Toluca, México; 21 de mayo de 2024
Ramsés Mercado: imágenes. Marco Antonio Rodríguez: texto
La presentación de Gálvez resaltó puso en evidencia las tensiones que han generado una política sin valores ni memoria. El escenario estaba para que todo sucediera y así fue, no en cuestiones políticas sino en el sentido de la pista de circo en que cada uno de los tres aspirantes ha convertido su propia campaña.
Doce horas antes había participado en el tercer y último debate presidencial, y respaldada un poder político creciente pero que no le alcanzará, Xóchitl Gálvez, candidata a la presidencia de la república por la coalición “Fuerza y Corazón por México”, integrada por PRI, PAN y PRD, llevó su campaña a la Plaza de los Mártires, en Toluca. Eran las cinco de la tarde cuando la ex senadora se dirigió a una multitud de simpatizantes y figuras políticas de localidad.
En su discurso, enfatizó las tres piedras angulares de su campaña: vida, verdad y libertad, que reflejan la intención de conectar con el electorado. Su promesa de revitalizar el tejido social y político de México resuena especialmente en un estado con 12 millones de votantes y que por sí solo define una parte de las elecciones nacionales.
La presentación de Gálvez resaltó puso en evidencia las tensiones que han generado una política sin valores ni memoria. El escenario estaba para que todo sucediera y así fue, no en cuestiones políticas sino en el sentido de la pista de circo en que cada uno de los tres aspirantes ha convertido su propia campaña.
A la candidata priista Melissa Vargas le tocó ser el soporte de Xóchitl en la tierra del chorizo y como en un acto coreográfico debía saber cuándo estar al lado de la presidenciable o qué momento retirarse. Vargas busca la alcaldía de Toluca y los fundadores de Morena en la ciudad dicen que el PRI ganará el municipio porque Ricardo Moreno, el candidato de la izquierda no es popular ni simpático, y se le asocia con el ex alcalde panista Juan Rodolfo Sánchez, uno de los peores ediles de la historia.
Entre los asistentes se encontraban figuras como Arturo Montiel y César Camacho Quiroz, ex gobernadores priista del Estado de México que nunca pensaron estar aplaudiendo en un mitin panista. También se dieron una vuelta Ana Lilia Herrera Anzaldo, Ángel Ávila y Cristina Ruiz. El respaldo trata de presentar un frente unido en una elección que se perfila casi perdida, de acuerdo con especialistas y las siempre muy sospechosas encuestas de preferencias.
