Toluca, México; 25 de julio de 2019. El Estado de México es una de las cuatro entidades donde más casos de hepatitis tipo A, B y C se presentan anualmente en México. La entidad, junto con la ciudad de México, Nuevo León y Jalisco concentra el 70 por ciento de los casos registrados, que ascienden a 24 mil. Sin embargo, 1.6 millones de personas en México están infectadas, lo que ubica al país como el segundo lugar en América Latina, debajo de Brasil, según datos de la Secretaría de Salud federal.
Las cuatro entidades mexicanas son también las más industrializadas y las más pobladas del país. Tan sólo en el Edoméx hay 17 millones de habitantes y se localizan algunos de los municipios más poblados, como Ecatepec y Neza. También se presenta una de las mayores condiciones de pobreza, pues la mitad de la población padece algún tipo de miseria, así como una de las más profundas desigualdades sociales.
La hepatitis en sus distintas clasificaciones no es un problema menor. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la hepatitis B es una infección hepática potencialmente mortal causada por el virus de la hepatitis B (VHB). Constituye un grave problema de salud a nivel mundial y puede causar hepatopatía crónica e implicar un alto riesgo de muerte por cirrosis y cáncer hepático.
La OMS estima que al menos 80% de los casos de cáncer hepático se debe a la falta de un diagnóstico oportuno, derivado de la escasa cultura de prevención en México, lo que dificulta el control de la enfermedad. El organismo internacional ha manifestado que la baja cobertura de las pruebas diagnósticas y del tratamiento es el problema más importante que hay que resolver para lograr los objetivos de erradicación mundial para 2030.
En el caso de la hepatitis, las manifestaciones clínicas no permiten diferenciar la tipo B de la causada por otros agentes virales y, por consiguiente, la esencial confirmación del diagnóstico en laboratorio.
La organización civil Salud Digna brinda atención a las familias mexicanas a través de sus 100 clínicas ubicadas en 28 estados de la república y más de 60 ciudades.
Para la hepatitis B no hay un tratamiento específico, por lo que la atención se centra en mantener el bienestar y el equilibrio nutricional adecuado, especialmente la reposición de los líquidos perdidos por los vómitos y la diarrea. Una detección oportuna permite
Salud Digna es una asociación civil que contribuye a que cada día más personas tengan acceso a servicios de prevención y diagnóstico de calidad, en el marco del Día Mundial Contra la Hepatitis, a celebrarse el próximo 28 de julio, exhorta a la población a llevar a cabo una sencilla prueba de sangre para la detección oportuna de la enfermedad, a través de la cual se puede distinguir la existencia de alguna infección aguda o crónica.
También el gobierno del Estado de México ha desplegado información respecto de la enfermedad en el sitio http://edomex.gob.mx/dia_mundial_contra_hepatitis, en donde s se explican las distintas características, formas de contagio y tratamientos disponibles. Señala que las hepatitis B y C “son importantes problemas de salud que afectan a 325 millones de personas en el mundo. Son causa de cáncer hepático y producen 1,34 millones de muertes al año. Las hepatitis B y C son infecciones crónicas que pueden mantenerse asintomáticas durante años o décadas. Al menos un 60 por ciento de los casos de cáncer hepático se debe a un diagnóstico y tratamiento tardío de las hepatitis B y C. La baja cobertura de las pruebas diagnósticas y del tratamiento es el problema más importante que hay que resolver para lograr los objetivos de eliminación mundial para 2030”.
Quienes están infectados deben tener en cuenta las siguientes consideraciones: Vacunarse, pues las dosis reducen las muertes por cáncer y cirrosis; revisiones médicas para evitar una enfermedad hepática crónica; dejar o moderar el consumo de alcohol; evitar compartir o reutilizar agujas, jeringas u otros equipos para preparar e inyectarse drogas, esteroides, hormonas u otras sustancias; no usar máquinas de rasurar, cortaúñas, cepillos de dientes ajenos ni hacerse tatuajes o perforaciones en centros no autorizados o informales.