15 septiembre, 2024

Reconoce Del Mazo liderazgo de AMLO

Reconoce Del Mazo liderazgo de AMLO

Miguel Alvarado: texto. Ramsés Mercado: imagen. Karen Colín: diseño.

Toluca, México; 12 de septiembre de 2022

Alfredo del Mazo se paró frente a un auditorio que no le exigió nada, ni siquiera sinceridad. Pero él, por primera vez en los cinco años que lleva como gobernador, trató de decir una que otra verdad. Al final de su lectura, que presentaba o adelantaba algo de lo que contiene el Quinto Informe de su gobierno, y que repasó como hacen todos los que tienen su posición, envió un mensaje al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y a sus rivales políticos de Morena. También a los priistas y a sus probables aliados en las elecciones de 2023.

Casi desde el principio, Del Mazo se encontró atrapado entre el filo de la lealtad que les debe a su primo-hermano, el ex presidente mexicano Enrique Peña Nieto y al Grupo Atlacomulco; y por otro, el miedo que le tiene a AMLO, cuya administración ha conseguido por fin investigar a Peña. No el balde se ha dicho que el gobernador más cooperativo con la Federación es precisamente él, Alfredo del Mazo, por otro lado un funcionario ausente, astutamente desinteresado de la sociedad que dice representar.

Hubo dos momentos de elogios para el presidente. Primero cuando habló del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, al que calificó de obra estratégica y resaltó la conectividad terrestre de la que está dotado. Inmediatamente después aprovechó para decir que AMLO era un líder indiscutible, sensible, comprometido con la sociedad y con el país. Eso, y unos 20 segundos de nutridos aplausos marcaban lo más interesante de su lectura hasta ese momento.

El segundo momento llegó al final, cuando reconoció, porque además no le quedaba de otra, que el 2023 sería decisivo para la entidad, y entró en materia refiriéndose a las elecciones que muy seguramente le darán el triunfo a la morenista Delfina Gómez. De todas maneras, Del Mazo expresó que “el respeto a nuestras diferencias nos debe llevar a un proceso que nos dé certidumbre, al diálogo como inclusión. Seamos responsables de nuestro actuar, debemos impulsar la consolidación de la democracia y respetar la voluntad de los mexiquenses, el resultado [de las elecciones] debe ser la unidad de los mexiquenses […] que la identidad supere cualquier diferencia. Debemos cuidar lo que hemos logrado”.

Y eso puede ser tomado como la despedida del PRI de la administración mexiquense, porque como arenga para los suyos no tuvo fuerza ni convicción. Más bien, se trataba de la lectura de una resignada realidad a la que no se le puede oponer. El resto de su hora y media de lectura quedará para el prontuario de la comprobación y para la muy usada cultura de la saliva de la política mexicana.

En el Palacio de Gobierno en Toluca, detrás de Del Mazo la imagen sobre fondo gris de un gigantesco cinco en color rojo recordaba a quienes no lo sabían que esta mañana el funcionario daría lectura a un discurso de actividades anuales que compendiaba su trabajo. Como todos esos textos, fue triunfalista y lleno de logros. Las paredes del patio central fueron tapizadas con los rostros de campesinos, estudiantes, obreros y familias cuyas fotos fueron la única constancia de presencia representatividad, porque de esos sectores no hubo ningún invitado.


Esas imágenes contrastaban con la figura casi extraterrena de Alejandro Moreno, Alito, el impresentable líder nacional del PRI, quien se la pasó abrazando a todos; o con la del senador Higinio Martínez, que sigue controlando a Morena en el Edoméx.

El mismo Del Mazo era parte de esa decoración política llevada al absurdo del gran formato. A él le asignaron el lugar de honor, antes de que subiera al estrado, junto a su esposa, Fernanda Castillo Cuevas, de quien pocos conocen su actividad pública porque es casi tan invisible como la de su esposo. Junto a ellos el áspero y rocoso secretario federal de Gobierno, Adán Augusto López, uno de los “corcholatos” o aspirantes presidenciales que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha destapado a dos años de los procesos electorales de 2024, trataba de sonreír de esa manera torcida que le ha dado fama de siniestro en el gabinete de López Obrador.

Esa era la fila de la nobleza, en donde también se sentaba Ricardo Sodi Cuéllar, presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México, y junto a él, ataviada con un abrigo rojo que la resaltaba enseguida en ese oscuro mar de trajeados, de elegantes de trajes sastre y diseños de marca, aplaudía la gobernadora de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, una corcholata más que le pelea a Adán Augusto el favor presidencial de la candidatura.

Pero ellos, aunque determinantes en la vida política del país por razones que todavía nadie alcanza a comprender, no se robaron la mañana. Tampoco fue el preciso traje negro de la Primera Dama, cuya palidez resaltaba su outfit, sobrio que le encajaba como un guante a la medida.

Fueron otros dos momentos los que deben rescatarse. Del Mazo, ocupado como estaba, apenas los alcanzó a vislumbrar pero seguramente estaba enterado de que así sucederían. El primero se trataba de la foto grupal que se tomaron morenistas y priistas, que abrazados en alguna parte del patio de palacio, posaron para los fotógrafos. Maurilio Hernández, diputado local morenista; Alejandra del Moral, quien probablemente será abanderada por el PRI para competir por la gubernatura; el senador morenista Higinio Martínez, controlador del partido de AMLO en el Estado de México y el senador Jesús Monreal, a quien se le ubica como el hijo desobediente del presidente de México y aspirante a sucederlo. A ellos se unió Elías Rescala, coordinador de los diputados priistas en el Edoméx. Divulgada por el periodista local Alam Chávez en redes sociales, de inmediato fue calificada como “la foto de la traición”, aunque todavía su propia abstracción política no permite distinguir quién traicionará a quién.

Y el otro momento es el abandono del recinto del aspirante panista al gobierno mexiquense, Enrique del Villar, casi a medio informe. Dijo que iba a una reunión de su partido y sin más, si voltear siquiera, salió por una de las puertas.

El Quinto Informe de Del Mazo cumplía ya como el foro ideal para lanzar mensajes. El año que viene el primo de Peña será sustituido y lo más probable es que Delfina Gómez sea la nueva gobernadora, a no ser que se logre establecer una alianza entre panistas, priistas y perredistas, que por lo menos cerraría esa contienda que hasta hoy aventaja de manera contundente la ex alcaldesa de Texcoco y delfín de AMLO desde hace mucho.

El de Del Mazo fue en realidad un video-informe, un documental muy bien realizado que mostró a los invitados -todos políticos o funcionarios con gafete, nadie que perteneciera a la sociedad civil de a pie- la idealización que un hombre y el grupo al que pertenece ha hecho de la región que gobiernan. No es que él ni su grupo crean que lo que dicen sea cierto o totalmente cierto. Es el discurso que da forma a una estructura piramidal sostenida por una base de millones de trabajadores en los que se ceba la desigualdad, la pobreza, el abuso, la ingenuidad, la explotación y una resignada perseverancia que los obliga a seguir viviendo en las mismas condiciones, a aguantar, a no decir nada, a no organizarse ni pelear por los derechos simulados y arrebatados. A no decir nada si son priistas. A no decir nada sin son morenistas quienes oprimen. Porque en política y en eso de explotar, todos resultan iguales.

Del Mazo, alto y blanquísimo, del color de la cera, es un gran lector de discursos y lo que hoy leyó lo hizo casi sin contratiempos. Pronunció correctamente hasta el nombre de las empresas extranjeras que han invertido para construir plantas o levantado algún tipo de negocio en la entidad. Mientras lo hacía, los videos mostraban extensos campos verdes, invernaderos, cultivos aguacateros, bodegas interminables, campesinos satisfechos y obreros felices. El discurso, en tiempos de facebook, no significa nada porque lo que quiere decir no está en las redes sociales, sino en el contraste de la realidad, que puede verse en las calles y los campos.

Desde el inicio de su mandato a Del Mazo le fue mal porque intentó gobernar como lo hicieron todos sus antecesores. Apenas llevaba un año al frente cuando en 2019 López Obrador nombró como superdelegada federal a Delfina Gómez, quien por lo menos echaría un ojo a los recursos federales que llegaban al Estado de México. Por eso, este Quinto Informe será el último de Del Mazo que transcurra con cierta tranquilidad, aunque una manifestación apenas perceptible de pobladores provenientes de Huixquilucan se plantó a una cuadra del Teatro Morelos para exigir un cumplimiento de laudos. Allá, de Huixquilucan, Del Mazo fue alcalde.


El siguiente, el Sexto, será leído en condiciones muy distintas porque ya habrá un nuevo mandatario. Sin embargo, el año que entra los horrores que azotan la entidad serán los mismos: la inseguridad, los feminicidios, las desapariciones, los delitos de alto impacto, la enorme desigualdad que se ve, se palpa y se sufre de múltiples maneras.

Que Del Mazo dijera que el 22 por ciento del empleo que se generó después de la pandemia del coronavirus está en el Edoméx llenará de amargura a más de uno que no encuentra trabajo, o que no ha podido cobrar sus servicios. Deberá tragarse que la realidad de Del Mazo señala que se recuperan todos los empleos formales y que la entidad es la generadora de más ocupación pagada para las mujeres. Diez mil emprendedores beneficiados con capacitación. Setenta mil acreedores a microcréditos. Una inversión por 199 mil millones de pesos. Una plaza central nueva en la capital del Edoméx y las calles que la rodean pavimentadas para que nadie sea afectado por la epidemia de baches.

Que Amazon, Bayern, Fed- Ex, Coca-Cola, Mercado Libre y Sanofi hayan invertido no quiere decir que la derrama llegue a todos. Que las inversiones de Vitro lleguen a mil 700 millones de pesos solamente significa mayor desigualdad y que el sector automotriz, del papel y de la salud metiera otros mil 250 millones de pesos sólo hará ganar a los inversionistas, a las empresas.

“Unilever, Henkel, Walmart y Procter. Muchas gracias por genera empleos”, dijo Del Mazo, ante de medio meterse al tema de la seguridad, en el que destacó “la valentía y lealtad de las fuerzas de seguridad que permitieron avanzar para llevar tranquilidad a familias mexiquenses. Se incrementó en 35 por ciento el presupuesto de seguridad para renovar instituciones y tener una policía digna, equipada”, dijo.

Luego reconoció la labor del ejército, la Marina, de la Guardia Nacional, de la Fiscalía y de otras entelequias que al menos en tierras mexiquenses se han convertido en protectores de cárteles que libran sus propis batallas por el control de plazas.

Para las mujeres también se hizo algo: 14 mil millones de pesos para apoyar a quienes sufren de violencia y para garantizar el acceso a salud, educación y para enfrentar discriminación y violencia. Incluso hay un proyecto denominado Ciudad de Mujeres que incorporará una serie de edificios que tratarán diversos temas en un solo lugar. Habrá tres complejos, uno La Paz, otro en San Mateo Atenco y uno más en Amecameca.

A Del Mazo no se le puede decir que no intentó, por lo menos unos meses, emular a su primo Enrique Peña, a su tío Arturo Montiel, a su padre, Alfredo del Mazo González, o a su abuelo, Alfredo del Mazo Vélez. Para el actual gobernador los tiempos no fueron propicios y los vientos del cambio soplan ya en el Estado de México, como puede observarse en la desbandada de priistas de todos los niveles que ya comenzaron a tocar las puertas de Morena, previendo un desastre irreversible.

Si el gobernador afirma que su entidad es un ejemplo, también se encuentra la orilla del otro lado: se trata del segundo lugar en homicidios, del primer lugar en feminicidios y 26 de los 125 municipios del Edoméx aparecen en la lista de los 100 más feminicidas, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional, que precisa que este delito aumentó en 9 por ciento. Hay 84 asesinatos por razones de género. Hay 28 asesinatos en Toluca en ese año y mil 289 en la entidad. Y esto es apenas una pequeña parte de las estadísticas que más laceran.

A Del Mazo le espera una propuesta para ser candidato por el PRI a la presidencia, pero también otra para que se vaya a atender una embajada y una más para que se dedique a asuntos particulares.

Como despedida, el Quinto Informe de Gobierno ha quedado a deber de todas maneras. Como documento oficial, apenas dio forma al traje más desastrado que le ha tocado vestir a Del Mazo. En un año, la historia será otra, aunque lo terrible será que cambiará para seguir igual.

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