Karen Colín: Diseño. Miguel Alvarado: texto.
Toluca, México; 5 de febrero de 2022.
¿Qué se imagina uno cuando se encuentra con la frase de”los inocentes”? Yo creo que casi todos piensan en los niños. Jugando, en la escuela, haciendo deporte, escuchando un cuento. Y qué piensa uno cuando un niño se sube a un columpio y el mundo se pone de cabeza. Las nubes están abajo como si el niño poseyera una fuerza gravitatoria que puede mover lo inmóvil, que puede detener lo imparable.
Hace mucho que una película acerca de las relaciones entre niños no inquietaba tanto. Hay miles en la cinematografía mundial pero así, de botepronto, uno puede recordar El libro de piedra o Cría cuervos, provistas de terrores luminosos que al final no perdonan ninguna condición humana. Eso es lo que hace Los inocentes, inquietar y al final decir que los niños también son malvados y por eso mismo nosotros lo fuimos. Nada más un vistazo no tan lejano atrás puede demostrarlo: esconder o romper los juguetes de los hermanos, acusarlos de algo que no cometieron, usarlos como cebo para atraer a alguien potencialmente peligroso, aventarlos de la bici, de la azotea son actos que representan una maldad pura porque solamente se hacen para causar daño. Uno imagina qué podría pasar si pasamos por encima del amigo caído con la moto, pero no es suficiente porque quiere vivirlo, comprobarlo. Y entonces lo hace.
Hay muchas películas tituladas igual. Por eso es necesario aclarar que esta a la que nos referimos es noruega, ha competido en Cannes y es estelarizada por niños muy pequeños, casi todos, que solamente hacen lo que harían si no estuvieran dramatizando, es decir, estarían viendo qué sucedería si ellos tuvieran una suerte habilidades psicoquinéticas que les permitieran desplazar objetos, dominar la conducta de otros y mover objetos con el objetivo de saber qué se siente lastimar a los otros.
Escrita y dirigida por el noruego Eskil Vogt, la cinta ha sido catalogada en circuitos muy poco conocedores como de terror porque su narrativa implica muerte, sucesos inexplicables y una sensación casi permanente de soledad, de esa soledad acompañada que estruja el mundo de un niño. Alva Brynsmo Ramstad es una joven que da vida de manera impecable a una autista que sin embargo se integra a un grupo de niños con los que se abre de maneras inusuales y con quienes descubre una potente voz con la cual es capaz de provocar incluso la muerte. Que una autista sea la pila voltaica en la que se recarga parte de la película nos da a entender el sendero que la trama seguirá, poco a poco. Se trata del oscuro camino de un estado mental. Otra niña actriz es Rakel Lenora Fløttum, quien es testigo activo de lo atroz que sus amigos pueden ser. Sam Ashraf, sin embargo, representa la arista más oscura de los niños. ¿Qué se siente matar? ¿Qué hay de incorrecto en ello? ¿Cómo puede uno matar sin que nadie lo note? ¿Es uno capaz, realmente capaz de hacerlo? Este personaje es la representación central de esa maldad niña, de ese miedo párvulo, de jardín de niños capaz de llegar a las últimas consecuencias.
Estremece, por ejemplo, una escena en la que dos de los niños suben a uno de los edificios departamentales donde viven llevando a un gato, al cual avientan desde lo más alto. El gato se desplaza por el espacio mientras los niños lo ven deleitados, emocionados ante la posibilidad de que el animal sobreviva y una vez que lo han comprobado entonces arremeten duramente contra él. El suave pero enérgico “crack” que sale del cuello del gato herido cuando uno de ellos lo pisa para romperle la cabeza perdura durante toda la película y después se extiende hacia nuestras respectivas noches, nuestros días más o menos poblados de fantasmas.
La película fue anunciada en México el año pasado pero nada más. Su estructura narrativa, literaria y profunda, no es rival para quienes programan en masa la oligofrenia de Marvel, DC y sus superhéroes retrasados. Sin embargo, puede verse en la plataforma rusa ok.ru, una red social en la que se han podido subir miles de películas de las que Hollywood apenas tiene noticias. Uno puede inscribirse a esa red y aprender a buscar con ayuda de un traductor, el cual sale por default y facilita las cosas. Increíblemente, se encuentra en youtube, completa, en la dirección que aquí proporcionamos, subtitulada en español. Además de Noruega, participan Suecia, Dinamarca, la pérfida Albión, Francia y Finlandia en su producción, realizada por Mer Film, Zentropa International Sweden, Film i Väst, Snowglobe, Bufo, Logical y Don’t Look Now.
Que los niños se conviertan en asesinos es una realidad que se vive en las guerras, en las clicas, en las pandillas y en los entornos violentos que ellos les toca y los obliga a convertirse en algo que no quieren. Los niños de Los inocentes no son así. Nadie los ha obligado a lanzarse cuesta abajo, sin ningún tipo de freno ni conciencia, excepto la de que uno de ellos es capaz de aniquilarlos a todos. El final se acerca desatado ya entre un reguero de muertos que ha dejado una confrontación infantil, tan mortal como el juego de los ladrones y los policías, pero en serio, o como el de los vaqueros y los apaches pero con sangre real. ¿Qué significa entonces que un niño mate? ¿Habrá perdido con ello la inocencia, la que un adulto cree que tiene porque no se acuerda de sí mismo?
En esta historia nadie es inocente, los niños menos que nadie.