Alma Bernal: texto. Karen Colín: diseño.
Toluca, México; 20 de noviembre de 2022
La leyenda de la Llorona habla de una mujer que anda por las calles o campos en busca de sus hijos. Muchos dicen que se aparece en lugares por donde alguna vez estuvo un río, vestida de blanco, con un velo del mismo color o sin él. Otros aseguran que sólo se puede ver su silueta y que es un ente que flota. Sin embargo, en lo único que coinciden las múltiples versiones que existen al respecto es que siempre se escucha un grito que retumba: “¡Ay, mis hijos!”.
Como dijimos anteriormente, versiones de la leyenda de la Llorona abundan: una es la colonial, basada en las crónicas de Bernal Díaz del Castillo, quien participó en la conquista del Imperio Mexica. Cuenta que una mujer indígena era la amante de un conquistador español y, cuando ella le pidió formalizar la relación, él se negó rotundamente y la abandonó. La mujer no pudo superar la desilusión y cegada por el dolor y la locura, se dice, llevó a sus hijos hasta la orilla de un río y los apuñaló hasta dejarlos sin vida.
Por otra parte, en náhuatl, la leyenda de la Llorona se conoce como “Chocacihuatl”. Dice que ésta representa a la madre que busca a sus hijos perdidos. Luego de la toma de Tenochtitlán por los españoles, el pueblo fue separado y repartido para servir a los españoles; de la separación de las madres indígenas de sus hijos, se dice, surge la leyenda de la Llorona, quienes se lamentan y siempre están en su búsqueda.
Una última versión se da en la época de la conquista y empezó a cobrar fuerza la historia de que la leyenda de la Llorona, en realidad hacía alusión a una indígena: la Malinche, quien se enamoró y tuvo un hijo con el conquistador Hernán Cortés, pero él, al regresar a España se llevó consigo al hijo de ambos, dejando a la Malinche sola, despreciada por su pueblo y en total agonía por perder a su hijo.
Cierta o no, la leyenda de la Llorona será una incógnita siempre. Pero por supuesto, al haber pasado de generación en generación, existe un lugar que dice albergar su sepultura: Dolores Hidalgo, Guanajuato. En el Rancho 7, situado en la carretera Dolores Hidalgo – San Luis de la Paz, está la que se dice es la tumba de la Llorona. Vecinos y habitantes del área dicen que escuchan lamentos constantes y que han ocurrido apariciones ultraterrenas. La leyenda de la Llorona, seguramente, continuará siendo parte de la identidad y el imaginario colectivo mexicano.
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