarcación.
Las declaraciones de la alcaldesa sirven de bien poco para quienes no tienen servicios. Si no hay agua potable, entonces otros servicios básicos también faltarán, pues es indicativo de miseria. Desde 2020 se ha denunciado que los habitantes que viven al lado de la presa Villa Victoria, la más grande del municipio y que se encuentra conectada con el Sistema Cutzamala, no tienen agua en sus casas. Los ejidos de Las Peñas, San Felipe de la Rosa, Casas Coloradas y Ocotillos reportaban que no había red de agua potable para sus domicilios.
El año pasado, esa misma presa padeció también la temporada de sequía que azotó al Estado de México. En su caso, perdió el 75 por ciento del total del agua que puede contener, lo cual agudizaba a la peor sequía que se había vivido en 25 años.
