24 enero, 2025

Somos. Estamos. Y Viceversa

Somos. Estamos. Y Viceversa

Miguel Alvarado: texto. Brenda Cano: diseño.

Toluca, México; 19 de septiembre de 2022.

Hace cuatro años Viceversa publicaba su primera información: el 19 de septiembre de 2018, un año después del gran terremoto que destruyó parte de la Ciudad de México en 2017 y de otras zonas, todavía poblaciones del Estado de México como Joquicingo intentaban recuperarse y reconstruían, recogían, arreglaban sus calles y casas, sus iglesias y jardines, y se ponían en paz con sus difuntos. Las de Joquicingo levantándose fueron nuestras primeras imágenes, las primeras palabras que pronunciamos y escribimos.

Desde entonces seguimos con asombro el paso de la realidad que nos toca y aunque a veces quisiéramos decir que es suficiente, que es bastante, no podemos. Nuestras páginas están llenas de feminicidios, de desaparecidos, de levantados, de asesinatos, de presos injustamente, de niños maltratados hasta la muerte, de denuncias de todo tipo y se puede leer y ver el despropósito y desprecio por la vida de muchos que no sólo presumen de eso, sino que lo practican.

Atestiguamos la sinrazón, la estulticia de los políticos, los engaños de quienes se hacen pasar por honorables, las investigaciones torcidas y también la credulidad llevada a extremos que hoy mismo resultan peligrosos para todos. Hemos asistido al encumbramiento de proyectos políticos y a también a su paulatina transformación, su trayecto meteórico por hacerse del poder y arrojar a un lado a los compromisos sociales que pactaron con los ciudadanos. Nos movemos entre la pobreza, entre la miseria y los disfraces más monstruoso con los que se vende la dignidad. Casi todos los caminos que hemos recorrido tienen finales o pasajes que nos muestran el resultado de una violencia cada día más letal. Durante la pandemia, vimos morir a familiares nuestros, a nuestros vecinos y a decenas de personas en Toluca y en el Estado de México.

Y todo eso nos ha ido formando a cada uno de nosotros, como equipo y como personas, como periodistas y redactores.


En el lado de la luz hemos seguido hazañas que dan fe del espíritu humano que no se rinde y que prefiere, a pesar de cualquier dificultad, intentar cosas y emprendimientos.

Quienes se oponen a la violencia cotidiana y a las injusticias que nos aplastan aparecen en nuestras páginas como ejemplo para otros y para nosotros de la importancia que tiene levantar la voz y defenderse para vivir en paz, en un país sin violencia, que permita trabajar y sostener a nuestras familias.

Pero observar es apenas parte del trabajo que nos toca. Hemos investigado casos como la desaparición y asesinato de los 43 normalistas de Ayotzinapa y publicamos en un libro el resultado de nuestro trabajo un año antes de que la Comisión de la Verdad diera a conocer su propia versión. Nuestros resultados han sido asombrosos. Ese libro inauguró nuestra línea editorial que seguirá creciendo con el paso del tiempo.  

Durante estos cuatro años las historias que hemos contado, las investigaciones que hemos realizados, las imágenes y fotografías que hemos obtenido tienen la característica de narrarnos a nosotros mismos, de enfrentarnos con los ejemplos y los espejos que nos estructuran de alguna manera como personas y como equipo. Al mismo tiempo no hemos dado cuenta de manera cabal que es imposible estar siempre de acuerdo y por eso intentamos que nuestras miradas, todas distintas y con los matices propios de cada uno, enriquezcan nuestro trabajo.

Estos cuatro años de continuo trabajo nos han ratificado también que ser las voces, los ojos, los oídos, las manos y la palabra de otros es una tarea que siempre desempeñaremos lo mejor que podamos. Preferimos llegar tarde y quedarnos que llegar primero pero irse antes que nadie. Y siempre hemos preferido llegar a las personas antes que a las historias porque la condición humana es lo más valioso que podemos encontrar.

Hemos aprendido a ser pacientes, a esperarnos unos a otros.

Dice el párrafo de un poema de José Carlos Becerra:

“Contadme un poco de mí, quiero aprender a hablar de ustedes.

Cada palabra que llega a mis labios le abre la puerta a una frase cubierta de polvo,

un mensajero que sin limpiarse de las botas el lodo del camino, entra y se sienta a mirarme;

cada palabra que llega a mis labios me trae un oscuro mensaje

de aquella, la Palabra desconocida y presentida, que yo sigo esperando”.

Estamos felices de ser, de estar. Y Viceversa.

Somos Karen Colín, Brenda Cano, Silvia Soto, Ramsés Mercado, Marco Antonio Rodríguez y Miguel Alvarado.

Feliz Cuarto Aniversario.

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