14 julio, 2025

Las lecciones de la historia en la UAEMéx

Las lecciones de la historia en la UAEMéx

Miguel Alvarado

Toluca, México; 3 de marzo de 2020. Que los estudiantes universitarios se lancen a las calles de la ciudad es algo inédito para esa comunidad y para la sociedad en general, que ya no se acuerda que la última huelga en la Universidad Autónoma del Estado de México sucedió en 1976, y le costó el cargo al rector de aquel entonces, Jesús Barrera. En noviembre de aquel año Barrera buscaba la reelección, la cual parecía que conseguiría. Su rival era Crisóforo Zárate Machuca pero también una comunidad que exigía mejoras administrativas, limpieza dentro de los consejos, servicios más competente, aunque todo se centra en la reelección, la cual es frenada en enero de 1977, cuando Barrera renuncia y lo sustituye Antonio Huitrón, un elemento del Grupo Atlacomulco que compite contra Carlos Mercado Tovar, en ese entonces dueño de una pequeña prepa que se llama Isidro Fabela, y que años después regentearía, hoy, pues, la familia de Luis Miranda, familia además de corrupta, relacionada con el negocio del huachicol en el valle de Toluca. La treta funcionó, porque el PRI no sacó las manos ni perdió el poder que detenta, hasta hoy, en la UAEMéx. La huelga de 1976 funcionó para cambiar de gerente, pero no modificó sistema alguno, aunque consiguió algunas cosas, las cuales palidecieron cuando el propio Mercado Tovar, en ese mismo 1977, derrotara a Huitrón en nuevas elecciones. Augusto Isla, un intelectual orgánico, las recuenta en el libro El Paraninfo en Ruinas, una crónica tristísima acerca de los movimientos huelguísticos en la UAEMéx y del periodo que mencionamos.

“A un año de gestión del rector Mercado Tovar,, la administración universitaria apuntaba hacia un modelo de gestión autoritario. Contrariamente a la descentralización anunciada e intentada, la tendencia centralizadora se fortalecía: 1) con el crecimiento espectacular de la burocracia central, cuyos indicadores eran: la multiplicación de las dependencias, sin que esto respondiera a un programa o plan que habría de concretarse en un nuevo y más o menos estable organigrama […]; un crecimiento consecuente del personal burocrático que respondía a una lógica de captación política y no a una racionalidad administrativa”.

Además, se centralizaba el presupuesto y se complicaban los sistemas para ejercerlo en los laberintos que inventaba la superburocracia en la que se sumió la UAEMéx, así como la nula transparencia.

En eso terminó aquel borrascoso periodo, en el que los estudiantes, en el que sobre todo estudiantes de Ingeniería llevaron sus exigencias a la calle y derrotaron al rector Barrera para, después, dejar llegar a Mercado Tovar, quien sentó las bases de lo que es hoy la universidad en todos los sentidos.

Los paros y manifestaciones de 2020 son legítimos pero cometen el error de desdeñar la historia, de no hacer ningún tipo de análisis y de lanzarse con todo contra lo estructural inmediato: el poder de la Rectoría, la falta de interés en la seguridad de los alumnos, el abuso sexual y la poca preparación de la planta catedrática.

Sí, todo eso es verdad.

El movimiento parista que involucra a cinco facultades, no toma en cuenta, sin embargo, los problemas de corrupción en los que se desenvuelve la UAEMéx, más allá de la información pública que existe relativa al desvío de recursos y a la Estafa Maestra.


Tampoco toma en cuenta que las universidades en México se han desarrollado en un esquema político neoliberal, del cual también el partido Morena forma parte. Y ese esquema es el que ha permitido la creación de monstruosas formas de expresión como el extractivismo, los feminicidios y otras cosas, que en conjunto se han llamado “necropolítica”.

Los estudiantes aprenderán, porque son jóvenes e inteligentes, y parece que no tienen miedo. Deberán comprender que esos movimientos que generan son, siempre, gérmenes revolucionarios y por eso indeseables para cualquier tipo de gobierno, incluido el de Andrés Manuel López Obrador, emanado del mismo sistema de la necropolítica mencionada.

Por ahora los chicos de la Facultad de Medicina avanzan por las calles de la ciudad, vestidos con sus batas blancas, exigiendo que no se mate más. Por otro lado, algunos profesores, despedidos por señalamientos de abuso sexual unidos con otros que creen que todo eso es una injusticia, se unen y reclaman.

Que eso, que la expresión de repudio de los estudiantes se nutra y se intelectualice, que no sea solamente producto del momento. Y que eso, esa expresión de hartazgo permee en otras capas de la sociedad, por ejemplo en la de los obreros.

Los obreros, por ahora, son agentes fantasmales que no se han aparecido.

Por eso, recurrir a la historia, pero no a la oficial ni a la que se publicaba en El Sol de Toluca.

Y sí, menos Paz y más Revueltas.

Tags

Cuéntaselo a todos

Noticias relacionadas

Suscríbete a nuestro boletín de noticias