Miguel Alvarado
El Oro, México; 28 de junio de 2021.
Habitantes del municipio de El Oro lanzaron una campaña para detener la destrucción de su patrimonio histórico, que se encuentra amenazado por tres obras públicas que pretenden cambiar la plazoleta del Teatro Juárez, el jardín Madero y las inmediaciones de la Parroquia. El ayuntamiento de este lugar, al que se la ha distinguido con la denominación de Pueblo Mágico, comenzó un proyecto que cambiará radicalmente la arquitectura de la cabecera municipal.
Los habitantes reclaman al gobernador mexiquense, Alfredo del Mazo, para que intervenga y detenga el proyecto, que puede ocasionar un daño irreparable al pueblo: “Ciudadano gobernador: escuche nuestro clamor y reconsidere el proyecto de rehabilitación que pretende implantar su gobierno. Nuestra gente en extrema pobreza debe ser atendida prioritariamente; sólo hasta entonces podremos abordar las obras de restauración que requieren nuestros espacios históricos. Ojalá esta misma preocupación la comparta, por el bien de nuestro municipio”, apuntan.
La semana pasada los habitantes lograron detener momentáneamente las obras de remodelación que ya habían derruido dos fuentes de la plazoleta del teatro. Ahora exigen al ayuntamiento que transparente la información al respecto y que aclare cuál es la empresa que está llevando a cabo este trabajo, a quién pertenece y cuánto ha costado ese contrato.
Los vecinos tratan de llegar a un acuerdo con sus autoridades y al mismo tiempo salvar su patrimonio público.
Ahora, una campaña de firmas y adhesión para la defensa arrancó en redes sociales. Estas buscan la solidaridad de la sociedad en general. En su exposición de motivos, los ciudadanos señalan que el patrimonio de El Oro necesita ser restaurado, “pero por ningún motivo modificado de manera inadecuada, menos aún como fueron recientemente remodelados, con fondos federales, la antigua estación del ferrocarril y el propio teatro Juárez. Estas firmas se suman a otras acciones ciudadanas: una marcha espontánea y una noche en vela para salvaguardar la plazoleta del teatro, taladrada de madrugada cuando ya se había acordado no reanudar su demolición”.
Los ciudadanos exponen que los proyectos turísticos en ese lugar se han impuesto sin consultar al grueso de la ciudadanía y sin una política pública municipal consensuada. “Por desgracia, ha sido evidente que los sustenta el interés económico, antes que el colectivo, pues los principales beneficiados son las empresas que cobran las obras, vinculadas –a decir de la opinión popular– a prestanombres de los propios funcionarios que participaron en la aprobación de costosos proyectos que al día de hoy siguen inconclusos o paralizados”.
En relación a las obras que se han detenido, los habitantes exponen que “el último de esos proyectos emprendidos a espaldas del pueblo se presentó el viernes 18 de junio en el hotel Real del Oro, en una reunión convocada por el Ayuntamiento y restringida a 45 personas, entre ellas, representantes de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras y del Centro INAH Estado de México. He ahí la primera irregularidad: no se trata de un proyecto turístico para trazar un corredor del teatro Juárez al socavón San Juan, modernizando a su paso los emblemáticos espacios de la identidad aurense, sino uno del Programa de Acciones para el Desarrollo (PAD), cuyo objetivo es, entre otros, disminuir la pobreza, pretensión a todas luces injustificada en este caso, sobre todo porque precisamente en el municipio de El Oro hay comunidades gravemente marginadas donde el PAD debería aplicarse para atender sus necesidades más urgentes, como es el derecho al agua”.
El 21 de junio los trabajos de demolición iniciaron con la destrucción de dos fuentes de la plazoleta del teatro, y cuando el proyecto de obras fue difundido, se encontraron con errores que lindaban en lo grotesco. “El asombro fue mayor: con el logotipo del gobierno estatal en tal documento, las obras proyectadas adolecían de una atroz falta de investigación histórica en torno a los espacios intervenidos, donde el brusco rompimiento con el estilo arquitectónico y urbanístico de nuestra ciudad tiende a una indeseable uniformidad, que nos arrebataría el pasado hasta ahora preservado y que es justamente el atractivo que hace único a nuestro pueblo. El martes 22 de junio y el jueves 24, un grupo ciudadano manifestó su inconformidad ante el presidente Marco Barranco, acompañado la segunda vez por su cuerpo edilicio, quien en ambas ocasiones evadieron contestar lo elemental: copia completa del aval del INAH, cuál es el proyecto aprobado, cuándo se llevó a cabo el proceso de licitación y cuál es la empresa contratada. La renuencia a transparentar estas cuestiones genera muchas sospechas sobre las autoridades y los socios que se verían beneficiados. Al término de la segunda reunión, el presidente municipal se comprometió a firmar la minuta elaborada por el secretario del Ayuntamiento, pero hasta este día seguimos esperando su rúbrica”.
Además, señalan que los recursos estatales contemplados para El Oro (109 millones 995 mil 510 pesos) “son una gran oportunidad de desarrollo si realmente se reasignan a los más necesitados y se replantea el proyecto de mejoramiento de la imagen urbana del centro histórico (y se opta por uno) de restauración (donde, por ejemplo, el teatro Juárez recupere sus jardines), en lugar del de rehabilitación, que con tanta insistencia apoya el gobierno municipal, con total desapego hacia lo que nos identifica: la historia y la cultura”.
La firma de la petición para que el gobernador Alfredo del Mazo intervenga se puede realizar en el enlace digital https://secure.avaaz.org/community_petitions/es/gobernador_alfredo_del_mazo_maza_no_a_la_destruccion_del_patrimonio_cultural_de_el_oro_mexico/



