“Hasta morir”, la huelga de hambre provocada por Alfredo del Mazo

Toluca, México

Miguel Alvarado: texto. Imágenes: especial

“¡O salimos con ellos o salimos muertas!”, gritaron mujeres del colectivo Haz valer mi libertad que comenzaron hoy una huelga de hambre, luego de 100 días de plantón frente al palacio de Gobierno del Estado de México. La organización pelea la revisión de las investigaciones que mantienen en prisión de manera injusta a familiares y amigos, afectados por decisiones de jueces, malas integraciones de carpetas y el abuso del poder.

El reclamo incluye la exigencia para que el gobernador priista Alfredo del Mazo las reciba y escuche, pero él nunca les ha dado la cara. Fueron cien días en los que ningún funcionario les hizo caso, excepto el 4 de septiembre, cuando un cuerpo de burócratas intentó desalojarlas “amablemente” para que no estorbaran en el Sexto Informe del mandatario, que tenía como invitado especialísimo al presidente Andrés Manuel López Obrador, que ese día ni los vio ni los oyó. Otro que se acercó al campamento -una enorme reja que simula los barrotes de una celda- fue “el hermano de AMLO”, Adán Augusto Hernández, el 26 de agosto de 2023, porque junto a ellas hizo un mitin porque era una de las corcholatas del presidente y hacía campaña en todo el país. Se acercó y extendió su mano hipócritamente, porque un día antes había enviado a César Piña, uno de sus colaboradores, para amenazar, amedrentar y hostigar a las mujeres del plantón, que se mantuvo firme.

Del Mazo, desde el día que comenzaron las protestas, ha permanecido mudo y no ha movido un músculo para recibirlas o por lo menos escucharlas. Pero él ya se va. Le quedan menos de ocho días y todo, menos él mismo, le importa un bledo. La nueva gobernadora, la morenista Delfina Gómez, ha ignorado los reclamos y hasta la presencia de Laidy Plácido -cuyo hermano, Daniel, se encuentra en una prisión de alta seguridad en Nayarit, sentenciado a 65 años por un supuesto secuestro-, que la esperó en la puerta del palacio tantas veces como fue a reunirse con Del Mazo. Nada, silencio y una escapada, una rápida huida de la maestra.

“Esa es una respuesta y como tal la tomamos”, ha dicho Plácido después. Al menos, la situación del colectivo ha llegado a la Mañanera de López Obrador, la semana pasada y si primero hizo como que no los veía ni los escuchaba, ahora no pudo evadirse y dijo que el tema se estaba viendo. -Hoy anunciamos que Lupita Silvestre; mi madre, Celia Arroyo; la compañera María Félix y Gabriela Montoya se van a una huelga de hambre ante la injusticia que vivimos. Hoy el gobierno nos mata pero no de hambre física sino de hambre de justicia y de verdad- dijo Laidy ante la sorpresa de muchos, que escuchaban ahí la proclama. En eso, el grito de “¡huelga de hambre vencerá, huelga de hambre vencerá!”, atravesó por primera vez en la Plaza de los Mártires echando por tierra los datos que tratan de vender la idea del progreso mexiquense contenidos en el Sexto Informe de Del Mazo, que yerra hasta en eso.

Esta es la segunda vez que el colectivo implementa una huelga de hambre. La primera ocurrió el 12 de agosto de 2021 y fue levantada el 31 de ese mismo mes, cuando los médicos que vigilaban a los ayunantes dictaminaron que sus vidas estaban en riesgo. Ni siquiera entonces Del Mazo se pronunció públicamente.

-¡Huelga de hambre vencerá! ¡Huelga de hambre vencerá!- gritaban las mujeres del colectivo este mediodía, después de anunciarse la decisión. Abrazadas, las mujeres que iniciarían la protesta en un nivel que pondrá su vida en algún momento, fueron despidiéndose de quienes no estarán inicialmente. Laidy, que ha intentado de todo, que ha visitado todos los foros, que ha hablado con medio mundo, que ha dado cientos de entrevistas, que se ha extraído sangre, que se rapado, que se ha bañado con agua fría en el centro de la ciudad, que ha cabalgado y que ha sido fuerte durante dos años, esta vez se dejó dominar por el llanto porque sabe lo dura que será esta huelga y las consecuencias que podría tener. Sujetó uno de los tubos que sostienen el campamento y dejó salir toda su angustia recargándose en su brazo. Llevaba un sombrero granate que la protegía del sol pero no del miedo o de la sensación de no poder, de sentir que sus compañeras se van.

Pero tú eres fuerte, Laidy, y no serás abandonada, le dijeron, le decimos, le diremos siempre.

– Con la vida defenderé el derecho a la protesta – dijo antes, a la mitad de la avenida Lerdo debajo de la manta agujereada de Del Mazo, que se hinchaba de tanto en tanto como si se tragara el aire. Ahí, rodeada de los suyos y de los nuestros, las campanadas de la Catedral daban a las palabras una sombría profundidad en la que no cabían el miedo ni la desesperanza sino la fuerza que sostiene a todas.

-Queremos decirle a Del Mazo que no nos vamos a vencer y de aquí no nos moveremos hasta que nuestros presos salgan libres. ¡O salimos con ellos o salimos muertas!- dijeron las mujeres en huelga, que se declararon dispuestas a dar la vida por sus familiares, que les fueron arrebatados y encerrados sin posibilidades en las prisiones del Estado de México.

Los presos han sido sentenciados a condenas que los condenan de por vida a prisión y por eso las mujeres, toda sellas madres de un presidiario, sostienen que “qué más da meternos a esta huelga de hambre. Alfredo del Mazo es el culpable, Ricardo Sodi es el culpable”.

Leidy Plácido oyó decir hace poco que la casa es para llorar y las calles para luchar, pero a veces no se puede con tanto dolor. Pero también oyó que los que lloran serán consolados y los que tienen hambre y sed de justicia son bienaventurados y serán recompensados, “y yo lo creo”.

Detrás de las huelguistas la mole gris del palacio de Gobierno representa lo inconmovible que ha sido la administración de Del Mazo. No es solamente él. Son las secretarias que bloquean, los porteros que no abren los accesos, los telefonistas que dejan esperando, los ayudantes que no pasan los mensajes, los subsecretarios que no renuncian ni por dignidad propia, los choferes que avientan las camionetas, los rescatistas de Protección Civil que encapsulan a las mujeres, el presidente de México que ni las ve ni las oye, Adán Augusto que amenaza cuando ya duermen.

Ahora el campamento será acondicionado para que las madres vayan aguantando, pasando los días con una dieta de agua y sueros que las postrará en algún momento. Luego, se fueron metiendo a la jaula enorme, de cuyas puertas cuelga un letrero que le recuerda a Del Mazo que las madres siempre estarán esperándolo. Ahí adentro se ha metido María Guadalupe Silvestre, quien cuenta una vez más la historia de Eduardo Rebollo, su hijo, a quien le dieron 70 años de cárcel por un delito que no cometió. Celia, la madre de Daniel Plácido declara entonces que ella está por su hijo, a quien se lo han llevado a Nayarit.

“Hoy, siendo las 12:53 del 8 de septiembre del año 2023, el plantón de las mujeres de Haz valer mi libertad, de las mujeres que luchamos por la justicia y libertad de nuestros presos inocentes, anunciamos formalmente que iniciamos la huelga de hambre por nuestros presos”, declaró Laidy Plácido en esa jaula que para todas ellas representa la puerta de la libertad para sus familiares.

Alvarado López
Alvarado López
Reportero de investigación, se especializó en temas como el de Ayotzinapa y el narco en el Estado de México. Lamenta mucho que le sea muy difícil no escribir de otra cosa que no sea eso. Tiene dos libros publicados, “La guerra que nos ocultan” y “Los infiltrados. El secreto de Ayotzinapa”, este último con el sello de VCV. Participa en la Asamblea Tenemos que Hablar, que defiende los derechos laborales de periodistas y trabajadores de medios de comunicación.

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