Lo esperado: anuncia Delfina Gómez austeridad republicana para su gobierno

Toluca, México

Miguel Alvarado: texto. Ramsés Mercado: imágenes.

Fueron cinco segundos, pero por fin Laidy Plácido Arroyo pudo hablar con la gobernadora Delfina Gómez, cuando ésta se le acercó apenas cinco segundos y le dijo: “dame tu teléfono y búscame”. Luego, la morenista siguió su camino, que la llevó a saludar a todos los grupos que la esperaban afuera de la Cámara de Diputados, en la Plaza de los Mártires. Un ayudante de la mandataria, Miguel Balbuena, será el contacto para que la vocera del movimiento Haz valer mi libertad, que pelea por la liberación de los injustamente presos, pueda entrevistarse con la maestra y exponer los casos, entre ellos el de su hermano Daniel, sentenciado a 65 años por un secuestro que no cometió.

-Apúntale -le dijo Balbuena a Plácido- 5512…

Esta es la primera vez, después de años de lucha, que un titular del Poder Ejecutivo atenderá esos temas. Ahora mismo, cuatro mujeres mantienen una huelga de hambre frente al acceso principal del palacio de Gobierno desde hace seis días. En más de 100 días de plantón, Del Mazo jamás volteó a verlas y no lo hará jamás porque mañana será su último día de trabajo. El Edomex es un hervidero de corrupción y malestar social. Es ingobernable y ha sido saqueado sistemáticamente.

Delfina había llegado a su cita con el Congreso a las cinco de la tarde, caminando los 300 metros que hay de separación entre el palacio de Gobierno y el edificio que alberga a los diputados. Iba acompañada del presiente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), del propio Del Mazo y de Ricardo Sodi, titular del Poder Judicial estatal. Platicaron rápidamente antes de entrar y acomodarse en el presídium, donde eran los actores principales. Incluso Del Mazo, que no abriría nunca la boca excepto para decirle “gracias, gracias, gracias”, a AMLO, cuando éste, en un momento de calculada debilidad, le dijo al primo-hermano de Enrique Peña Nieto que era su mejor aliado.

La de Alfredo del Mazo era más roja que cualquiera de las corbatas guindas de los militantes de Morena en el recinto de la Cámara de Diputados. El todavía gobernador del Estado de México salió de ahí, una hora y media más tarde, con buenas noticias para su familia porque había conseguido que el presidente le extendiera un salvoconducto público. Mañana será su último día y hasta le darán el privilegio de inaugurar cuatro estaciones del eterno y cuestionado tren interurbano.

La protesta de Delfina no es otra cosa que la ceremonia protocolaria donde se jura que hará todo su esfuerzo, que le echará los kilos y las ganas para cumplir todo lo que debe hacer y que si no es así, entonces “que la nación y el Estado me lo demanden”.  Eso fue lo que dijo y eso fue todo. Aquello no tenia ni quince minutos de iniciado cuando bien pudo terminar sin mayores trámites, aunque todavía faltaban los mensajes de Delfina y del propio AMLO.

Al jurar la maestra que le iba a echar ganas, los morenistas estallaron en gritos jubilosos. La gobernadora estaba sentada junto al presidente y por ahí, confundido entre la concurrencia, estaba Eruviel Ávila, el ex gobernador del Edomex que hace poco renunció al PRI y se adhirió al innecesario Partido Verde, desde el cual intentará colarse de nuevo en la vida política local.

Ahora Delfina estaba lista para leer su mensaje. Tomó aire y se plantó ante los micros y la rancia concurrencia, que intentaba ponerle atención.

“Es tiempo de mujeres y lo vamos a hacer muy bien”, dijo la maestra en el arranque, más dirigiéndose a AMLO que a los mexiquenses. Fue a él al que le dijo que “el pueblo es bueno, noble y trabajador”. Del Mazo era el más tieso de todos. Tomaba agua de su vasito y se movía torpemente en su asiento, como si algo invisible pero punzante le molestara. Sus últimas horas se las pasó sudando y bebiendo de aquella agua de cortesía.

Luego, la nueva mandataria quiso que todos supieran que su gobierno representará al humanismo mexicano que sintetiza la 4T, el progreso, la austeridad y la humanidad. Y recordó, para quien quisiera saberlo, que por muchos años se ha enfrentado a la corrupción y a las injusticias, pero que con gusto ha recorrido cada municipio para “recoger el sueño y las aspiraciones de la gente”.

– Eso es algo que he hecho durante 10 años- dijo ella, vestida de negro y no cansada, pero sí nerviosa por la presencia de AMLO, que la miraba fijamente, arqueando las cejas en movimientos casi imposibles.

Con todo y esa presión, Delfina fue capaz de delimitar los cuatro grandes pilares en los que sustentará su gobierno.

El primero será el de la transparencia y la lucha contra la corrupción. Habrá de encaminar su administración hacia un rumbo digital para agilizar trámites y evitar los intermediarios. Su equipo tendrá la obligación de servir y habrá un decálogo de conducta para ellos. “Servidor que no cumpla, será removido y castigado con todo el peso de la ley. Se acabaron los negocios fraguados desde las oficinas del gobierno. No habrá ningún acto indebido. Vamos a gobernar obedeciendo. Nadie por encima de la ley, no hay gobierno rico y pueblo pobre”, dijo la maestra, que además prometió aplicar los recursos con austeridad republicana y de un plumazo condenó a todos sus funcionarios a atenderse en el sector público de salud, prohibió las cajas de ahorro y de una vez advirtió que no habría autos de lujo ni contratación de despachos externos y menos remodelación de oficinas. Se trataba de una calca del discurso de AMLO cuando peste asumió como presidente de México, hace cinco años.

El segundo pilar de Delfina es la inclusión, porque “gobernaré para todos. Trabajaremos para todos los sectores que han sido ignorados”. Dijo que todos tendrá acceso a una educación de calidad y se asegurará que los trabajadores tengan buenas condiciones y salarios para mejorar su nivel de vida. Que primero serán los pobres. Que el gobierno que no atiende las necesidades de los más humildes está condenado al fracaso.

También se hará un análisis de las dependencias de gobierno y aseguró, casi emocionada, que el suyo será un gobierno municipalista, que los alcaldes encontrarán una aliada con ellas y las puertas abiertas para apoyarlos. Por otra parte, organizará audiencias ciudadanas en compañía de todo el gabinete y hasta puso fecha para eso. La primera será el miércoles 11 de octubre y ahí, prometió que se escuchará a todos.

El pilar número tres se refiere al combate a la pobreza, la inseguridad y violencia. Buscará a sindicatos, cámaras empresariales, medios de comunicación y otros actores sociales para construir un nuevo estado. Dijo que en su gobierno el desarrollo económico será fundamental para conseguir un desarrollo social, y que “seremos el centro logístico nacional para que nuestra gente gane más y mejore”, porque al mismo tiempo procurará que las empresas privadas crezcan.

Por último, el pilar número 4 abordará la promoción de la paz y el combate a la violencia. Comprometió a la Cámara de Diputados para que haga reformas para aplicar mejor la justicia. Enviará, por ejemplo, un paquete legislativo para sentar las bases para un estado pacífico y habrá una reforma que la someterá a una consulta popular para ver si sigue como mandataria a la mita de su sexenio, igual que hizo López Obrador.

Algunas de las medidas más importantes que ejecutará, son:

  1. Retirará el fuero a los funcionarios.
  2. Incentivará las consultas populares.
  3. Protegerá la naturaleza.
  4. Para los pueblos originarios, reivindicará los derechos que han sido vulnerados.
  5. Habrá universalidad de programas sociales que apoyarán a sectores abandonados.
  6. Las mujeres vivirán libres de violencia y habrá castigos ejemplares a agresores de mujeres.
  7. Se reformará el código penal.
  8. Se creará un código de biodiversidad.
  9. Serán castigados quienes agredan a animales y talen los bosques.

“Será un gobierno austero y republicano. Se eliminarán duplicidades, no habrá dispendios ni derroches, habrá énfasis en educación y salud, no habrá trabajadores afectados. La maestra no viene a correr sino a apoyar a los trabajadores”, dijo Delfina, mirando a AMLO nuevamente.

Además, habrá recorte de salarios para funcionarios de primer nivel, pero esa medida solamente se aplicará a ellos. También habrá un extenso programa para revisar y replantear la movilidad en el Estado de México, incluidos los trenes, los aeropuertos y las carreteras de peaje.

“Sabré estar a la altura del reto. No les voy a fallar”, afirmó, muy convencida.

Y eso fue todo. Del Mazo fue el primero en darle la mano. Luego, se cantó el Himno del Estado de México. A las 5:51 de la tarde todo había terminado. Por unas horas, la entidad tendrá dos gobernadores pero el que ya se va aprovecha para seguir reprimiendo al campamento de Haz valer mi libertad, cercado por policías estatales que impiden el acceso a los familiares que cuidan a quienes mantienen la dura huelga de hambre.

Pero no, no fue todo.

AMLO tomó la palabra, aunque dijo que no era su intención hacerlo. Su mensaje sirvió para de una vez por todas mostrar la colaboración de Alfredo del Mazo con él. Lo desnudó casi sin tocarlo y le dijo a todo el país que si alguien tenía la culpa de la derrota del priismo en la entidad era precisamente el gobernador. Lo dijo sin decirlo, casi abrazándolo, pero eso sí, mirándolo a los ojos.

 “Vamos a seguir trabajado de manera conjunta como lo hemos hecho. Con Del Mazo hemos hecho un gran trabajo. Una cosa son los partidos y otra es el gobierno. Gobierno es todo el pueblo, de modo que vamos a continuar dándole prioridad a los programas del Bienestar, apoyando a la mayoría del pueblo del Edomex. Aquí se destinan muchos recursos por el número de habitantes. Va a continuar el programa de pensiones para adultos mayores. Se establece que tiene que haber aumento año con año, un aumento del 25 por ciento. Habrá una pensión universal a personas con discapacidades y se aplicarán todos los programas sociales que tiene que ver con el bienestar”, dijo el presidente.

Mañana AMLO le dará una “digna” despedida a Del Mazo, el gobernador más ausente en la historia de la entidad, porque junto con él inaugurará cuatro estaciones del tren interurbano, que llaman pomposamente El Insurgente, en recuerdo del arrojo e inteligencia de Miguel Hidalgo. Esa obra se terminará completamente en marzo de 2024, y tendrá una inversión de 94 mil millones de pesos. Además, el precio del pasaje tendrá que estar por debajo de lo que se cobra en la actualidad en los camiones”, una cantidad que oscila entre los 85 y 100 pesos.

Concluyó reconociendo a Del Mazo porque “independientemente de que trabajamos juntos, actuó con mucho respeto a la voluntad de los mexiquenses. Tengo que reconocer que el presidente Peña, a diferencia de los otros dos presidentes, no se metió, no aceptó hacer trampas y respetó la voluntad del pueblo. Eso no lo voy a olvidar. Y algo parecido sucedió aquí en el Edomex. ¿Qué querían? ¿Que él hiciera campaña en favor de quien representa a su partido? Él actuó como demócrata y así lo reconozco”, dijo el presidente, apapachando al primo de Peña Nieto.

Después, ahora sí, terminaba la primera parte. Ahora todos saldrían a la Plaza de los Mártires, envallada y cercada para nadie pudiera acercarse a los jefes de gobierno. Pero Delfina sí lo hizo. Por lo menos se tomó la foto con algunos y estableció contacto con otros. Ahora se dirigiría al Teatro Morelos, la casa priista por tradición, en donde la anterior clase política montaba sus representaciones.

Foto: Especial.

La segunda parte

“Nos quedan tres pendientes. Primero, una gira de agradecimiento. Segundo, el tema de equidad de género en mi gabinete. Y tercero, el agradecimiento a todos los que hicieron posible el sueño de Delfina para ocupar la gubernatura del Estado de México”, dijo Delfina al final de su mensaje en el Teatro Morelos, con lo que estableció un nuevo recorrido por la entidad para compartir la alegría de la victoria.

Pero antes, un extraño perfomance pudo observarse en ese teatro, con la Orquesta Sinfónica del Estado de México como protagonista central. Y es que la pusieron a tocar el tema político-musical “El poder de servir”, que a esa escala mostró todas sus carencias técnicas.

La nueva clase política no dejó la vieja costumbre de utilizar el Teatro Morelos para actos políticos, y morenistas y priistas convivieron, serios y estirados, mientras la Orquesta interpretaba la guapachosa melodía de “El poder…”. Ahí, los talentosos músicos… tocaron… sí… no… interpretaron… (trataron de recomponer) la canción que servirá de eslogan para la Cuarta Transformación mexiquense. Dirigidos por Rodrigo Macías, un director de Texcoco que seguramente repetirá en la dirección de esa orquesta, la instrumentación logró lo que los políticos consiguen cuando leen sus discursos: mantener a todos impávidos, en modo zombie.

Que tan mala sería esa interpretación que sería Delfina la que salvaría el ambiente. Tomó otra vez posesión de los micrófonos y todo un giro. Cambió el tono nervioso que había usado con el presidente de México. Aquí se soltó. “¡Yo estoy requetebién!” dijo la gobernadora, que estuvo arropada por gobernadores, alcaldes, diputados y también por Claudia Sheinbaum, la próxima candidata presidencial que enviará AMLO para tratar de retener el poder presidencial.

Primero que nada, pidió un aplauso para los que estaban afuera, “de pie, soportando el clima, porque ya no cupieron adentro”. Fue diciendo más o menos lo mismo que había dicho en la Cámara de Diputados, y le dio espacio para que Claudia Sheinbaum fuera discretamente aplaudida y se llevara una ovación. Horacio Duarte miraba a Delfina entre arrobado y extasiado.

Ya para entonces AMLO y Del Mazo se habían ido, habían cumplido con la misión de entregarle el poder a la maestra, que iniciaba así un largo camino de seis años que la enfrentará de bruces a la realidad del Estado de México, dominado en un tercio de su territorio por los cárteles de la Familia Michoacana y del Jalisco Nueva Generación, y que es una de las entidades más corruptas luego de 94 años de gobiernos priistas.

Ya en el escenario Delfina aprovechó para instruir. Le dijo al secretario de Movilidad que terminara -ya- con las mordidas y las extorsiones porque “debemos acabar con la corrupción”. Luego, anunció la presentación del Plan de Desarrollo para los próximos días y dijo que se entregarán ayudas, a las que denominó reivindicaciones, para jefas de familia, discapacitados (mil 600 millones de pesos) y para adultos mayores (37 mil millones de pesos), todo eso a las puertas de las elecciones presidenciales del 2024. “Espero que no lleguemos a la austeridad franciscana”, bromeó la gobernadora, sonriendo nerviosa, dubitativamente.

Foto: Especial.

El proyecto de gobierno, en esta primera etapa, descansará entonces en los programas sociales y en un mayor financiamiento a los cuerpos de seguridad pública, así como en el apoyo al empresariado “porque si les va bien a ustedes, nos va bien a nosotros”. El programa Mujeres con Bienestar sustituirá al Salario Rosa, suspendido debido al término del sexenio de Del Mazo, pero funcionará de manera similar. También prometió basificación a maestros.

El proyecto de Gómez quiere ser ambicioso porque cumple objetivos muy puntuales. Primero estará el 2024 y después otras cosas. Pero deberá echarlo a andar en una entidad cuyo cuerpo burocrático es profundamente corrupto y la mitad de la población -17 millones de habitantes- vive con algún tipo de miseria, de acuerdo a mediciones del INEGI.

Delfina aceptó que los costos de peaje de las casetas en autopistas mexiquenses -muchas de ellas concesionadas a empresarios relacionados con Peña Nieto, como la México-Toluca, las terminales de Toluca y de Observatorio, así como el mismo tren interurbano, que pertenecen a la familia Alcántara, compadres del ex presidente- deberán bajar sus costos porque resultan terriblemente caras.

También prometió que se reunirá con mujeres buscadoras de desaparecidos, que apoyará en sus actividades. Dijo un poco más de lo mismo y por fin terminó su presentación, aunque todavía habría que esperar a que la guapachosa Orquesta Sinfónica se aventara el Himno al Estado de México.

– ¡La transformación ya llegó! ¡Es tiempo de mujeres! -gritó Delfina a coro con los asistentes.

Alvarado López
Alvarado López
Reportero de investigación, se especializó en temas como el de Ayotzinapa y el narco en el Estado de México. Lamenta mucho que le sea muy difícil no escribir de otra cosa que no sea eso. Tiene dos libros publicados, “La guerra que nos ocultan” y “Los infiltrados. El secreto de Ayotzinapa”, este último con el sello de VCV. Participa en la Asamblea Tenemos que Hablar, que defiende los derechos laborales de periodistas y trabajadores de medios de comunicación.

Últimas entradas

spot_imgspot_img
spot_imgspot_img

Artículos relacionados