18 abril, 2025

Otra vez Temoaya escenario de feminicidio

Fernanda García

Temoaya, México; 27 de marzo de 2022.

Alrededor de las 10 de la mañana del sábado 26 de marzo, la violencia feminicida golpeó en seco a la familia Rubio Telésforo. El cuerpo de Jalix, una joven de 17 años, fue encontrado en una casa de varios niveles en la comunidad de San Pedro Abajo, en Temoaya.

Un ataúd con el casquete abierto, dos fotografías de la adolescente que cursaba la preparatoria y que tenía la intención de estudiar criminología; copal, velas y flores fueron colocados de manera meticulosa en una mesa del comedor de la que fue su casa.

Su hermana menor fue quien encontró el cuerpo, pues el resto de la familia había salido a trabajar.

Sus padres, Daniel y Lucía, no acostumbran a tener un celular, por lo que se enteraron de la tragedia hasta que regresaron a su casa por la noche, cuando los peritos ya habían recogido el cuerpo, sólo los estaban esperando para continuar el papeleo y trasladar a Jalix a las instalaciones del Servicio Médico Forense.

“Era una niña alegre, tenía ganas de estudiar, yo veía que le echaba ganas a la escuela”, comentó su madre, Lucía, con la mirada fija en las manos que ya no podrán acariciar a su hija.

El cansancio y el dolor se le reflejaba en la voz y apenas podía articular palabra. Relató que estaba esperando a su esposo en Xonacatlán, como cada sábado, pero éste nunca llegó. Se había adelantado a la casa donde Jalix fue golpeada, degollada y posiblemente abusada sexualmente.

“Estuve sentada ahí un buen rato pero luego no llegaba, como a las 8:30 (de la noche) mi niño me dijo que ya nos viniéramos. Antes de irme, fui a despedirme de la niña y me contestó muy bien, me dijo que ahorita regresaba”.

Todos los sábados, mientras su familia salía a trabajar, Jalix se quedaba en el molino que tienen a un costado de su hogar, también aprovechaba para hacer tareas y realizar labores domésticas.

Al filo de las 15:30 de este domingo, llegó Daniel, papá de la víctima, a la casa donde la estaban velando. El ataúd que contiene el cuerpo de Jalix estaba sobre una mesa de madera. Llegó con coronas de flores con un cintillo en el que se leía “Recuerdo de sus padres”.

“Me enteré por el taxista que me trajo a mi casa, y ya llegando una vecina me dijo ‘Fuerte, compadre’, no le pregunté por qué, había gente afuera pero tampoco pregunté, la que me dijo fue mi hija Lili”.

No vio el cuerpo de Jalix ahí, ya estaba en la camioneta del Semefo, sólo pudo juntar los papeles que le pedían, el acta de nacimiento, la identificación oficial y con eso se encaminó a Toluca, al Centro de Justicia para Mujeres donde rindió su declaración y posteriormente a las instalaciones de Servicios Periciales para reconocer el cuerpo de la tercera de sus hijas.

“No sé por qué la mataron, yo diría que era tranquila, pero no sé por qué alguien vino aquí a robarle su vida, yo la dejé en la casa para que la cuidara… para que viera su molino”.

Jalix era tía de Maicha Pamela, otra víctima de feminicidio en Temoaya. Acerca de ese caso, el 9 de mayo del 2020, Eleocadia se despidió por la mañana de Pame, salió con su otro hijo a comparar insumos en lo que parecía un día más en su rutina en la comunidad de San Diego Alcalá, perteneciente a Temoaya, uno de los municipios que conforman la zona otomí del Estado de México.

El cuerpo de Pamela tenía heridas en las muñecas y en el labio. Su madre lo encontró dentro de un tambo lleno de agua, la ahogaron. Aunque no fue violentada sexualmente, para su madre la saña con la que fue asesinada la menor quien acababa de cumplir 16 años, no tenía razón.

En este último caso, el feminicida fue detenido en noviembre del 2021 y el proceso continúa abierto.

Fotografía: Ramsés Mercado.

Cuéntaselo a todos

Noticias relacionadas

Suscríbete a nuestro boletín de noticias