Karen Colín: diseño. Ramsés Mercado: imagen e información. Redacción VcV
Toluca, México; 26 de enero de 2023
Nancy Lorena Chávez sostiene la foto de su hijo. La sostiene al principio delicadamente, como se sostiene algo valioso y después, poco a poco, afloja la presión que hace que sus dedos se tensen. Después muestra otras fotos con los tatuajes que tiene Antony Louis Loza Chávez, un joven sonriente y barbado de 33 años que desapareció en Chihuahua en 2022. Él es oriundo de Metepec, un municipio del valle de Toluca.
-Hace seis meses mi hijo se fue a cruzar la frontera para ir con su papá. Esta era la segunda vez que lo hacía, porque hace dos años se fue. En esa primera ocasión lo agarraron y lo regresaron luego, luego. Pero en esta ocasión él salió de aquí el 3 de agosto de 2022. Estuvo esperando en un lugar a que fueran por él y ese mismo día me llamó muy temprano, a la seis de la mañana, y me dijo que ya se iban- dice Nancy, sentada en la sala de su casa, rodeada de las fotos de su hijo.
En esa llamada, Antony le comunicaba que el viaje para cruzar la frontera se había adelantado y que en ese momento estaban saliendo. Y quedó de avisar de nuevo cuando ya estuviera con su padre, en unos cinco días. Pero en febrero de 2023 se cumplen seis meses de que se familia no sepa nada de su paradero.
-Desde entonces el celular dejó de tener actividad y no tenemos ningún dato de él. Hemos ido a consulados mexicanos y hablamos al de Arizona. También a una fundación que ayuda a localizar personas, y ahí nos dijeron que mi hijo estaba en Michigan, pero nunca nos dijeron en dónde. Eso lo dijeron el 22 de noviembre, y aunque estuvimos llamando al celular nunca nos respondió nadie. Nos dijeron que no tenían modo de comunicarse con él, que solamente por correo- dice la madre, que duda por supuesto de una versión que no puede ser comprobada.
Después de las vacaciones del fin de año, el 6 de enero de 2023, una de las hermanas del desaparecido volvió a marcar a la fundación, pero ahora, sin más, le dijeron a la joven que se habían equivocado y que quien estaba en Michigan no era su hermano.
Pero eso a la familia no le cuadra, porque en esa fundación tenían un registro de Antony, el cual incluía hasta huellas digitales, así como fotos y datos particulares. La familia de Antony en Toluca no sabe qué hacer porque además la distancia les ha impedido hacer algo más efectivo. Y no sólo eso, sino que han sido blanco de extorsiones.
Desde que Antony salió, dejó de tener actividad en redes sociales también, y semanas después la foto que aparecía en el celular fue bajada.
-Sí, lo que pasa es que yo hice un boletín y lo pusimos en las redes. Y ya de ahí nos han llamado para decirnos que lo tienen secuestrado y que no estemos publicando- dice la madre, mientras dice, para sí misma y para quien la oiga, que no se rendirá.
Antony cruzaría la frontera para trabajar con su padre. A eso iba. A la familia aún le falta denunciar el caso ante las autoridades del Estado de México.