Miguel Alvarado: texto. Ramsés Mercado: imagen e información. Karen Colín: diseño
Almoloya de Juárez, México; 11 de julio de 2022.
Guadalupe Bastida Reyes fue secuestrada el 15 de noviembre de 2021 en la comunidad de El Estanco, en Almoloya de Juárez. Un día después, sus captores envían mensajes a la familia para exigirles un millón y medio de pesos como pago de rescate. Ella fue secuestrada un lunes y se pactó el siguiente domingo como la fecha para entregar el dinero. Pero la chica no fue liberada. Sus captores la torturaron y después la ejecutaron para tirar sus restos en Loma Blanca, un lugar de aquel municipio.
Pero a Guadalupe Bastida Reyes ya la habían secuestrado, hace seis años, en Almoloya de Juárez. Esa vez su familia pudo rescatarla, pero ahora fue diferente, a pesar de pagarles a los delincuentes. Las investigaciones señalan a Miguel Ángel Rivera Araujo y Dionicio González Garduño como los responsables y esta mañana se llevó a cabo la Primera Audiencia de Desahogo de Pruebas.
Pero la familia no ve que se aplique justicia para Guadalupe, quien al momento de ser asesinada tenía 38 años. “No hay claridad en el proceso, mi hermana fue torturada además. Exigimos que a los responsables se les aplique la mayor condena. En el primer secuestro nosotros denunciamos pero no hubo detenidos y como ella regresó ilesa, las autoridades ya no siguieron el caso”, dijo Rebeca, hermana de Guadalupe, quien die que no hay certeza acerca de que los dos imputados de ahora hayan participado en el primer plagio.
Este nuevo secuestro, en su ejecución, fue diferente. Los delincuentes eran vecinos de Guadalupe, vivían a unas tres casas unos 5 minutos, de la residencia de ella y de la familia. Por eso, los Bastida Reyes temen por su integridad. La familia de ellos, refieren, encubren a los responsables a pesar de que saben que son asesinos.
El delito por el que están detenidos los señalados es por secuestro con agravante de asesinato. La familia creyó que Miguel Ángel Rivera Araujo y Dionicio González Garduño eran personas de bien, por lo que inicialmente no sospecharon de ellos. La familia de los presuntos culpables ha amenazado a Rebeca y a los suyos en tanto continúa el proceso para determinar la responsabilidad de los secuestradores.