Redacción VcV
Temoaya, México; 31 de enero de 2022.
A Guadalupe de Jesús Esquila el viaje de sus familiares al santuario católico de San Juan de los Lagos le arrebató casi todo porque la camioneta en la que viajaban se accidentó en la carretera Aguascalientes-León.
La camioneta en la que iban se salió de la pista y volcó. Ahí murieron 13 personas, peregrinos que habían salido de Temoaya, un municipio en el valle de Toluca ubicado a 20 minutos de la capital mexiquense.
La necesidad de expresar la fe y depositarla en una imagen, en términos de viaje y desplazamiento, ha cobrado constantemente la vida de fieles que van o vienen a los santuarios para pedir o agradecer. Apenas el 26 de noviembre de 2021 un camión que se dirigía a Chalma, un punto religioso importante en el Edoméx, se estrelló contra una construcción y murieron 22 personas, que provenían de Sahuayo en Michoacán.
Los circuitos carreteros peligrosos y las condiciones de las unidades y el cansancio de los conductores se combinan. La tragedia, en un entorno de peregrinaje así, no encuentra una explicación adecuada excepto la vivencia de la propia tragedia, el “todo sea por Dios”, la continuación de la vida y la fe pese a todo.
Por eso, que Guadalupe de Jesús Esquivel esté velando a su madre, a su cuñada, a su cuñado y a su sobrino apenas cabe en su comprensión, ya que otros familiares resultaron heridos y son atendidos en hospitales de la región en la que sucedió el percance.
-Cada año iban, eran muy devotos. A mi mamá la vi apenas este viernes y a los otros dos familiares el jueves- dice, mientras en el pueblo se preparan para la despedida final, una manera de ir aceptando las cosas y situaciones que ya no tienen remedio. Porque la fe no mengua.
Ellos se dirigían a San Juan de los Lagos, Jalisco, donde se encuentra uno de los santuarios católicos más concurridos de México, y habían quedado de regresar a Temoaya este domingo. Ese era el plan. Ahora, en la repatriación de los cuerpos, el municipio de Temoaya ha sido determinante para que los cuerpos regresen a su tierra natal. Los cuerpos emprendieron el viaje de retorno en distintos horarios y han ido llegando al municipio en distintos horarios y lo que más le preocupa a Guadalupe es que sus otros familiares accidentados -son sus hermanos- necesitan operaciones y no hay recursos económicos suficientes.
Las personas hospitalizadas son María Antonia de Jesús Esquila, Silvia de Jesús Esquila, Miguel de Jesús Martínez, José Manuel de Jesús Flores y Jimena Mendieta.
-Uno de mis hermanos ya está aquí y aunque se encuentra herido, lo declaran estable. Dos de mis hermanas necesitan ser operadas porque tienen fracturas de pie y cráneo. Otra se quebró el brazo. Uno de mis sobrinos se encuentra intubado y uno más tiene fracturas en brazo y pierna. La hija de una de mis hermanas necesita una operación, ella tiene dos años apenas- dice Guadalupe, que sin embargo tiene la promesa de sus autoridades para que no se preocupe. Sin embargo, los familiares están muy lejos y no pueden trasladarse a ver a los heridos.
El accidente de los peregrinos ha truncado la vida sencilla de la familia Esquila, cuyos sobrevivientes se refugian en su credo y no insisten en preguntar cosas que desde ahí no tienen respuesta.
Fotografía: Ramsés Mercado.