José Enrique Rojas González.
Toluca, México; 11 de junio de 2019. 39 toneladas de basura fue lo que las autoridades municipales, en el marco de la iniciativa Limpiemos Nuestro México, recogieron este lunes en las principales calles de la capital estatal, una de las ciudades más contaminadas del país y cuya población tiene mínima educación ambiental de reutilización y reciclaje de desperdicios.
Datos de un informe del Banco Mundial publicado en 2016 indican que en ese año los seres humanos produjeron 2 mil 10 millones de toneladas de desperdicios orgánicos e inorgánicos, y estimaciones de la dependencia auguran un futuro en el que 3 mil 400 millones de toneladas cubrirán el planeta para 2050.
México es el país de América Latina que más basura genera, en proporción al nivel de ingreso de la población. De acuerdo a los datos de Banco Mundial, el mayor ingreso genera más consumo y como consecuencia mayores desperdicios. Nuestro país produce 1.16 kilogramos de basura, y encabeza la lista seguido de Chile, Argentina, República Dominicana y Brasil, países de ingreso medio alto en la región.
Pero esa media calculada por el Banco Mundial se queda corta comparada con las estimaciones de las autoridades municipales de Toluca. El pasado 5 de junio, en plena conmemoración del Día del Medio Ambiente, la Dirección General de Servicios Públicos de la capital mexiquense manifestó que la capital produce al día 900 toneladas de basura, un promedio de 1.8 kilogramos por habitante, tomando en cuenta que en el municipio viven 489 mil 333 individuos.
Por su parte, el INEGI ha indicado que en todo el país se generan cada día 86 mil 343 toneladas de desperdicios, lo que da un promedio diario de 668 gramos por persona. La pésima cultura del reciclaje y las nulas políticas gubernamentales de los tres niveles para promover el reciclaje han generado que el 87 por ciento de los tiraderos en el país sean a cielo abierto y sólo el 13 por ciento posean las regulaciones sanitarias.
Mientras tanto, el Ayuntamiento de la capital enfoca sus esfuerzos en recolectar y los habitantes en tirar, en un paradoja similar a la de la serpiente que se come su propia cola, en un ciclo que acabará por colapsar a Toluca y sumirla en el caos de la inmundicia. Las zonas más contaminadas de la capital son las más pobres, la periferia, conformada por las delegaciones de San Pablo Autopan, Cacalomacán, San Lorenzo Tepaltitlán, Santa Cruz Azcapotzaltongo, la subdelegación de San Nicolás Tolentino, y Paseo de los Matlatzincas a lo largo de los barrios tradicionales del municipio.