11 septiembre, 2024

Las formas de la muerte

Miguel Alvarado

Toluca, México; 27 de octubre de 2019. Mientras algunos países de América Latina se levantan contra sus regímenes, en México se vive la fiesta de la muerte, la cual tiene lugar en varios escenarios. Una transcurre, por ejemplo, durante la gira del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, por el sur mexicano, en donde convive con pueblos originarios que le hacen llegar sus reclamos. “Nadie nos ve, nadie nos hace caso”, le dicen los líderes de los pueblos que fueron convocados para asistir al tour presidencial. Con cara de “yo sí te veo, yo sí te escucho, yo sí te atiendo”, AMLO los mira bailar -porque hasta eso tienen que hacer- y después habla con ellos. Quienes no fueron convocados son los pueblos que se oponen a los megaproyectos mineros, hidroeléctricos y de infraestructura como el tren maya. Ellos no tuvieron voz ni pudieron encarar al presidente. Lo que la minería significa es, en términos muy concretos, la muerte de las comunidades que habitan en la esfera de esas actividades. No te veo ni ter oigo porque no existes, sería el punto de partida de diálogo del gobierno federal. ¿Significa que la de AMLO es una administración neoliberal cuando impulsa este tipo de proyectos? ¿Significa que es la expresión más acabada del necropoder? Después de un año de mandato, no hay ningún indicio de que se voltee a ver hacia la actividad extractiva y lo que ocasiona, lo que ha propiciado, lo que ha tenido que hacer para llevarse la riqueza del país.

Ese, el primer camino de la muerte, pero hay otros, los sucesos que ocurren en donde vivimos, detrás de los altos muros de la impunidad, de la construcción antiquísima de quienes ejercen el poder.

En la Universidad de la Salud, de blanca estructura y múltiples adeudos, así como de un origen fraudulento, propio de sus dueños, se denunció una violación, la cual sucedió adentro de ese pequeño campus, ubicado antes de la caseta de peaje de El Dorado, hacia Ixtlahuaca. Un alumno violó a otra, quien relató los hechos en estado de shock ante las autoridades de esa escuela, que tomaron la determinación de no denunciar pero sí de expulsar al agresor. La denuncia que circula en redes sociales señala que en ese lugar se vende droga y el pequeño estacionamiento se utiliza como sitio de reunión para beber alcohol y consumir sustancias.

La escuela es propiedad de la familia de Arturo Montiel Rojas. El Acta Constitutiva, legalizada ante el notario Pablo Libién Abraham, desde el instrumento 2932, volumen ordinario 42, folios 030 al 036, dice que participan del Instituto Universitario de la Salud de México, Sociedad Civil las siguientes personas: Gregorio Montiel Monroy, padre fallecido del ex gobernador Arturo Montiel Rojas, Jaime Gerardo Sánchez Lara, Jorge Guillermo Pérez Cuevas, Claudia Ibeth Sánchez Fernández, María del Carmen Fernández Rojas, Rosa María Montiel Rojas, hermana del también tío de Enrique Peña Nieto, y José Luis Adalberto Rosas Gil. Ese documento fue firmado por los mencionados el 17 de agosto de 2016. El representante legal, y que firma como invitado en ese documento, es Decarth Israel Velázquez Mendoza, quien en otros documentos firma como representante legal.

La corta historia de la Universidad de la Salud está repleta de irregularidades, de impago, de adeudos con quienes participaron en su estructuración, y es también representación fiel del uso del poder de alguien capaz de mover instancias educativas de nivel estatal.

¿Qué sucede en la Universidad de la Salud?

Esos son los otros caminos donde la muerte está representada por el poder, por el necropoder que dice que la vida de una persona y sus derechos es igual a nada. Los Montiel, en esta ecuación, están vestidos de catrinas de lujo.

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