Marco Antonio Rodríguez
Toluca, México; 23 de octubre de 2020. Leonarda Rosas Sánchez salió el jueves 15 de octubre de su casa, iba por una recarga telefónica pero ya jamás volvió; no con vida. Luego de cinco días le notificaron a su madre que el cuerpo de su hija fue hallado detrás del panteón de Santa Cruz Atizapán. La señora Juana Sánchez Cid, narra con su agotada voz, la poca que le queda, la desoladora historia de su hija:
-Ella era una muchacha tranquila; mi hija no era vándala. Trabajaba la costura conmigo y muchos la conocen.
Luego señala a un niño, que la contempla sin entender el porqué de su llanto, y apunta:
-Este niño… este es su hijo que me lo dejó; él es mi niño, Sebastián . Tiene cuatro años y mire, ya me lo dejaron sin mamá.
De acuerdo con la señora, ante su desesperación y la lenta intervención de las autoridades en el proceso, ella junto con su familia buscaron en cada rincón de Almoloya del Río y Santa Cruz, “pero nunca pensamos que fuera a estar hasta por allá y de esa forma”. Señala que incluso llegaron a pensar que, lo que nunca, ese día habría ido a casa de sus amigas, pero tampoco.
El lunes siguiente fue a presentar la denuncia correspondiente ante la Fiscalía mexiquense, donde le prometieron volantear la imagen de su hija. Apenas una hora después, esto a las 6 de la tarde aproximadamente, recibió una llamada de este organismo; le pedían acudir de vuelta lo antes posible.
Dada la distancia a la que se encuentra respecto al organismo, le fue imposible presentarse de inmediato, sin embargo, para las 8 de la noche en que llegó al lugar ya la esperaban un psicólogo y un médico forense, quienes le pidieron reconocer un cuerpo e indicar si se trataba del de su hija. No fue sino su esposo y otra de sus hijas quienes lo hicieron. Efectivamente, era Leonarda.
-Cuando ella salió me agarró a besos. Me dijo “allá nos vemos en la casa, mamita” –recuerda de pronto la señora Juana.
Dice desconocer las causas exactas del feminicidio de su hija, no obstante sabe por su esposo que fue golpeada, apuñalada y luego degollada.
Su asesinato se suma a los 106 que hasta septiembre contabilizaba el Estado de México, pero también los 704 perpetrados en todo el país.
Fotografías: Ramsés Mercado
