25 enero, 2025

El legado de las cosas

Toluca, México; 27 de diciembre de 2024

Kevin Osvaldo Contreras/ Escuela Superior de Fotografía Lumière

¿Quiénes somos y qué dejaremos de legado?

Muñecos, fotografías y otros objetos: ¿esa es nuestra manera de devolvemos en el tiempo?

Un ensayo fotográfico de Kevin Osvaldo Contreras describe y documenta los objetos que habitan la casa de Sara Escobar Medina, cómo es que han llegado a lo largo de los años, y además permanecen intactos. Ella es originaria de San Lorenzo Huitzizilapan, municipio de Lerma, pueblo alejado de la urbanización aparentemente muy tranquilo. El tiempo parece transcurrir muy lentamente cuando se mira alrededor de su casa. Ahí están detenidas las ollas de barro que adornan todas las paredes de su cocina, y pueden verse altares que muestran su fe y compromiso con su religión.

“Guardo algunos objetos, algunas fotografías para jamás olvidar los sucesos maravillosos de mi vida”, dice la fotógrafa, que no necesita justificar sus imágenes ni las ollas o los altares, mudos testigos de la vida que ahí transcurre, a salvo de los relojes y de la arbitraria medición a la que las comunidades han sido sometidas, relacionada con la producción industrial pero no con las labores primarias del campo, que de cualquier manera intenta imponerse porque es del campo que se vive en Huitzizilapan, un pueblo famoso por sus festivales ruidosos y poblados de monstruosas y gigantescas figuras que salen a pasear cada año, a finales de febrero, en una acción de gracias por el trabajo y el dinero que a los habitantes les ha permitido vivir durante el año.

Las figuras combaten el mal y los agüeros, así como los objetos que se acumulan se oponen a la desmemoria, al resquebrajamiento y al ruidoso olvido que poco a poco come del ser humano y de sus pensamientos, siempre fragmentarios, propensos a tomar cualquier desvío.

Los objetos en la casa de la fotógrafa están relacionados con los ciclos de la vida, es decir, las temporadas de siembra y cosecha. Son las ollas y los instrumentos de cocina los que han ayudado por siglos a preparar las comidas, que restablecen a los campesinos y ahuyentan el mal. Por eso se quedan, porque son o fueron útiles e incluso en su jubilación se quedan porque a veces nos recuerdan a alguien que las ha usado y cuidado, permitiéndoles cumplir sus propios ciclos.

Facebook: Kevin Osvaldo Contreras. Instagram: _pxnther

Noticias relacionadas

Suscríbete a nuestro boletín de noticias