Fernanda García: texto. Ramsés Mercado: fotografías. Brenda Cano. diseño
Toluca, México; 8 de noviembre de 2022.
El pequeño Diego apenas tiene siete años de edad pero se ha comportado como un guerrero en los últimos dos, porque en 2020, en pleno apogeo de la pandemia por covid-19, fue diagnosticado con dos tipos de leucemia. Su sonrisa y su voz tipluda lo delatan, pero no piensa rendirse.
“Deadpool es mi personaje favorito porque no se puede morir y lucha contra el cáncer”, cuenta mientras sujeta una figura de este antihéroe, una muy pequeñita que sobresale en el entorno en su casa, ubicada en la comunidad de San Diego de los Padres, al norte de Toluca.
Ángeles, su madre, lo abraza mientras relata que la primera lucha fue conseguir un diagnóstico certero.
Diego comenzó con un dolor de estómago, le siguieron vómitos, ictericia, moretones y pecas rojas. Además, perdió el apetito y los médicos de primer nivel confundieron los síntomas con hepatitis y anemia, pero cuando llegó al Hospital para el Niño, en Toluca, se confirmó su diagnóstico y le dieron apenas 20 por ciento de probabilidades para sobrevivir.
“Estuvo en bastantes pruebas hasta que le diagnosticaron con leucemia bilineal, tiene leucemia mileolide con predominio mieloblástica y desde ahí empezamos a luchar contra esta pesadilla y vamos juntos de la mano con Diego y seguimos luchando para su bienestar, seguimos luchando en todo momento, seguimos adelante”, dice ella.
De las estancias en el hospital, que se extendían por semanas, el pequeño trata de recordar que ahí comenzó a sentirse mejor pese a todo.
“Me daban piquetes pero me sentí bien”, comparte con una tímida sonrisa porque lleva cuatro meses sin complicaciones.
Las ganas de sobrevivir de Diego y el amor de sus padres los han llevado a agotar todas las opciones, por lo que ahora recolectan tapitas de plástico para poder continuar con su tratamiento, pues recibe quimioterapias durante una semana al mes.
Aunque la atención es gratuita, en el Hospital para el Niño la escasez de medicamentos para pacientes con cáncer, e incluso de insumos, ha obligado al pequeño a juntar estos productos que las fundaciones que ayudan a los pequeños que padecen esta enfermedad, venden a las recicladoras.
Este año escolar, Diego por fin pudo entrar a la escuela, y ahí recibió su mas valioso donativo.
“Mis amigos de la escuela juntaron muchas tapitas. Me dijeron ‘toma estas tapitas’ y les dije ‘gracias’”.
Pese a lo complicado del pronóstico y a que los ciclos de quimioterapia están lejos de terminar, Diego sabe que va a vencer al cáncer por lo que lanzó un llamado a la población para que le ayuden a conseguir tapitas para asegurar su tratamiento y el de sus amigos del Hospital para el Niño.
Para ayudarlo a luchar contra los pronósticos sólo hay que entrar a la fanpage de Facebook Equipo por DIEGO.
