Elpidio Hernández Villanueva
Imagen: Karen Colín.
Toluca, México; 7 de abril de 2019. El proceso de adopción se ha convertido en una de las alternativas más recurrentes de las parejas que quieren un niño y por diferentes motivos no han podido hacerlo. Sin embargo, las largas jornadas de espera, los numerosos trámites y las rigurosas investigaciones que se deben atender para adoptar a un menor hacen que muchos desistan.
En el Estado de México, de 2010 a 2018, sólo 17 por ciento de las solicitudes de adopción que recibió el DIF estatal culminaron con un menor integrado a un hogar, según cifras de esa dependencia obtenidas mediante datos de transparencia.
En ese lapso, el DIF mexiquense recibió 2 mil 602 solicitudes, pero sólo 439 menores fueron entregados a una pareja. El documento detalla que en 19 años -de 1999 a 2018- mil 74 menores que estaban en el DIF mexiquense fueron dados en adopción, y 2014 el año con más casos al haber sido 134 los menores con nueva familia; mientras que el año con menos casos fue 2016, con 14 menores insertados a un hogar.
El documento también expone que de los mil 74 menores dados en adopción, 61 se entregaron a parejas que viven en el extranjero y el resto, mil 13, a parejas del Edoméx, CDMX y Jalisco, principalmente. Los mil 74 menores adoptados entre 1999 y 2018 eran en su totalidad del Estado de México.
Uno de los principales obstáculos para que una pareja pudiera adoptar un menor en el DIF mexiquense eran las largas jornadas de espera, pues hasta julio pasado el tiempo de espera era de 36 meses, pero una reforma impulsada por el gobernador Alfredo del Mazo y avalada por el Congreso local redujo el tiempo de espera a sólo 8 meses.
En la página del DIF mexiquense los trámites parecen sencillos, pues sólo se necesita tener más de diez años que el adoptado, tener medios para proveer los alimentos, que la adopción sea benéfica para la persona que se pretende adoptar y que el adoptante sea persona capaz de conformidad con el certificado de idoneidad expedido por el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia del Estado de México, con base en los estudios médicos, psicológicos, socioeconómicos y de trabajo social. Sin embargo, los trámites se complican con las valoraciones y estudios bio-psicosociales, requisitos indispensables.