Redacción VcV

Toluca, México; 25 de octubre de 2021.

Roxana Ruiz no tiene a nadie que abogue por ella. A nadie, excepto al colectivo Nos queremos vivas Neza y a su familia, que ha llegado a la Fiscalía del Estado de México a las 11 de la mañana. A esa hora, quizá un poco antes, en Toluca se ha soltado una racha de viento que ha terminado por helar el día. Por eso, aunque el edificio de la Fiscalía no es un buen lugar para casi nadie, una buena parte de la gente se ha refugiado adentro. Y por eso, a las 11 de la mañana, una de las guardias se acerca a estos refugiados para sacarlos del edificio, “porque va a haber una manifestación y nadie puede quedarse aquí en esta zona”.

Así es. La familia de Roxana, y nadie más que ella, ha llegado a las escaleras del Fiscalía, un tramo que hay que subir aunque no se quiera, que hay que aguantar porque el tiempo ahí parece no encontrar un término. Ella, una joven de 21 años que se defendió cuando su pareja quiso violarla, ahora está presa. Esa es la historia de Roxana pero también la historia de miles de mujeres que viven el terror cotidiano de la violencia que se les abalanza en forma de piropo, de mirada, de toqueteo, de abuso, de violación y finalmente de muerte por negarse o responder.

Roxana es oaxaqueña y apenas el 22 de octubre un juez, uno más de los que tienen en sus manos la impartición de algo que en México se llama justicia pero que no lo es, decidió que ella se quedaría en la cárcel cuando aprobó algo que se llama suspensión condicional del proceso. Eso quiere decir que Roxana se quedará en el penal de Neza-Bordo para enfrentar cargos contra el respeto a los muertos y violaciones a las leyes de inhumación y exhumación, en agravio de Sinaí.

inaí, a quien le colocan la “N” para evitar dar a conocer sus apellidos, estaba ebrio cuando intentó forzar a la joven. De acuerdo a la Fiscalía mexiquense, Roxana lo estranguló con una playera el 8 de mayo de 2021 hasta matarlo y después le cortó algunas partes de su cuerpo. Entonces lo metió en costal y una bolsa negra, que fue arrastrando por las escaleras y la calle. Un vecino la vio y avisó a la policía, que la detuvo sobre la calle Organillero, en la colonia Juárez, en el municipio de Neza.

Ella, quien tiene un hijo de cuatro años, ha dado testimonio de que la noche del 8 de mayo caminaba hacia su casa cuando encontró a una amiga, con la que se quedó platicando. Entonces, salido de alguna parte, Sinaí “N”, se unió a ellas y cuando Roxana se despidió, se ofreció a acompañarla. Roxana accedió, porque conocía al joven, que trabajaba en una tienda de abarrotes, pero una vez en su casa, él la obligo a dejarlo pasar y dejar que pasara ahí la noche, porque “vivía muy lejos”. Ella se asustó y a la fuerza tuvo que dejar a Sinaí, quien más tarde, y cuando ella estaba dormida, la golpeó y violó. Pero ella respondió y también lo golpeó. Entonces, con una playera pudo ahorcarlo

“Sé que seré condenada por defender mi cuerpo, por defenderme como mujer, por haber castigado a mi agresor, por no haberme quedado callada y por haber actuado. Pido justicia para mí y para todas aquellas mujeres que estamos presas por haber cometido el peor delito: ser mujer”, dijo Roxana en una carta difundida por el colectivo “Asamblea Vecinal Nos Queremos Vivas Neza”, que la ha apoyado desde que se dio a conocer el caso.

Pero hoy, su familia está sola, protestando en la Fiscalía, mientras ella, vinculada a proceso, debe permanecer en prisión por matar a su violador.