José Enrique Rojas González.
Diseño: Karen Colín.
Toluca, México; 3 de julio de 2019. El Congreso local incorporará las opiniones de compañías productoras de plástico en la entidad y de académicos que aporten elementos para enriquecer el dictamen de las iniciativas del PVEM y del PAN de reducir el uso de bolsas y popotes de este material sintético en centros comerciales del estado, luego de que empresarios de la industria plástica presentaran un documento en el que mencionan que la prohibición de este material no es la solución al problema de la polución.
La iniciativa de Ley, propuesta por las bancadas del PVEM y el PAN en la Legislatura local desde el mes de febrero, plantea modificaciones a varios artículos del Código para la Biodiversidad del Estado de México y busca regular e inhibir el uso de bolsas de plástico y popotes en la entidad, fomentando la cultura de respeto al medio ambiente.
Los plásticos son polímeros derivados la mayor parte de ellos de productos petroquímicos debido a su bajo costo de fabricación y a la diversidad de usos; los encontramos en la industria de la construcción, la movilidad y el transporte, en dispositivos electrónicos, en la agricultura y ganadería, en la atención sanitaria, en la vestimenta y en los utensilios de la vida cotidiana. Esta condición ha permitido un crecimiento en su producción de al menos 3 por ciento desde el 2015 en todo el mundo.
México ocupaba en 2017 el lugar 12 a nivel mundial en consumo de polímeros, de acuerdo con cálculos de PLASTIMAGEN, agrupación de productores de plásticos, quienes calcularon que en ese año el país importaba 20 mil millones de dólares en resinas al año y que, junto con Estados Unidos y Canadá, lidereaba el top de países exportadores de plásticos.
Académicos de la UAEMéx han alertado ya del consumo de estos polímeros, cuya capacidad de maleabilidad y adaptación a las necesidades cotidianas le han permitido incrustarse como un elemento indispensable en las cadenas productivas y de consumo en la entidad. Antonio Pérez, académico de la Facultad de Ingeniería de la universidad, ha precisado que el Estado de México consume 4 mil 800 millones de toneladas de plásticos anualmente; de ellos 2 mil 500 millones son producidas en el país y sólo el 2 por ciento, 96 millones de toneladas, son recicladas.
Por otro lado, datos de Science Magazine publicados por BBC indican que en el 2017 se produjeron 8 mil 300 millones de toneladas de plástico virgen, la mayoría de un sólo uso; de ese total 6 mil 300 millones de toneladas se convirtieron en residuos. De esa cantidad, sólo el 9 por ciento fue reciclado; el 12 por ciento fue quemado, produciendo gases de efecto invernadero y el 79 por ciento se acumuló en vertederos al aire libre.
Por otro lado, datos de Science Magazine publicados por BBC indican que en el 2017 se produjeron 8 mil 300 millones de toneladas de plástico virgen, la mayoría de un sólo uso; de ese total 6 mil 300 millones de toneladas se convirtieron en residuos. De esa cantidad, sólo el 9 por ciento fue reciclado; el 12 por ciento fue quemado, produciendo gases de efecto invernadero y el 79 por ciento se acumuló en vertederos al aire libre.
Las botellas para consumo de líquidos son uno de los productos plásticos más demandados en el mercado. En 2017 se vendieron 1 millón de botellas por minuto, la mitad de las cuales fueron sometidas a un proceso de reciclaje después de su uso. En 2016 de los 480 mil millones de envases fabricados, 110 mil millones, 23 por ciento del total, fueron producidos por Coca Cola.
Y tal como dijese el científico francés Antoine Lavoisier a finales del siglo XIX, “La materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma”, y en el caso del plástico, la última etapa de muchos polímeros concluye en el mar, donde se agrupa en los remolinos de agua donde confluyen las corrientes marinas de los océanos y crean las “islas basura”, ubicadas en el Pacífico y Atlántico, sur y norte, y en el Índico. 10 millones de toneladas plásticas acaban cada año en los océanos.
El panorama actual no es alentador en cuanto a consumo; la industria plástica prevé un incremento entre el 5 y 7 por ciento de la demanda de este material en 2021, principalmente en los eternos países en desarrollo de América Latina y el sureste asiático. De acuerdo con datos de Plastic Europe, la producción de polímero en el mundo pasó de 245 millones de toneladas en 2006 a 348 millones en 2017, a pesar de las campañas gubernamentales y de instituciones privadas para disminuir el uso de estos productos.
Ante esta situación, el Poder Legislativo mexiquense ha formulado la minuta de reforma arriba mencionada, propuesta de la panista Ingrid Krasopani Schemelensky y José Couttolenc Buentello del PVEM, en la que se establece que los centros comerciales no usarán bolsas de plástico y/o popotes a menos que los clientes lo pidan. Empero, ayer los empresarios de la industria plástica manifestaron en el Congreso que la solución al problema no es la prohibición de la producción y el consumo, sino en la optimización del manejo de los residuos, centrando el enfoque en el reciclaje y no en la reducción de la oferta.
Ingrid Krasopani dijo que la reforma ”no busca sancionar ni prohibir”; no obstante, informó que cada minuto en el mundo se fabrican 1 millón de bolsas de ese material y que para su proceso se utilizan 100 millones de toneladas de petróleo.
Por su parte, la legisladora María Luisa Mendoza expuso que las medidas de la minuta tienen un enfoque preventivo del consumo, y argumentó a su favor que la mayoría de productos en la entidad son hechos con polipropileno, termoplástico que tarda años en degradarse, y que en promedio cada mexicano usa 600 bolsas al año cuya vida aproximada es de 12 minutos. También rebatió la propuesta de los empresarios en materia de reciclaje y opinó que es poco viable pues, dijo, “procesar y reciclar una tonelada de bolsa plástica cuesta 4 mil pesos, mientras que producir la misma cantidad de bolsas cuesta tan sólo 32 pesos”.