Naydeli Velázquez Correa/ Escuela Superior de Fotografía Lumière: texto e imágenes. Karen Colín: diseño
Toluca, México; 14 de agosto de 2022.
A lo largo de los años se ha establecido una lucha contra la contaminación que ha ido creciendo en nuestro planeta. En el año 2019 dio inicio la pandemia provocada por el virus del síndrome respiratorio agudo severo tipo-2 (SARS-Cov-2), el cual afectó a la población con la propagación del virus que incluso detonó en pérdidas humanas.
Para evitar que se propagara más el virus, se implementaron algunas normas de seguridad como el lavado de manos continuo, el uso de gel antibacterial, la sanitización en lugares públicos y el uso del cubrebocas.
Lamentablemente, la mayoría hicimos uso irresponsable de éstos y tan sólo en 2020 se dio a conocer que 129 millones de cubrebocas habían sido desechados al año (cálculo aproximado) de los cuales la mayoría terminó en basureros de una manera irresponsable.
Si tenemos en cuenta que están elaborados de tela sintética de propileno, nuestros protectores faciales tardarán 450 años en descomponerse.
El equilibrio entre el cuidado de nuestra salud personal y colectiva, así como el cuidado del planeta seguirá inestable por un tiempo más. Este podría ser un buen momento para comenzar a reflexionar nuestras acciones con el uso del cubrebocas y así procurar al medio ambiente.
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