26 enero, 2025

Colaboradores VcV

Colaboradores VcV

Dr. Jesús Wilfrido.

Aquí se analizará la noción de ensayo y el sentido de la libertad que propuso el escritor mexicano Jaime Torres Bodet al interior de un texto titulado El escritor en su libertad. Pero, primero, debe entenderse lo siguiente: “El ensayo es la didáctica hecha literatura, es un género que […] reemplaza la sistematización científica por una ordenación estética […] Según entiendo [esto] hace del ensayo una disertación amena […]” (Gómez de Baquero, 1924: 140-141). Con el ensayo: “La totalidad [de cualquier tema] no importa. Se intenta únicamente dar un corte, uno sólo, lo más profundo posible, y absorber con intensidad la savia que nos proporcione” (Gómez-Martínez, 1992: 6).

Al inicio de su texto, Jaime Torres Bodet señala varios fenómenos políticos y socioculturales que develan un mal hondo, concretamente: “[…] la falta de verdadera confianza en la libertad” (Torres, 1994: 388). Subrayando además que ante tantas desigualdades y antagonismos: “El amor de la libertad sigue siendo nuestro baluarte más resistente” (Torres, 1994: 388). Él asegura: “Sin ella no existirían ni arte ni ciencia que honrasen la dignidad del linaje humano” (Torres, 1994: 388).

Por afianzar o por erigir la libertad, novelistas como Stendhal, Galdós y Dostoievski cultivaron las letras. Otros escritores como Tácito, Séneca, Cervantes, Pascal o Shakespeare; también lo hicieron, pero en condiciones de mayor represión. Y “[…] no han sido pocos, desventuradamente, los literatos que debieron pagar, en la cárcel o el ostracismo, el precio de la independencia de su pluma […]” (Torres, 1994: 390).

Si Jaime Torres Bodet menciona a esos autores es porque pretende hacer una pesquisa global sobre las condiciones en que los escritores afamados produjeron sus obras representativas, ya que muchos vivieron sin completa libertad exterior. Así revela la verdadera pretensión del ensayo: “[…] he venido a tratar de entender con vosotros por qué motivos la libertad […] es necesaria a los escritores y por qué causas la colaboración de los escritores no es indiferente a la promoción de la libertad” (Torres, 1994: 389). La libertad, a grandes rasgos: “[…]  les hace sentir, con agudeza extraordinaria, la responsabilidad de la inteligencia […]” (Torres, 1994: 390).

Por eso todo escritor debe preferir lo suyo, pues, si se vende o se margina, estaría: “[…] en la imposibilidad de cumplir su deber primero: el de ejercer esa libertad interior para preferir las técnicas y las formas que hacen plausible su estilo” (Torres, 1994: 391). Obviamente, el escritor es un artista que utiliza las palabras como instrumento y como fin, y las mismas palabras -por su trascendencia social- lo comprometen. Ellas declaran su aptitud o ineptitud y también nos revelan su posición ético-moral frente a la existencia. Hay que trabajar duro con nuestra calidad humana: “[porque] en el mundo del arte, no hay libertad exterior sin rigor interno […]” (Torres, 1994: 393).

Para llevarnos a una segunda fase del ensayo -quizá la más imprescindible- Jaime Torres Bodet expresa: “He hablado de los obstáculos técnicos, que el artista mismo debe libremente forjarse. [Pero] ¿Y los otros –los morales-, cómo desentendernos de ellos?” (Torres, 1994, 394).

Si existe algo cardinal en la comunicación literaria, eso es el contenido del mensaje. Se puede entender fácilmente que el peligro de viciar la escritura es tentador y frecuente, ya sea por el aspecto económico o la fama, pero: “[…] una literatura sin coherencia ética y sin fe en la dignidad humana desaparece […]” (Torres, 1994: 394). No se debe prostituir la literatura ni ensalzar la bajeza del hombre, y mucho menos tolerar la facilidad, porque “[…] quienes exaltan la extrema facilidad –en la literatura y en la vida- no aman realmente la libertad” (Torres, 1994, 394). Esto es una verdad que resulta incómoda para casi el 90% de los escritores actuales.

En otro fragmento del ensayo, Jaime Torres Bodet debate sobre la función del escritor, señalando que la sociedad prefiere la del científico y suele ver lo hecho por los literatos como un lujo inútil. Y para defender la función de esos escritores argumenta que sin ellos: “[…] el simple uso mecánico de los descubrimientos científicos nos conduciría a una lamentable escisión. Se destruiría en el hombre, tarde o temprano, esa unidad interior” (Torres, 1994: 394).

Más tarde cita al escritor Antonio Caso para explicar la fusión de la ciencia y el arte: “[…] las dos causas se suman en un resultado nuevo y magnífico […] La intuición poética o creación artística es la resultante de dos direcciones no ciertamente excluyentes, pero sí opuestas […]” (Torres, 1994: 395). Y completa su idea manifestando que cuando: “[…] un hombre de ciencia se ve requerido por una verdad a punto de madurez, siente el deber de denominarla, y entonces hace obra de poeta, así como el poeta hace obra de indagación científica cuando añade al mundo exterior esa realidad precisa e intemporal […]” (Torres, 1994: 395-396). De tal manera:

[…] la humanidad se detiene frente a un espectáculo novedoso de la ciencia y el pensamiento […]. Lo entiende, incluso, si lo analiza. Pero no lo siente aún moralmente suyo. Le hace falta una labor de acomodación y de adaptación que el artista un día realizará […] para el beneficio de todos […] (Torres, 1994: 396).

Después agrega: “[…] importa mucho al equilibrio de la civilización que el diálogo entre la ciencia y el arte no se interrumpa […]” (Torres, 1994: 397). Porque una interrupción así sería una amenaza para la libertad. No podemos omitir esta extensión del asunto humano. Sería deshonroso deplorarla, puesto que está pidiendo a los escritores una nueva y fecunda aptitud de síntesis.

A esa altura del ensayo Jaime Torres Bodet comunica que los escritores ayudan a la libertad cuando asumen y cumplen su responsabilidad con la expresión. Es decir, pide usar la palabra exacta, la justa; porque se debe: “Disminuir el dominio de lo inefable: esa es la misión esencial de los escritores, en la lid […] contra la oscuridad que aún aflige al mundo […]” (Torres, 1994: 399). Los segmentos históricos donde el espíritu decayó y se dejó vencer por el artificio, corresponden a momentos humanos donde volvió a crecer lo inefable. O bien, cuando se redujo la zona de lo expresado. Y si algo en este mundo nos ayuda, es la comprensión de las cosas para definirlas con la palabra y librarnos así de cualquier obstáculo físico o intangible. La ciencia y el arte son cómplices que bien organizados servirán mejor a los humanos, siempre y cuando estos conocimientos estén unidos bajo el conjuro de la belleza y predispuestos a la verdad.

La noción de ensayo y el sentido de libertad, propuestos por Jaime Torres Bodet, triunfan sobre lo simple y lo vil; pues siempre privilegiaron la calidad y la dignidad humanas. Esa fue la contribución de tantos escritores: acabar con lo inefable, sin olvidar las implicaciones de ser libre.

Durante siglos, el hombre se ha enfrentado al peligro de no saber qué hacer con su libertad. Y tal parece que uno debe estar preparado para ella, porque si no, terminará perdiéndonos, como a muchos que vieron en lo vulgar y el lado oscuro: la verdad y la salida.

Jesús Wilfrido del Valle Pérez es Técnico en Computación (DGETI, 1998 – 2001), Licenciado en Letras (UAEMEX, 2008 – 2013), Maestro en Estudios Literarios (UAEMEX, 2015 – 2017) y Doctor en Educación (UA, 2018 – 2021). Como poeta incursiona en el ámbito de las letras desde hace 22 años. Ha publicado en revistas nacionales e internacionales (México, España, Argentina y Chile). Como investigador, sus trabajos abarcan las ciencias, las humanidades y las artes.

REFERENCIAS

Gómez-Martínez, J., (1992) Teoría del ensayo. Cuadernos de cuadernos.

Gómez de Baquero, E., (1924) El renacimiento en la novela del siglo XIX. Los ensayistas. La enseñanza de la Literatura. Madrid.

González Martínez, E., (1984) Tuércele el Cuello al Cisne. Prólogo y selección de Jaime Torres Bodet. México: FCE.

Pacheco, José Emilio y otros, (1976) Ensayos Contemporáneos sobre Jaime Torres Bodet. Compilación de Beth Miller. México: UNAM.

Torres Bodet, J., (1994) Obras Escogidas: Poesía/ Autobiografía/ Ensayo. México: FCE.

Cuéntaselo a todos

Noticias relacionadas

Suscríbete a nuestro boletín de noticias