Miguel Alvarado: texto. Ramsés Mercado: fotografías. Fernanda García: información.
Toluca, México; 19 de septiembre de 2022.
Algunos perros que trabajan en la policía estatal están a punto de jubilarse.
Después de años sirviendo en el ala canina, los perros entrenados de la policía que entran en las etapas de vejez son retirados para que pasen sus últimos años de manera confortable, hasta que mueran.
Juan Antonio Flores Jarquín, policía tercero y entrenador canino del Quinto Agrupamiento Canino, que se encuentra en Zinacantepec, tiene 21 años entrenando a los animales de este grupo, que antes reclutaba casi exclusivamente galgos, y señala que todo este tiempo quien más aprendido es él.
-Uno aprende a convivir con los perros, a trabajar con ellos y a entender su lenguaje, porque solamente les falta hablar. Ellos, a su manera, nos van diciendo lo que les falta, lo que necesitan. Son muy inteligentes- apunta Flores Jarquín, quien precisa que los perros, además de participar en operativos de seguridad también lo hacen en la búsqueda de personas desaparecidas, que se han perdido bajo los escombros de alguna casa o edificio en los recurrentes temblores y sismos que suceden en México.
Los perros entrenados por Flores también encuentran a personas muertas, también buscadas por sus parientes. Que los perros las localicen representa un triunfo para el entrenador.
-Los perros nos trasmiten la desesperación de las personas. Nosotros nos tenemos que meter en el canal, en la idea de pensar que quien está ahí atrapado es nuestro pariente. Eso nos cambia a todos el chip- señala Flores. De esa manera, los resultados mejoran y él da fe de que esta agrupación es como una familia que se apoya en todo lo que puede.
Refiere que una de las experiencias que más recuerda es el hallazgo de una narcofosa, hace un año, en San Cristóbal Huichochitlán, que se localiza al norte de Toluca y es una de las zonas más peligrosas de la capital del Edoméx.
-Ahí había tres cuerpos destazados y aparentemente tenían reporte de desaparición desde hacía un año. Nosotros los encontramos. También encontramos el cuerpo de un hombre, en otra experiencia, que se encontraba en una coladera del Cutzamala. En este último caso, un perro de nombre Yeikol lo encontró, yo iba de manejador del perro aquella vez. Hace algunos años, quizá unos 15, una persona fue secuestrada. Trabajaba en la Central de Abasto y en esa oportunidad fuimos al sur del Edoméx a buscarlo. En aquel entonces yo traía un perro de rescate porque antes no teníamos perros para localizar cadáveres, pero aún así el perro lo encontró en un basurero, en un barranco, recuerdo que estaba muy feo pero el can y yo nos adentramos. Ese fue mi primer encuentro- recuerda el entrenador, quien también tiene presente que los familiares de los desaparecidos siempre son quienes llevan la peor parte, pues intuyen que los desaparecidos generalmente aparecerán muertos, cuando los encuentran. Hay casos en que la persona nunca es localizada.
Desde entonces, el entrenador Flores comenzó a trabajar con perros de cadáver, de búsqueda de restos humanos. Refiere que hay varios tipos de perros de búsqueda, por ejemplo los que se ocupan en los desastres o en la localización con presunción de vida.
Ahora es muy necesario tener perros de búsqueda de restos humanos- reflexiona el entrenador, quien también refiere haber participado en las recientes inundaciones en Tlatlaya, un municipio también al sur del Edoméx, en donde sus perros estuvieron rastreando la zona. En ese caso en específico también llevaron drones y otros aditamentos tecnológicos.
El binomio que se forman entre el perro y el conductor o entrenador resulta de vital importancia en el trabajo que se desempeña.
-Nosotros debemos conocer al perro. Todos los perros, como todas las personas, tenemos diferente tipo de personalidad. Hay algunos que toleran que alguien se acerque y hasta dan la mano. Hay otros que no, que rechazan esa cercanía porque son más desconfiados. Si algún entrenados nuevo quiere ocupar un can que no conozca , puede ser rechazado Tiene que haber un vínculo que trasmita lo que al perro le gusta, lo que hace mejor, cuáles juguetes le gustan. Es complejo y el vínculo referido se va reforzando todos los días, con mucho trabajo- señala el entrenador Flores.
La sección canina de la policía estatal cuenta con 72 perros, que se distribuyen entre las tres subdirecciones existentes en los tres colegios de Policía, ubicados en Neza, Tlalnepantla y Zinacantepec. Además, las fuerzas especiales tiene su propia unidad canina, que consta de unos 15 animales.
-Se está gestionando que los perros que alcanzan una edad de retiro sean llevados al Centro Infantil de Rehabilitación con Asistencia Canina ( CIRAC). Por ejemplo, tenemos dos, Hunter y Nico, que ahora trabajan como terapistas de niños. Ahí los entrenan para que ayuden a niños con discapacidad. Los perros obedecen a los niños y así se van tratando los problemas. Pero ese proyecto está en ciernes- señala el entrenador Flores, quien apunta que hay cinco canes a punto de jubilarse.
Los perros que se retiran son ubicados en un área especial y ahí pasan el resto de sus días. Estos perros firman parte del “inventario” del gobierno estatal, que no puede darlos de baja y por consecuencia los perros no pueden ser adoptados. Apenas se realizó una jornada para recabar fondos para estos animales.