Alma Bernal
Toluca, México; 15 de enero de 2023
Los antiguos griegos explicaban algunos fenómenos de la naturaleza a través de las leyendas de la mitología griega. Perséfone, Deméter y Hades son los protagonistas de este cuento que se platica el día de hoy, sobre cómo surgieron las cuatro estaciones.
Deméter era la diosa de la tierra, de la agricultura y ella fue que decidió el paso de las estaciones. Basándose en el tiempo que pasaba con su querida hija Perséfone, la primera daba paso al verano, el verano al otoño y por último el invierno.
Hubo un tiempo en que todo el año era primavera; la diosa Deméter proporcionaba todo el año campos llenos de cultivos, flores en los jardines, árboles llenos de frutas y un sol radiante. Pero un buen día puso fin a aquella eterna primavera. Esto ocurrió cuando el dios de mundo subterráneo, Hades, raptó a su hija Perséfone y por eso Deméter enfureció.
El secuestro sucedió un día que Deméter caminaba tranquilamente por un bosque, cuando de repente escuchó un grito de su hija Perséfone. Deméter corrió a ayudarla, pero no le dio tiempo porque cuando llegó junto a ella, vio como Hades se la llevaba en su carro hacia su reino subterráneo, un lugar del que decían que no se podía salir jamás.
Deméter se enojó demasiado y pidió ayuda al resto de los dioses para sacar a su hija de ese lugar, pero todos le tenían mucho miedo a Hades como para pedirle explicaciones, por lo que Deméter reamente molesta les dijo: “pues si no me ayudan a recuperar a mi hija, verán lo que sucederá”.
Entonces cruzó los brazos y dejó de trabajar como diosa de la naturaleza. Los campos se secaron, las hojas de los árboles se cayeron, ya no había flores en los jardines y no dejó que pasara el sol.
Llamaron al dios del mundo subterráneo, Hades, para que saliera en su carro a la superficie y entre todos tuvieron una conversación. Los dioses, preocupados, le dijeron a Hades: “tienes que devolver a Perséfone, porque Deméter está muy triste y enojada y no quiere trabajar. La gente está pasando hambre y todos los campos se han secado”.
Hades mencionaba que Perséfone no iba a volver, ya que del mundo subterráneo sólo se puede salir con su permiso “y además vive feliz conmigo”.
La negociación parecía difícil, pero al final entre todos los dioses convencieron a Hades para que dejara salir a Perséfone durante al menos 6 meses al año. Ese tiempo podría pasarlo junto a su madre Deméter y luego volvería con él. Hades accedió y dejó salir a Perséfone.
La alegría de Deméter al volver a ver a su hija hizo que todo floreciera de nuevo, los árboles frutales, las verduras en las hueras, el trigo en los campos. Entonces llegó la primavera llenándose el mundo entero de color y alegría. La primavera dio paso al verano, cuando Deméter y Perséfone disfrutaban en la playa con el calor del sol.
Pero tras la primavera y el verano, que duraban 6 meses, Perséfone volvía al mundo subterráneo con Hades. Cada año, como habían concertado los dioses con Hades, Deméter se ponía tan triste que las hojas de los árboles se caían, dando paso al otoño. Y cuanto más tiempo pasaba sin su hija, Deméter se ponía a tiritar de frío y así llegaba el invierno. Pero la vida es un ciclo, finalmente, y el verano siempre volvía, y eso ha sucedido así hasta nuestros días.
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