Miguel Alvarado: texto. Ramsés Mercado: información e imagen. Brenda Cano: diseño.
Texcaltitlán, México; 15 de junio de 2022.
“Muchos de los muertos de ayer estaban con el jefe de plaza de Tixca”, dice secamente un habitante de Tenancingo, en el Estado de México, que la viaja todos los días por razones de trabajo por la región de Coatepec Harinas, Sultepec y Texcaltitlán, municipio al que se le conoce como Tixca. Se trata de las zonas más peligrosas del sur mexiquense y son además puerta de entrada de la Tierra Caliente, al Triángulo de la Muerte que se forma en los límites de Michoacán, Guerrero y el propio Edoméx.
De acuerdo a informes de soldados y fuerzas de seguridad pública de Tenancingo, un sicario apodado El Payaso es el jefe de plaza de Tixca, y es además uno de los responsables de colgar narcomantas en varios municipios para amenazar a autoridades, el pasado 5 de mayo, luego de que la Familia Michoacana atacara una oficina o base regional de la Fiscalía en Sultepec. Las narcomantas estaban firmadas por “Jabón”, “Fierro”, “Mala”, “Arcelia”, “Payaso” y “Verde”, jefes de sicarios del cártel michoacano, que así amenazaban desde Tejupilco, Ixtapan de la Sal, Tenancingo, Temascaltepec y Sultepec a la Secretaría de Seguridad Ciudadana y a su titular, Rodrigo Martínez Celis, a quien le mandaron decir que “ESTO FUE SOLO UN AVISO SI SIGUEN CON SUS ATROPELLOS A LA SOCIEDAD NOS VAMOS A VER OBLIGADOS A REALIZAR ATAQUES A SU CORPORACIÓN EN TODO EL ESTADO DE MEXICO POR ESTA VOLA DE RATAS QUE MANDAS AL SUR”.
La semana pasada, se confirmó que el número tres de la Familia Michoacana había sido levantado y asesinado cerca de Zitácuaro, Michoacán, el 30 de mayo pasado. Se ha dicho que a Eduardo Medardo Hernández, alias Lalo Mantecas o El Cien, lo ejecutaron sus propios compañeros porque los capos Jhonny y Alfredo Hurtado habían alcanzado un acuerdo con el Cártel de Jalisco Nueva Generación para trabajar en las mismas plazas.
Hace un mes, el ejército anunció la llegada de una fuerza del Jalisco Nueva Generación al Estado de México, sobre todo al Estado y poco después Sultepec fue atacada. Después sucedió el levantó y asesinato de Lalo Mantecas y ahora un nuevo enfrentamiento en Texcaltitlán o Tixca.
Esta vez la embocada no tuvo éxito porque los pistoleros no sólo fueron repelidos, sino que once de ellos cayeron acribillados por los agentes del gobierno. Fue una batalla de más de tres horas, cuyos resultados arrojan una escena de guerra. La descomposición social en el Estado de México y la violencia que se desprende de ella nunca había sido tan profunda, tan indetenible ni tan letal.
Pero las autoridades de Texcaltitlán ven otro municipio, una zona de gente trabajadora, activa, muy comprometida con las labores agrícolas. Y para el alcalde del municipio, Javier Luján, la matanza de ayer “está alejada de su visión” y no ven que haya grupos armados, que se pasean por el centro de su cabecera municipal. Él, que llegó al poder gracias a la alianza política entre PAN, PRI y PRD, cree que está trabajando, “cumpliendo con las acciones y las obras que tenemos comprometidas con nuestro pueblo”.
– Pero los habitantes de Palo Amarillo, donde sucedió el enfrentamiento, señalan que la casa donde sucedió la balacera era un centro neurálgico de la Familia Michoacana y que constantemente son víctimas de extorsiones- se le preguntó.
– Bueno, reitero: con nosotros no ha llegado denuncia alguna acerca de estos eventos y eso además lo tendrían que presentar en la Fiscalía, es algo que le corresponde legalmente a esas instancias- dijo el alcalde Luján, evadiendo el tema de la violencia.
– ¿Pero les preocupa la ingobernabilidad por la presencia del crimen organizado en esa zona? Es ruta de paso hacia el Valle de Toluca.
-En lo que respecta a nosotros, tenemos comunicación con los delegados, con los comisariados ejidales, con la ciudadanía, hemos estado llevando a cabo visitas, giras de trabajo, hicimos un recorrido por todo el municipio para festejar el Día del Padre, de la Madre y del Niño, y hemos visto tranquilidad, no nos han reportado algún evento- insistió, evadiendo nuevamente el tema obvio de la violencia.
-¿Tienen reporte de la presencia de estos grupos, que se necesite la presencia permanente de la Guardia Nacional?- se le preguntó.
-Bueno, la presencia permanente de los grupos de seguridad pública… pues han estado ahí, tenemos una región donde hay alrededor de 50 elementos de la policía estatal y siempre hacen recorridos por todo el municipio- dijo, evadiendo por tercera vez la violencia en su región.
-Esta es la segunda balacera en Texcaltitlán, alcalde, con saldos fatales, ¿no les preocupa?
-Han sido eventos en los que han participado la Guardia Nacional, Seguridad Pública, la policía ministerial, y de eso a la policía municipal no le han dado conocimiento. Todo loque nosotros conocemos es lo que publican los medios de comunicación- dijo el edil, evadiendo el tema por cuarta vez.
-Pero la realidad de ayer no habla de un pueblo tan tranquilo, como usted lo quiere pintar…
-Bueno, a ver, yo le quiero decir que en el ejercicio del gobierno así lo hemos sentido. Yo los invito a hacer un recorrido a todos los medios de comunicación para que vean en qué condiciones estamos viviendo en Texcaltitlán. Y lo haríamos en las 32 localidades que tiene nuestro municipio. Yo los invito- dijo el alcalde Luján, evadiéndose por quinta vez.
– ¿Para usted lo de ayer es un hecho aislado?
– Así es, es un hecho aislado, reitero, son situaciones que operan la policía estatal y la Guardia Nacional, la ministerial, el ejército, donde nosotros como ayuntamiento no tenemos ningún conocimiento de toda la estrategia que están generando- dijo el alcalde, evadiendo el tema de la violencia, por sexta vez.
-Si hay fuerzas federales es porque la cosa no está tan tranquila- se le cuestiona al edil nuevamente.
Como sucede en la mayoría de los municipios del sur mexiquense, los funcionarios están amenazados de muerte o fueron candidatos impulsados por el crimen organizado. Que el alcalde Luján conteste como lo ha hecho quiere decir que en su municipio él no gobierna, pero tampoco la Federación ni el gobierno estatal podrán hacer algo definitivo para erradicar al crimen organizado. Ya lo hubieran hecho hace años.
El alcalde sabía que hoy por la mañana hasta la Federación reaccionó a la matanza de ayer sabría que la Primera Región Militar anunciaba la llegada a la entidad de 140 elementos del ejército y de la Guardia Nacional pertenecientes a la Fuerza de Tarea Regional, así como de 20 elementos de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México y 80 elementos de la Secretaría de Seguridad del Estado de México. “Los elementos del Ejército Mexicano y Guardia Nacional, así como, de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México y de la Secretaría de Seguridad del Estado de México, realizarán tareas de disuasión, prevención y acompañamiento a la ciudadanía, realizando trabajos de patrullajes y puestos de seguridad militar disuasivos en los municipios con índices delincuenciales altos y en coordinación con cuerpos de seguridad estatales y municipales llevando a cabo recorridos de proximidad social”, que hasta ahora, con anteriores refuerzos, no ha servido para nada.
La noticia de la matanza llegó hasta el presidente de México, Andrés Manuel López, quien en la mañanera de este día afirmó que también policías del Estado de México perdieron la vida. “Y parece que es parte del mismo grupo. Está investigando el gobierno”, dijo, pero no reveló cuántos agentes habían caído. La información que reveló el presidente no tiene ninguna prueba que pueda comprobar su dicho.
Pero eso no cancela el mandato del miedo que gobierna en el sur del Estado de México.