Miguel Alvarado: texto. Ramsés Mercado: imagen e información. Brenda Cano: diseño.
Toluca, México; 19 de junio de 2022.
Si algo le apasiona al General son los autos. Pero si algo lo ha enamorado son los Mustang, las máquinas clásicas de la marca Ford que con el tiempo se convirtieron en clásicos.
Se llama Raúl Orozco Olimón y vive en Toluca, aunque nació en la Ciudad de México. En el mundo de los autos es una autoridad y desde niño sintió una atracción inusual por los automóviles. Dice, en una entrevista realizada por el reportero local Guillermo Garduño, que en 1954 llegada de la Carrera Panamericana a Toluca lo marcaría para siempre. Para celebrar el catorceavo aniversario de su club, Orozco y sus amigos han organizado una exhibición de Mustang, en la ciudad. Se trata de unos 200 autos estacionados a lo largo de la avenida Villada, que atraviesa el centro de Toluca en una parte.
“Esta es una calle emblemática de la ciudad, una calle con historia, dado que aquí, hace más de 60 años, se celebraba una carrera que se llamaba Circuito Colón. Era un circuito callejero sobre esta calle, que involucraba las calles de Francisco Murguía, Juárez y lo que ahora es Tollocan”, recuerda hoy el General, mientras pasea su vista por los autos estacionados en la avenida.
Ellos consideran que el popular monumento conocido como el Águila, que se encuentra en el cruce de Villada y Venustiano Carranza es emblemático para la historia de la ciudad porque se trata de un punto de reunión para estudiantes, motociclistas, organizaciones que marchan para protestar y clubes de automovilismo como el que el General encabeza. Entonces reflexión a sobre la importancia que tiene un auto tan conocido y codiciado como lo ha sido el Mustang en el mundo.
Él, más joven, construía sus propias réplicas de autos emblemáticos que luego vendía a sus conocidos. A los 18 años ya encabezaba un negocio de ropa en el centro de la ciudad y por eso pudo comprarse su primer auto. Así comenzó también a comprarlos y venderlos.
Sin embargo, dice la crónica del reportero Guillermo Garduño, que pudo formar el Club del Mustang, con el cual participaría en festivales y paradas cívicas de la ciudad. En 2008 se separó de este primer club para fundar otro, Los Amigos del Mustang, con el cual participaba en proyectos comunitarios de ayuda. Hoy, la convocatoria para exhibir los Mustang atrajo a personas de Michoacán, Guadalajara, la Ciudad de México y del Estado de México.
“La satisfacción es esa: que la gente venga y le tome una foto a tu coche, que le diga a su papá que tal o cual modelo lo recuerda porque lo tuvieron o lo tienen. Se trata de un recorrido en el tiempo, en un espacio muy corto. Nuestro club tiene unos 20 integrantes y tenemos unos 32 automóviles.
-¿Cuál sería uno de los modelos más representativos para usted?
-El Mustang 66 Fast Back, le llaman. Es un coche emblemático. Imagínate lo que significa este paso por el tiempo viendo los automóviles Me ha tocado ver el nacimiento del Mustang en 1965 y tuve la fortuna de vivir sus 50 años. Fui presidente de la organización Autos Antiguos y Clásicos de la capital mexiquense, cuyos autos tienen, a lo mejor, otro significado, pero también comparten una historia.