7 diciembre, 2024

Facturas de hasta $900 mil por luz a campesinos del norte de Toluca

Facturas de hasta $900 mil por luz a campesinos del norte de Toluca

Miguel Alvarado: texto. Ramsés Mercado: imagen e información. Brenda Cano: diseño.

Toluca, México; 22 de septiembre de 2022

Entonces miran sus recibos de luz, expedidos por la Comisión Federal de Electricidad: 20 mil pesos, 50 mil pesos, 79 mil pesos. Hay uno de hasta 200 mil pesos. Nadie lo puede creer y por eso habitantes de las comunidades del norte de Toluca se han reunido para protestar por cobros que jamás podrán pagar pero que además no corresponden, en modo alguno, al consumo que realmente hacen en sus casas y negocios, pequeñas tiendas que de ninguna manera pueden compararse al de fábricas o edificios públicos.

El caso de Gabriela Nava Flores es único. La CFE le desglosa sus cuentas con impecable prolijidad. Se trata de una tarifa doméstica de alto consumo contenida en el Aviso de cobro por ajuste a la facturación 233-2022, fechada el 14 de enero de 2022, emitida por la División Comercial Valle de México Sur Zona DN50 Toluca y firmada por la jefa de la Oficina Alma Nydia Espinoza Becerril.

En el aviso que le hicieron llegar a Nava se le señala que su casa “consumía energía eléctrica a través de instalaciones que evitaban, alteraban o impedían el funcionamiento normal del equipo de medición, utilizando energía eléctrica en forma y cantidad que no está autorizada en su contrato de suministro”.

Después se le señala a Nava que la energía consumida y no facturada durante el periodo comprendido del 9 de septiembre de 2019 al 11 de agosto de 2021 ha generado una deuda de 63 mil 846 pesos.


Luego, a Nava le dan 10 días para pagar. “Evítese mayores gastos y molestias. Regularice su situación”. Gabriela Nava es una mujer otomí que se dedica al campo. Vive al día y no puede pagar esa cantidad, pues no la gana ni en 5 años de trabajo. Ella habita en la región más pobre y depauperada de Toluca.

Pablo Altamirano Martínez, del pueblo de Autopan, denuncia que la Comisión Federal de Electricidad lo emplazó, le extendió un ultimátum de embargo si no paga en dos meses 200 mil pesos. Además, le van a cortar el servicio.

“Y yo la verdad nomás tengo dos televisores e internet. Estoy dispuesto a pagar mi luz, pero yo no tengo una fábrica, ni siquiera uso respirador. Yo soy albañil y para mí esto que me cobran es injusto. Apenas gano 2 mil pesos al mes”, dice Altamirano, que forma parte de una muchedumbre enojada y asustada a la que le han llegado requerimientos de este tipo.

Otro caso es el de Tomasa González, oriunda del barrio de San Salvador, quien tiene cuatro focos en su casa: “no es justo que me cobren mil 553 pesos. Los señores que nos vienen a cobrar nos gritan, nos quitan el servicio. Y el lunes pasado que vinieron, agredieron a nuestra familia. Nos echaron sus camiones encima”, dice la señora, que se fija también en que ni los niños usan computadoras o internet, porque ya regresaron a la escuela. Ella compara y sabe que le cobran lo mismo, con cuatro focos apenas, que cuando sus chicos estudiaban en casa.

Ella se pregunta cómo es que va a pagar, pero también le manda decir a la CFE que cuando regresen sus empleados, ahora sí se van a defender. “Que sea machete, que sea cadena, yo sí los voy a lastimar porque invaden mi casa, se meten, y eso que en la banqueta está mi medidor. Dicen que me van a demandar, pero yo estoy en mi derecho. Se van a ir golpeado si se meten a mi casa”.

El enojo por los cobros y agresiones de los empleados de la CFE es tal que los pobladores comienzan a organizarse para repelerlos. Además, nadie es capaz de explicarles en las oficinas de la compañía los números fantásticos que les cobran a los más pobres de la ciudad. Algunos de ellos no saben leer ni escribir y no pueden pronunciar las cantidades que la CFE dice que le adeudan.

Juan Izquierdo Robles, Jefe Supremo Indígena del valle de Toluca, tiene una explicación muy simple para lo que está pasando, y culpa a la administración de la CFE de manejos abusivos en las tarifas, lo cual ha derivado en abusos e imposiciones, e incluso humillaciones. Los cortes de energía eléctrica sin aviso o notificación representan para la comunidad una agresión profunda. La Comisión de Luz y sus empleados, que hace un mes aplaudían al presiente de México, que anunciaba la “internetización del país”, que sacaría a las regiones más pobres de la miseria o contribuiría para mejorar las condiciones de vida. Los aplausos y porras para Andrés Manuel López Obrador hoy se han convertido en cobros violentos de cifras imposibles, que no indican otra cosa que corrupción, desigualdad profunda y deshumanización.

“A los de la CFE no les interesaba que hubiera enfermos conectados a sus aparatos o que los niños estuvieran estudiando. No tenían piedad de nadie. Llegaban y cortaban la energía”, dice Izquierdo Robles, quien confirma cobros de 2 mil 800 pesos para personas que en su casa tienen dos focos y que gana 700 pesos a la quincena. Pero también alerta que hay recibos de hasta 900 mil pesos. Eso, dice, es discriminación porque son una comunidad indígena.

Con toda alevosía, ante gente que no se sabe defender o no puede, las amedrentan diciéndoles que les quitarán sus cosas con embargos.

“Primero, nos vamos a defender como el pueblo que somos, porque están violentando nuestros derechos. Si llegan aquí, tendremos que defendernos.

No se les va a recibir con flores y rosas, se les va a responder igual. Vamos a manifestarnos de manera pacífica en las oficinas de la CFE el próximo 26 de septiembre. Vamos a estar los pueblos de San Pablo, San Andrés, San Cristóbal, San Mateo y Tlacotepec”, dice Izquierdo, mientras los atribulados vecinos guardan las facturas imposibles de pagar para ellos y para cualquier otro ciudadano.

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