13 junio, 2025

Coronavirus Fase tres: un territorio inexplorado

Coronavirus Fase tres: un territorio inexplorado

Miguel Alvarado

Toluca, México; 22 de abril de 2020.

– ¿Por qué nosotros sí y por qué ellos no?- gritaban comerciantes ambulantes en la esquina de las avenidas Juárez y Morelos, en el centro de la capital del Estado de México, cuando policías municipales y fuerzas armadas los confrontaron, los rociaron con gas pimienta y a algunos los apalearon.

Las crisis, las grandes y las pequeñas; las económicas, de seguridad y de derechos humanos, las pagan los más desprotegidos. Esta, la crisis del miedo a morir por la pandemia del coronavirus, no es la excepción.

En Toluca, el cierre de comercios

Entonces se soltaron los madrazos. La policía municipal arrojó gas pimienta y los comerciantes ambulantes se les fueron encima, cuando bloqueaban las avenidas Morelos y Juárez en el centro de la ciudad.

– ¡Nosotros queremos comer, ya nos desalojaron!- gritaban los ambulantes al cuerpo policiaco, que poco a poco ganaba centímetros, mientras apaleaba a los más aventados.

El inicio de los operativos de cierre de comercios no esenciales no pudo ser peor, aunque se avizoraba que así pasaría, porque el ambulantaje representa para quienes lo practican una fuente diaria de ingresos que no puede ser cortada. La delgada línea de entendimiento entre los ambulantes y el gobierno municipal, si es que alguna vez la ha habido, se quebró a la primera rociada de gas pimienta. 

– ¿Por qué están cerrando un local sí y uno no? ¡Tenemos hambre, ustedes tendrían hambre también, si se les suspendiera la paga! ¡Ya estamos hartos de que unos comercios cierran y otros no! ¿O qué? ¿Quieren que “empiécemos” a robar?- decían los comerciantes, que veían cómo la policía tomaba control de aquel bloqueo y poco a poco lo disipaba.

Sin embargo, un escenario como este, en donde el enemigo más fuerte mide una micra, y ni siquiera es del grosor de un cabello, es muy difícil de matizar. Por una lado, el inicio de la fase 3 implica el cierre casi total de comercios no necesarios, como tiendas de ropa, electrodomésticos y otros artículos. Sí, podrán no ser necesarios para el consumo vital, pero representan el sustento diario para quienes los ejercen. Algunos, ni en toque de queda podrían permanecer en casa, pues morirían de hambre.

Por otro lado, las grandes cadenas comerciales no cierran debido a que se ostentan como las bodegas de alimento. No cierran, sin embargo, otras de secciones. Negocios como Elektra, del denostado empresario Ricardo Salinas Pliego, dueño además de TV Azteca, no cerrarán y su excusa es muy simple: adentro, en esas tiendas, hay ventanillas de atención del Banco Azteca, que apenas en 12 metros cuadrados ha captado por años la poca riqueza que también la miseria produce. Esos 12 metros impiden el cierre de las tiendas.


– ¡Calma a esos culeros!- gritaban los ambulantes al jefe del operativo, cuando vieron lo que les podía pasar.

En medio de la pandemia, la violencia asoma las narices, acompañada de desempleo, de crisis, y de un anuncio que poco a poco ha ido tomando forma, primero desde el rumor y después desde un anuncio del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien este día dijo que diez subsecretaría de Estado serían desaparecidas, lo cual desató pánico entre burócratas, pues no saben aún si sus funciones serán canceladas o solamente se trata de un cambio de nombre. De cualquier manera, por lo pronto representa una sacudida sicológica cuando ese sector está encerrado. Obrador aseguró que nadie sería despedido ni tampoco bajarían los sueldos, pero esto último, en la esquina de Morelos y Juárez, a las 12 del día, ni siquiera tenía sentido.

Si algo cambiará con la epidemia, no serán los sistemas de producción, ni sus dueños o los dueños del poder.

La avenida Juárez, ahora sí, luce muerta. Apenas una tienda de ropa se mantenía abierta durante los disturbios, pero no podrá mantenerse de la misma forma por mucho tiempo. El fenómeno del encierro también limita las posibilidades de venta y al final las grandes tiendas departamentales acapararán las compras.

Otro capítulo se vivió en los portales de la ciudad, cuando un escuadrón de más de 100 granaderos tomó las calles y, literalmente, las barrieron de comerciantes. A su paso, los comercios que no estaban cerrados tuvieron que cerrar. Esta forma de aplicar la fuerza pública tuvo lugar en calles como Lerdo, Rayón e Independencia. Al final, hubo seis detenidos y cuatro policías municipales heridos, uno de ellos de gravedad, reportó el ayuntamiento.

El centro de Toluca fue patrullado por militares y fuerza pública en el inicio de los operativos de cierre de negocios, que también alcanzaron zonas como la Terminal, otro punto conflictivo de comercio que hasta ahora no ha acatado los pedimentos de cierre.

Ahí sucedió algo similar. A la llegada de las fuerzas de seguridad, los comerciantes salieron a enfrentarlos, cerrando algunas calles. La respuesta fue la misma: los negocios no necesarios y la actividad comercial en las vías se cancelan hasta nuevo aviso.

El frágil territorio de los hospitales en el valle de Toluca

La aplicación de la fase 3 ha traído ya consecuencia debido a las restricciones más severas y recomendaciones más estrictas que debe observar la ciudadanía. Esta fase significa, sobre todo, el aumento en el número de infectados, la cancelación de algunas rutas de transporte, la reducción en la capacidad de los camiones urbanos al 50 por ciento, el cierre definitivo de instancias gubernamentales y el seguimiento a la capacidad hospitalaria con que cuenta cada entidad.

Los 70 hospitales del Edoméx han sido reacondicionados y 19 de ellos, se supone, estarán dedicando pisos enteros para el tratamiento del coronaviros. Al principio de la epidemia, apenas 8 hospitales habían sido acondicionados para la pandemia, pero no se necesitaba ser un experto para prever que no serían suficientes.

En Toluca, además de los hospitales, se adaptará el Centro de Convenciones como recinto para atención médica, y será usado en caso de que la capacidad de los sanatorios sea rebasada. Además, un hospital inflable en Ecatepec fue ya acondicionado y en otros municipios los auditorios funcionarán como albergues para los enfermos. Una proyección del gobierno del Estado de México dice que se infectarán al menos 86 mil personas, pero de fallecidos no dije una sola palabra.

El valle de México también está incluido y su panorama ante el coronavirus es más complicado porque forma parte de la Zona Metropolitana del Valle de México, que aglutina a cerca de 23 millones de habitantes, casi una cuarta parte de la población de todo el país. Ahí, los hospitales por ahora se encuentran marcados en verde y amarillo. Los que ya están en rojo, al tope de su capacidad, son algunos hospitales de la ciudad de México y hasta el 21 de abril, se había declarado que el hospital general Eduardo Liceaga, el Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez, el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, el Hospital de Infectología de la Raza, los hospitales del ISSSTE Ignacio Zaragoza, Morelos y Primero de Octubre, así como el hospital Juárez estaban saturados.

Un mapa de atención sanitaria implementado por la Secretaría de Salud de la Ciudad de México ha unido, en una aplicación, el registro de estos nosocomios, así como también la capacidad o estatus de atención en la que se encuentran diariamente. Este mapa reúne la información del Estado de México y de la capital del país, integrándola en una sola fuente, la cual se actualiza diariamente.

Los hospitales tienen una clasificación que recuerdan los colores de un semáforo: rojo para los que ya no tienen capacidad de ocupación; amarillo, para los que se encuentran a punto de alcanzar su límite, y verde para los que cuentan con espacio suficiente para recibir a los enfermos.

Los cuatro hospitales incluidos en esta base de datos, en el valle de Toluca, son el Centro Médico Toluca ISSEMyM, operado por el gobierno del Estado de México. Su clasificación, en el semáforo   de disponibilidad, es verde, lo cual significa que está casi vacío. Se encuentra ubicado en la avenida Baja Velocidad de San Jerónimo Chicahualco, entre Metepec y Toluca, sobre el Paseo Tollocan. También en verde se encuentra clasificado el Hospital para el Niño, con alta disponibilidad, ubicado en Paseo Cristóbal Colón, casi esquina con Tollocan.

En clasificación amarilla aparecen el Centro Médico Adolfo López Mateos, donde a principios de abril médicos y enfermeras protestaron debido a la falta de insumos para tratar pacientes infectados. Se ubica en la avenida San Juan de la capital del Estado de México. Otro en amarillo es el Hospital General del ISSSTE, cuya dirección está en la colonia Jiménez Gallardo de Metepec, municipio conurbado.

Toluca se encuentra en el décimo lugar de ciudades mexiquenses con mayor número de infectados, con 47 casos y la información de la Secretaría de Salud al respecto señalaba, para la mañana del 22 de abril, un muerto y 58 sospechosos de contagio. Los rangos de edad más afectados en Toluca oscilan entre los 40 y los 44 años, aunque el paciente fallecido estaba en el rango de los 80 años. Según esa misma fuente, el 63.83 por ciento de los infectados en la capital del Edomex son mujeres. Por otro lado, el Estado de México, en su conreo general diario, reporta mil 381 infectados hasta el 22 de abril, según el gobierno federal, aunque los 102 muertos que también preocupan ya.

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