Ramsés Mercado: información e imagen. Miguel Alvarado: texto.
Toluca, México; 16 de noviembre de 2022.
Hace dos años que en la colonia Aviación de San Pablo Autopan, al norte de Toluca, cortan e inutilizan los cables de fibra óptica para internet. El servicio tarda en restablecerse hasta dos semanas, porque hay que reponer las líneas sustraídas. Los vecinos de esa colonia, semirural y una de las últimas en la geografía del municipio, saben que las camionetas que van y revisan en los postes el enjambre de cables, es una señal de que habrá una afectación. No pueden culpar a nadie porque las sustracciones se realizan por la madrugada y hasta ahora no hay una prueba de que así funcione.
Pero pasa.
En Toluca, hay hasta 50 cortes de cable de este tipo a diario.
Estos ataques, sin embargo, no se limitan al espacio de la colonia Aviación. Han afectado a todo Toluca y a los municipios conurbados, así como a hospitales, dependencias públicas, zonas industriales y negocios, además de viviendas particulares. Se ha convertido en un problema de grandes proporciones, porque quienes prestan el servicio señalan que se trata de un fenómeno que ya se presenta en casi todo el Estado de México.
Trabajadores sindicalizados de Teléfonos de México (Telmex) tiene ya ubicados a los responsables. Y creen que se trata de empleados de otras compañías que son enviados para sabotear el servicio de la compañía de Carlos Slim, para que los usuarios se pasen a la competencia, cansados y afectados por la falta de internet.
“Ellos perfectamente saben dónde pueden cortar los cables para poder interrumpir. Esto se ve en todo el Estado de México. En Toluca los puntos detectados son San Cristóbal Huichochitlán, Temoaya, Lerma, San Mateo Atenco, Metepec y más allá en Huixquilucan. Es algo que no es natural”, dice Luis Escobar Ramos, comisionado del Comité Ejecutivo Nacional del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana, quien asegura que este problema tiene su origen en una competencia desleal.
Sin embargo, a pesar de expresar que se trata de compañías desleales, no cuentan con pruebas, pero están seguros de que así sucede. Antes, Telmex daba un servicio sustentando en líneas de cobre, que permitían velocidades altas de transferencia de datos. El cobre, en ese sentido, es valioso para quien lo roba y puede comercializarse, pero no pasa lo mismo con la fibra óptica, pues este material no sirve para nada, excepto para el servicio de internet. En el mercado negro nadie compra fibra óptica, no se puede revender.
Por eso, que se corten cables específicos a los que están conectados miles de usuarios, les da una pauta para aseverar que se trata de un sabotaje. A raíz de esto, la percepción de los clientes apunta que Telmex ya no tiene la capacidad para atender de manera adecuada el servicio que se contrata, lo cual no es verdad desde la versión de la empresa afectada.
Las autoridades estatales tienen conocimiento de los robos, que efectivamente suceden por las madrugadas, sobre todo, aunque hay reportes de que se han presentado al mediodía. Los trabajadores de Telmex piden que intervengan e investiguen de manera profunda.