Redacción VcV. Diseño: Brenda Cano
Toluca, México; 22 de junio de 2022.
La memoria es corta, los puentes de Tollocan muy largos y los programas que intentan aprovechar los espacios que se forman en esta vialidad, que circunda Toluca, no duran nada.
Hoy, un proyecto de alumnos de la Universidad Autónoma del Estado de México trata de recuperar lo que las vialidades y puentes como los de Tollocan nos quitan: el espacio vital.
La capital del Estado de México es un ejemplo de crecimiento desordenado y sin sentido alguno. Fuera del centro y de algunas colonias, es fea y cada vez es más complicado circular con fluidez. El gobierno ha rechazado ya programas alternos de movilidad como las ciclovías, que podrían comenzar a cambiar algunas cosas. Los intentos de mejorar el tráfico fracasan al mismo tiempo que el deterioro de puentes como los de Tollocan se acentúa.
Se trata de una ciudad en la que ejecutados, narcos y narcomantas, feminicidios, violaciones y secuestros han tomado el control de las calles y sus espacios, sin importar el rumbo. Ahora todo es peligros y también todo está descuidado. Por eso, un proyecto como el de los estudiantes de arquitectura de la Universidad, que propone inicialmente el rescate de 450 metros de los casi 20 kilómetros que mide el circuito, es invaluable.
Durante las administraciones de los gobernadores César Camacho, Arturo Montiel y Enrique Peña se construyeron jardines lineales debajo de los puentes más largos de Tollocan, los cuales existen aún y tienen canchas de basquetbol y futbol rápido. El deterioro, sin embargo, se fue acentuando sin remedio con los años y los espacios, después sin luz ni vigilancia, se fueron perdiendo. También había pistas de patinaje y espacio para patinetas o “skate”, bancas, áreas verdes, juegos infantiles y veredas para caminar. Todo esto se ubica aún a la altura de la Casa de las Artesanías.
Después, en la administración de Eruviel Ávila y todavía en ésta de Alfredo del Mazo, se convocó a artistas plásticos a pintar las bardas y los muros de contención de la vialidad. No era una convocatoria justa porque el gobierno quería ese trabajo gratis y no garantizaba su cuidado y mantenimiento. Ofreció la pintura y los andamios y algunos aceptaron. Así, esos murales pueden todavía verse en algunos puntos aceptablemente conservados.
El proyecto “Bajo Puente Mexiquense” de los universitarios tiene los mismos objetivos que las ideas e intentos anteriores. Se ha partido de la idea acertada de que los puentes son espacios grises, abandonados y desperdiciados.
Esos 450 metros que proponen cambiar, rescatar o modificar inician a la altura de la Casa de las Artesanías y terminan al llegar al entronque con la vialidad Alfredo del Mazo, unos metros antes.
Y proponen que se construya lo siguiente: espscios culturales, skate park, esculturas, espacios comerciales, corredor comercial y gastronómico, áreas verdes y mercado de artesanías.
Cada uno de estos espacios se dividiría en 7 secciones y cada uno estaría representado por un icono de animal como un mapache, un gato montés, ajolote, coyote, teporingo y gecko, que además es la excusa para su decoración y el color imperante en los aditamentos.
Los estudiantes creen que habrá beneficios para todos, comercio incluido. Se trata de lo mismo, pero actualizado. La visión juvenil, un tanto desmemoriada, tiene por fuerza que pasar por alto a la profunda corrupción del gobierno mexiquense y en general de todos los actores políticos de la entidad, que a un año de las elecciones que renovarán al Ejecutivo, se despedazan en luchas internas por encontrar candidato. Y pasa esto por alto porque si no lo hace, entonces la desesperanza aplastaría cualquier iniciativa.
La vialidad se divide en dos grandes secciones, Circuito Tollocan, el área que circunda Toluca y Paseo Tollocan, la gigantesca vía de 10 carriles que forma parte ya de la autopista Toluca-México. Actualmente todo este circuito cuenta con seis puentes elevados y dos a desnivel.