Karen Colín: diseño. Miguel Alvarado: texto. Ramsés Mercado: información e imágenes.
Toluca, México; 18 de octubre de 2022
Nacer en Estados Unidos, aunque los padres sean mexicanos, otorga el derecho a la ciudadanía de aquel país y por lo mismo el derecho a portar un pasaporte oficial, avalado por el gobierno de aquel país. Sin embargo, no todos los hijos de mexicanos nacidos allá tienen ese documento, aunque ahora puede obtenerse en México, siempre y cuando el solicitante viva aquí.
En Toluca y en el valle de Toluca, en los últimos diez años se ha incrementado la presencia de migrantes extranjeros, sobre todo centroamericanos, que llegan a la capital porque se trata de un destino de paso, rumbo a Estados Unidos sobre todo. También están porque en Metepec se encuentra el refugio Hermanos en el Camino, que tramita permisos de trabajo temporales para ellos. En tanto eso sucede, los migrantes salen a las calles y su presencia se nota porque venden cosas en las esquinas o piden ayuda. La realidad es que ellos no tienen ayuda del gobierno federal ni del mexiquense, como lo corrobora este último.
El tema de la migración es un fenómeno mundial, y de acuerdo con José Pablo Montemayor Camacho, coordinador de Asuntos Internacionales del gobierno mexiquense, los obliga a desplegar políticas humanitarias, aunque el objetivo de esa oficina esté dirigido a mexiquenses en el exterior y a los que regresan a sus terruños.
“No tenemos un programa de atención a migrantes centroamericanos, aunque hay algunos casos que implican algún tipo de carencias o violencia que por lo menos se han canalizado a otras instancias”, dice Montemayor, quien señala que los apoyos se pueden observar en casos de que los mexiquenses mueran en el exterior, como recientemente ocurrió con migrantes muertos hallados en Texas, en la caja de un tráiler.
De acuerdo con Montemayor, el número de atenciones o servicios suman unos 200, y la mayoría se concentran en estados como Texas o ciudades como Houston, Chicago o Los Ángeles, que reportan el mayor número de migrantes mexiquenses. El gobierno mexiquense mantiene una oficina única en Houston, a la que se puede acceder también por la vía de internet.
El gobierno estatal ha organizado un programa que resulta benéfico para hijos de mexiquenses que nacieron en Estados Unidos y que después de un tiempo regresaron a México. Ellos, por derecho de nacimiento, tienen la nacionalidad estadounidense, pero se debe seguir un proceso para validarla.
Para eso hay dos maneras, dice el funcionario mexiquense. La primera es acercarse a un consulado mexicano en Estados Unidos, el cual permitirá el registro de la persona al nacer. Estos centros operan en función de la protección a los migrantes y por lo menos no los reportarán a ninguna autoridad en caso de que se encuentren allá de manera irregular.
El segundo procedimiento es el que se ofrece en Asuntos Internacionales, el cual consiste en hacer el apostillamiento del acta de nacimiento, donde se refiere la entidad norteamericana en la que nacieron, apoyados por la Embajada de Estados Unidos, que impulsó una “Feria de pasaportes estadounidenses”, en la que 130 personas solicitaron ese documento, de los cuales este día se entregaron 100. Hay 75 que se entregan por primera vez y 25 que han sido renovados. Si el solicitante tiene hasta 15 años de edad, su pasaporte tiene validez por hasta 5 años.
Hay tres formas de solicitarlos. La primera es acudir a la oficina de Asuntos Internacionales, en la Ciudad de México, en la calle de Hamburgo. A ella se puede acceder desde redes sociales y plataformas digitales. La segunda es desde los enlaces municipales, que casi todas las alcaldías tienen y la última es desde las caravanas de justicia implementadas por el gobierno estatal. Hasta ahora se han entregado 431 pasaportes, en cinco años y la siguiente Feria se realizará en noviembre.
Monserrat Ponciano, originaria de Coatepec Harinas, un municipio al sur del Edoméx, es uno de los casos que pudieron acceder a los pasaportes estadounidenses. Diego Chavarría, un chavito de ocho años muy contento que agita con fuerza una banderita de los Estados Unidos, pudo obtener ese documento porque nació allá, en ese país. Su madre dice que no fue nada complicado obtener el pasaporte y que la Feria es de gran ayuda. Diego nació en Estados Unidos pero sus padres decidieron que la familia regresaría a su tierra de origen.
La migración en México tiene que ver con fenómenos de pobreza y violencia, aunque también con que se tenga familia en el otro lado de la frontera norte, lo cual es muy común. A quienes escapan a otro país debido a la violencia se les considera desplazados. De acuerdo con el diario El País, hay 8 millones 726 mil 375 personas que abandonaron su hogar en México, y aunque no se fueron a Estados Unidos, debieron dejar su lugar de origen entre 2011 y 2017.
De acuerdo con la investigadora Rocío González Orihuela, hasta 2007 había en Estados Unidos más de un millón de mexiquenses, que vivían allá por distintas razones. Para 2018 ya eran un millón y medio, que desde allá mantienen a sus familias gracias a las remesas que envían. Para la entidad, las remesas significan una de las más importantes entradas de dinero, pues de abril a junio de 2022 alcanzaron 897.5 millones de dólares, de acuerdo con el Banco de México. El promedio trimestral anual es de 700 millones de dólares.