Toluca, México; 21 de junio de 2025
Areli Montserrat Cervantes/ texto e imágenes/ Escuela Superior de Fotografía Lumière
¿Alguien recuerda a la niña que hace años se hizo famosa porque dijo que quería ir al tianguis a pensar cosas? yo la recuerdo. Recuerdo su llanto inconsolable, y sus alegatos, los de su familia. Y supongo que el problema iba más allá de ir o no al tianguis. Pero en algo tenía razón y es la frase por la cual se inmortalizó en memes, “porque quiero ir a pensar cosas”. Y tenía razón.
A veces uno va al tianguis a pensar cosas, o a no pensar en ellas, a abstraerse en lo material del tianguis, lo que existe. A ver y tocar cosas concretas, es como ir en un rio de pensamientos, en un río de gente, porque algo es seguro el tianguis se compone sobre todo de gente. Es una masa de mantiados, tarimas, pasillos, múltiples productos y comerciantes.
Así pues, iba yo un día, pensando cosas (in)tranquilamente:

El futuro
Abstracción
Luego…


Cosa concreta
Cada año, cumplo uno más, un año me refiero
Hoy tengo trabajo
Pero… mañana
Pásele reina pruebe la naranja
Chula, ¿Qué va a querer, ¿qué le damos?
¿Cuántos kilos le pongo?
Y además ni alcanza para nada
La papaya está en 52 el kilo.
Y la manzana más mallugada está en 35.
No importa, hoy me alcanzó para un kilo de manzana y una paya de kilo y medio.
Pero…

¿Y mañana?
¡Golpe avisa! Cuidado
De pronto, me detengo en el puesto de la señora de los nopales y las verduritas a la que siempre le compro. ¿por qué será? El muchacho de atrás vende lo mismo, pero yo siempre me detengo en la misma señora. Es que su puesto es pequeño, y además está solita.

Ajá,
Pues sí tienes empatía,
Me refiero,
Tengo empatía.
Pero también ¡un día podría ser yo!
¿un día podré ser yo?
Todavía no me respondo, pero ese día me quedé pensado que siempre había visto, pero no, a las personas mayores que venden en el tianguis. Los veía porque les compraba, pero no los veía porque no lo hacía conscientemente. Pero qué curioso, que se me juntaron varias cosas para que no sólo las viera (a las personas mayores del tianguis) si no para que desarrollara un proyecto. Fotográfico, además. Documental, además. Lleno de una mirada (la mía) que se fijó en ellos desde una mera preocupación, pero que descubrió mucho más. La risa, la intimidad de las señoras que venden juntas, su buena labia, su timidez, la quietud de sus movimientos, y la calma de sus años.
Ya no solo quiero ir al tianguis a pensar cosas, sino a pensar y tomar fotografías.

Instagram: @monn.ce.r