Karen Colín: diseño. Miguel Alvarado: texto. Ramsés Mercado: imagen.
Ciudad de México; 13 de febrero de 2023
Han terminado las precampañas electorales en el Estado de México. Se trataba en principio de un ejercicio para convencer a los militantes de los partidos para que votaran por tal o cual personaje. Pero las elecciones del 4 de julio de 2023 que buscarán nuevo gobernador no tienen esas características porque se han formado dos bloques. El primero, que se autodenomina de Izquierda, junta a la aplanadora en que se convirtió Morena con el ínfimo Verde Ecologista, en el cual militan los juniors del priismo y se convertirá en la puerta de acceso más fácil para los intereses del tricolor. Además, en ese bloque disarmónico e inaudito, se suma el pequeño Partido del Trabajo. Esta alianza tiene ya como candidata a la profesora Delfina Gómez, que ya compitió en comicios similares contra Alfredo del Mazo y perdió. Ella arrastra señalamientos comprobados de corrupción cometidos cuando fue alcaldesa de Texcoco, los cuales se sacude explicando que se trata de un acto que derivó en una sanción contra el partido, no contra ella. Ese es un bloque.
El otro es el del PRI y su increíble unión con el PAN y el PRD. Otra aberración ideológica que además incluye al Nueva Alianza de Elba Esther Gordillo. Sólo así, dicen, podrán parar a los morenistas, que de acuerdo a encuestas de todo tipo los ubican con una ventaja inicial de hasta 25 puntos, lo cual tendría que reflejar la predisposición inicial de un padrón electoral de unas 10 millones de personas, el más grande del país, y que registra a una inmensa mayoría viviendo en el valle de México. Esa región es parte de la Zona Metropolitana del Valle de México, en realidad una jungla humana porque ahí habitan hasta 25 millones de personas, una quinta parte de la población del país entero. Ese PRIANRD lleva como candidata a Alejandra del Moral, ex alcaldes de Cuautitlán Izcalli y ex secretaria del gobierno de Del Mazo. Una vez que comiencen las campañas oficiales, el escrutinio a su trabajo se hará público y equilibrará la balanza en la que está montada ya Delfina. Por eso, los bloques cerraron sus precampañas en Texcoco, porque además se trata de un símbolo muy zafio del Grupo de Acción Política, el bastión de Higinio Martínez, líder de ese GAP y cacique de la región que se ha hecho cargo de Morena desde 2018 como operador político.
Una tercera opción electoral es la de Juan Zepeda, que compite por Movimiento Ciudadano y que más bien arrebatará algunos votos a Morena, lo mismo que Adolfo Murat, el primo del ex gobernador de Oaxaca, José Murat, y que irá como independiente. Su objetivo será llevarse unos cuantos votos que podrían ser más fácilmente de Morena que del PRI.
Así, los bandos reclaman “la victoria” en las precampañas, que finalmente eran abiertas y cualquiera podía asistir. A Del Moral se le documentó el acarreo de escolares a una de sus reuniones, pero nadie dijo nada acerca del acarreo de los maestros federales a las reuniones de Delfina, que lo mismo han apoyado en mítines presidenciales o en marchas del presidente López Obrador. Los bandos harán todo lo posible por ganar y eso quiere decir que harán trampa, que acusarán a los rivales y que negarán las acciones de corrupción cometidas en el pasado. Usarán frases manidas y trilladas como las de que preguntan qué estaba haciendo uno cuando el PRI gobernaba y saqueaba el erario público, o las de que se debe evitar que México se convierta en Venezuela. Esas dos frases dan idea muy clara del nivel intelectual del electorado nacional y del estatal. Aquí, pro ejemplo se anticipa que entre 35 y 40 por ciento de esos 10 millones de habitantes no voten porque ésa ha sido la tendencia en los últimos 20 años, incluidos los comicios federales.
La semana pasada fue localizado un entierro clandestino en los límites de Lerma y Ocoyoacac. Lo hicieron porque un grupo de sicarios del Cártel de Jalisco Nueva Generación capturado recientemente confesó que en el paraje de Cañada de Alférez había una casa de seguridad y alrededor hasta nueve narcofosas. Y cuando rascó en los puntos en los que le indicaron, la policía halló 68 envoltorios con restos humanos y al menos un cuerpo entero. Pero esa casa de la muerte no es la única. Hay que sumarle las tres que se hallaron al norte de Toluca, en Autopan, y la pista de baile abandonada en la que la Fiscalía afirma que habría hasta 100 personas enterradas. En todos los casos, el narco metido.
Hace diez años era impensable que en Toluca se encontrara algo así, pero todo ha cambiado radicalmente. La capital mexiquense es una plaza que trabajan y pelean los cárteles como el de la Familia Michoacana y el Jalisco, que comenzaron peleando por el sur del Estado de México y terminaron operando en equipo. La Fiscalía ha realizado por años trabajo de seguimiento al cártel de la Familia, al que ha terminado por desmenuzar muy profundamente. Conoce las propiedades de los líderes, sus compras, sus gustos por las bandas musicales y los jaripeos, tiene facturas de las compras que realiza, ha elaborado un organigrama con los jefes de plaza del cártel y sabe por dónde se mueven en el Triángulo de la Muerte, en la frontera entre Michoacán, Guerrero y el Edoméx. Lo único que la Fiscalía no ha hecho es capturarlos.
En la Fiscalía estatal creen que los días del titular, José Luis Cervantes, está contados porque Morena ganará las elecciones y habrá cambios en los cargos más importantes. Pero quien quede se goleará en seco con la realidad sicaria del Estado de México y de sus narcofosas diseminadas por todo el territorio.
Mientras, Delfina y Del Moral se declaran las mejores, las más listas, las más populares, las más comprometidas. Y una buena parte de la población les cree.