María Fernanda Ampuero/ Gaceta UNAM
Ciudad de México; 10 de diciembre de 2022
Los 23 textos que conforman el cuarto volumen de la colección Crónica, prologado y compilado por la escritora ecuatoriana María Fernanda Ampuero, desentrañan múltiples entornos. Presentado en el marco de la FIL Guadalajara 2022 “éste es un libro agónico. Se gestó en el primer año de la peste, el año desesperado”, afirma Ampuero para hacer alusión al 2020, cuando la pandemia alcanzó su punto más crítico y, no obstante, inició el proceso de compilación.
“Con lágrimas en los ojos y la mandíbula apretada, como se hacen las cosas importantes, se hizo también este libro”, añade. Se trata, sin embargo, de una obra extraordinaria, “un documento sobre estar vivos y lo que eso significa, sobre gente ordinaria dedicada a obrar milagros, sobre seres bondadosos caminando entre perfidias, […] sobre lo que de verdad es importante”.
Catorce mujeres y 10 hombres hispanohablantes escribieron lo que en este punto parece el antídoto, la vacuna o la palabra de salvación para las secuelas emocionales que convulsionan al mundo, por lo cual, cada texto que comienza nos transporta a una latitud distinta, aunque no parecen tan diferentes entre ellas, gracias a la sensibilidad de su compiladora, ya que reconoció en estas voces el retrato de nuestra época y, quizás, procura la esperanza de las siguientes.
Política, diversidad, violencias, migración, amenazas del cambio climático, discriminación y demás problemáticas no han podido encontrar mejor medio que la crónica para extenderse sensiblemente entre el público lector y convertirse en un periodismo vivencial. Estás crónicas que, desde el dolor, han marcado el último lustro, constituyen la aguda mirada de varios autores iberoamericanos y varias autoras iberoamericanas, que probablemente se retomará en algún libro futuro de historia, cuando se hable de los finales de la década de 2010, “coronada”, por supuesto, por la enfermedad de la COVID-19.
Prosigue con “Lo que pasa en Alaska no se queda en Alaska”, del también español Alberto Arce, quien advierte, a través de un engranaje de voces expectantes y dolientes, que en la Tierra “nos estamos cociendo a fuego lento” y alerta sobre la velocidad vertiginosa a la que el planeta se calienta: “el Ártico, su escaso y derretido futuro, nos afecta a todos”.
“Desapareció en México, sólo se hallaron sus restos”, del venezolano Albinson Linares, es un homenaje a la doctora María Elizabeth Montaño Fernández, considerada “embajadora de los temas de inclusión y educación médica, por su trabajo en la Coordinación de Educación en Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social” y quien “desapareció entre sombras en la Ciudad de México”. Su muerte conmocionó a la población trans de la república mexicana, “que después de Brasil, es el país latinoamericano con los peores índices de violencia hacia personas gays, lesbianas, bisexuales, transgéneros o queer, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos”, y donde la esperanza de vida para este sector de la ciudadanía era de 35 años de edad en 2015.
En el cuarto texto de este compendio, la chilena Alejandra Costamagna nos ofrece flashazos sobre lo que significó el triunfo del “Apruebo” en el plebiscito para una nueva constitución en Chile, que se regía desde 1980 por la que fuera escrita durante el régimen dictatorial de Augusto Pinochet. En cambio, con el relato “Sado Gay. Sufrir por amor”, el escritor argentino Enzo Maqueira nos conduce a un bar sadomasoquista para gays en Buenos Aires donde “no se violenta la voluntad de nadie”.
Encontraremos también el texto del maestro mixe Mito Reyes, investigador, ensayista y maestro en literatura mexicana por la Universidad de Guadalajara. “Zaparrisas” nos habla desde el marco del Festival CompArte por la Humanidad 2017, y retrata el entusiasmo de los jóvenes por construir un mundo diferente, en un homenaje al levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional ocurrido hacía 23 años al momento de esta crónica. El festejo, la protesta, la lucha y el optimismo, junto con la admiración por la fuerza de quienes mantienen viva la llama de la justicia, son el corazón de este texto.
Más adelante, en “Los jornaleros forenses: crónica de un nuevo oficio en un país de fosas”, Paula Mónaco Felipe y Wendy Selene Pérez describen y dan voz a “desenterradores” y “buscamuertos”; nos recuerdan que “las entrañas de México esconden cuerpos”, que eso continúa y ocurre en una democracia. Nos hablan de cómo Gonzalo, “el campesino que no sabe leer ni escribir, en pocos años hizo de sí mismo una mezcla de antropólogo con perito forense, de arqueólogo con jornalero. Se hizo desenterrador, un nuevo oficio que muestra el desgarro de un país con más de 40 mil desparecidos y 240 mil asesinatos en 12 años”.
La antología cierra con la reflexión autobiográfica de la mexicana Yásnaya Elena Aguilar Gil, escritora, lingüista, traductora, investigadora y activista ayuujk (mixe) que trabaja en el estudio y difusión de la diversidad lingüística, así como de lenguas originarias en riesgo de extinción. Con su texto “Leer”, describe la manera en que llegó a su comunidad, en la Sierra Norte de Oaxaca, la alfabetización: “de la mano de un proceso castellanizador belicoso, que amedrentaba. […] La enseñanza de la lectura estaba fuertemente relacionada con el objetivo de desaparecer nuestras lenguas”. Consigna la contradicción que subyace en sus actos de lectura, donde percibe la evidencia del triunfo de una imposición: “la lectura, siempre en castellano, se convertía […] en la negación de una posibilidad impensable entonces: leer en mixe, nuestra lengua materna”.
En síntesis, en el volumen encontramos textos y semblanzas de Yásnaya Elena Aguilar Gil, Wendy Selene Pérez, Mito Reyes y Ketzalli Rosas, de México; Alberto Arce, Marta Arias, Mikel Ayestarán, Maribel Izcue, Pablo de Liano, Agus Morales y Mónica G. Prieto, de España; Leo Felipe Campos y Albinson Linares, de Venezuela; Rosa Chávez Yacila y Joseph Zárate, de Perú; Soraya Constante, Sabrina Duque, Santiago Rosero y María Fernanda Ampuero —la compiladora—, de Ecuador; Alejandra Costamagna, de Chile; Flavia Fiorio, Leila Guerriero, Enzo Maqueira y Paula Mónaco Felipe, de Argentina, y Melisa Rabanales, de Guatemala.
La colección de Crónica, editada por la Dirección General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM, inició en 2016.
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