Miguel Alvarado: texto. Ramsés Mercado: información e imagen.
Toluca, México; 6 de febrero de 2023
Rosario Álvarez Gutiérrez tiene un hijo que le fue arrebatado violentamente por los abuelos paternos, y que se llama Nashel Jacob Juárez Álvarez. Ella se divorció del padre, y tenían convivencia con él. Se visitaban constantemente, pero en una visita los abuelos paternos le arrebataron al niño.
-Inventaron que el niño había sido violado. Un juez de lo familiar, sin embargo, había dictaminado que los abuelos no podían tener contacto con el niño debido a la alienación parental que le inculcaban- dice la madre, que afirma que los procesos de recuperación de su hijo no han mostrado avances hasta la fecha.
Ella levantó un acta por privación ilegal de la libertad, pero las autoridades como respuesta le han dado largas. Denuncia a la ministerio público Ivonne Peralta, porque no le ha dado seguimiento al caso, que hace un año tomó el caso. No hay noticias, no hay nada, pero sí maltrato.
El lo que se refiere al supuesto abuso sexual, los abuelos levantaron una demanda de violación. Los médicos sometieron al niño a una revisión, la cual salió negativa. Además, la madre ha averiguado que el niño -para estas fechas tiene 14 años- ya no se encuentra en el Estado de México.
-Sin embargo desconozco la situación de mi hijo, con quién está, si va a la escuela, su estado de salud, no sé absolutamente nada, ni siquiera una llamada tengo, nada. Ya no tengo contracto con el papá- refiere la madre, quien no tiene más hijos.


Para la madre es muy duro saber que el maltrato psicológico al que ha sido sometido el chico es muy grande, pero también el darse cuenta de que la justicia no es justicia, y que no alcanza para quienes no pueden pagar por ella. Ella ha buscado ayuda en el DIF en Derechos Humanos y otras instancias a las que no les importa la situación.
-Mi hijo ha pasado su infancia sin mí. Si él me necesita yo no estoy ahí para ayudarle. Ha sido muy difícil porque estoy deprimida. Mi padre es ahora mi sustento y mi ayuda, pero es muy duro- afirma la madre, quien vio al niño por última vez el 8 de julio de 2018.
Ese día era domingo y al niño le tocaba convivir con su padre, así que lo llevó al centro de encuentros y ahí lo dejó. Luego, las autoridades le hablaron para decirle que había una situación muy grave y cuando ella llegó, le informaron que el niño decía que lo habían violado en la casa de la mamá. Pero eso “lo descubrió” el padre porque observó que le había salido un líquido blanco por el ano cuando lo llevó al baño.
La madre le preguntó al niño y éste le respondió:
-No, mamá. Es que mi papá me dijo que yo dijera eso para que yo me fuera con él.
-¿Tú sabes qué es una violación, hijo? -le inquirió la madre.
-No, mamá. Mi papá me dijo que yo dijera eso- fue la respuesta.
La madre pudo salir con el niño, pero afuera los abuelos llegaron. La abuela golpeando a la acompañante de la madre y el abuelo jaloneó por el niño. Él lo tenía por el cuello, y la madre decidió soltarlo para que no saliera lastimado. Así, lo metieron a un auto y se lo llevaron. El padre no intervino en ningún momento.
Este es uno de los cientos de casos similares en que los padres arrebatan los hijos a las madres como venganza por una relación fallida. Ese tipo de violencia tiene un nombre y se le denomina violencia vicaria, la cual es castigada por la ley. Pero las autoridades casi siempre están del lado de los padres violentadores.

