Marco Antonio Rodríguez Soto
Toluca, México; 24 de septiembre de 2019. El Palacio de Gobierno, el búnker de la burocracia mexiquense, fue este martes el centro de reunión de cientos de actores de la política estatal y nacional que se dieron cita desde temprano para escuchar el mensaje relativo al Segundo Informe de Gobierno del tercero en la dinastía de los Del Mazo: Alfredo del Mazo Maza. Algunos por convicción y otros más por sentir la magia -dirán, dirán- de atestiguar el discurso delmacista y más tarde codearse con las personalidades ahí presentes, incluso fotografiarse en grupo para inmortalizar el momento.
Este día Toluca, la fría capital del Edoméx, se viste de azul marino y verde militar debido a los cientos de policías y soldados que custodian la periferia del Centro Histórico. Son elementos de seguridad de los tres niveles de gobierno y soldados; otros más de la Guardia Nacional. Sumados a ellos, camionetas y vehículos de colores oscuros detienen la circulación de la calle Santos Degollado, en donde descienden personajes que atraen los flashazos de la prensa local; algunos a su paso dejan en las narices olores a demasiado perfume y otros más calzan zapatos de charol, en el cual se refleja un asfalto limpio aunque fracturado.
El protocolo es criticado por los ciudadanos que rondan la zona; unos dicen que sólo entonces ven a los uniformados en las calles; otros más, entre risas eventualmente sarcásticas, aseguran que sí están y existen pero la diferencia es que hoy están despiertos.
Sí, puede ser.
A las puertas de palacio, más de una veintena de reporteros espera ingresar; no obstante, como es ya común, los guardias del lugar, atendiendo a la vieja usanza y sin considerar el tiempo de espera de quienes nos hacemos acompañar de una libreta, pluma y cámara réflex, deciden darle el paso a los representantes de las televisoras que acuden a registrar en video el discurso del priista. Los criterios para dicha determinación devienen de juicios que señalan que la televisión abierta y estatal tenían mucho mayor audiencia que el papel e incluso los portales digitales, pero los gustos y preferencias en este rubro han cambiado.
Adentro no se distingue a nadie de los personajes previamente fotografiados, y es que estamos en un patio que entre semana funge de pasillo para los trabajadores del megaedificio. La antesala está decorada con mesas repletas de cocacolas y galletas, también con café y otras cosas menos atractivas y sabrosas de las que uno puede disponer para animar al cuerpo.
En ese segundo filtro hay que esperar tres cuartos de hora para por fin ingresar al patio central, donde aquellos personajes registrados en la memoria SD de nuestras cámaras reaparecen.
Prensa e invitados toman su lugar. La algarabía inunda las voces de los locutores que recuerdan una y otra vez el motivo de la reunión, por si algún despistado se hubiese equivocado de evento y le estuvieran advirtiendo que todavía está a tiempo de abandonar el lugar; sin embargo, no pasan ni cinco minutos cuando tras la presentación marcial de los enunciadores, el gobernador Alfredo, el anfitrión del día, acapara las miradas del lugar.
Todos lo sostienen, le siguen el paso. Examinan su andar. Él se abre paso entre apretones de mano, felicitaciones y agradecimientos. Ahora viene la entonación de los himnos, que sirven de preludio para que Del Mazo Maza tome su lugar.
Y luego, entonces, silencio.
Su voz inunda cada rincón del espacio, aunque a veces suenan los teléfonos y las cámaras fotográficas.
Pues sí, Del Mazo pronuncia cifras alentadoras, ya después veremos que sean verdad:
-El 27 por ciento de los mexiquenses salieron de la pobreza extrema, dato que respalda el Coneval.
-Casi un millón 250 mil mexiquenses superaron la pobreza por ingreso, lo que vuelve al Edoméx la entidad del país con mayor disminución en este rubro.
-Cerca de 204 mil mujeres se han beneficiado con el Salario Rosa, programa cumbre de su gobierno y que fuera posible por destinar el 70 por ciento del gasto programable a inversión social.
-Inversión de más de 2 millones de pesos para equipamiento y mantenimiento de mil 100 escuelas y la construcción de mil 536 espacios educativos en 755 planteles, así como la ampliación de la Facultad de Artes, una preparatoria en Almoloya de Alquisiras y el plantel Acolman de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) para lo cual se destinaron 108 millones de pesos.
-180 millones de pesos para mejorar 24 espacios deportivos.
-7 millones de vacunas además de la rehabilitación a 221 centros de salud.
Las tantas cifras que pronuncia son imposibles de registrar, aunque hay otros mensajes, estos de carne y hueso que también se observan: Eruviel se perfila apenas lo suficiente para que le tomen una foto, pero también César Camacho o Arturo Montiel, todos ellos exgobernadores que acompañan al menor de los alfredos en esta fecha tan importante como obligada.
Qué arrugas las del señor Montiel y cuán calvo está Camacho, aunque el análisis de sus cuerpos se ve interrumpido por la sonrisa blanquísima de la diputada Ana Lilia Herrera, quien se hace acompañar de Juvenal Cruz Roa, otro veterano de las filas priistas. Ambos se codean y comparten chistes para aminorar el tedio innegable de un discurso tan largo como este día.
Descubrir y descifrar a los presentes es una tarea difícil si se considera que en su mayoría los presentes visten trajes negros con diminutos detalles en color rojo, ya una corbata o mascada según sea el caso; no obstante, entre por ahí se encuentra el rector de la UAEMéx, Alfredo Barrera Baca, quien mira al gobernador como proyectando un próximo discurso, quizá el que diga cuando tenga que defender su propuesta de reforma universitaria ante las constantes negativas de la Legislatura, en su mayoría morenista, y sus opositores de la Red Universitaria por la Transformación.
Delante suyo apenas se distinguen los rostros de la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien acude en representación del presidente López Obrador. También se encuentra Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno.
Muy cerca de Fernanda Castillo, esposa del gobernador, y vistiendo un traje en tonos azul, aparece el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México, Sergio Medina Peñaloza, y la lista de políticos es interminable: Enrique Ochoa, Carolina Monroy del Mazo –quien en apoyo a su primo gobernador luce un vestido color rojo-, Pepe Couttolenc, Apolinar Escobedo Idelfonso, Ernesto Némer, el alcalde de Toluca Juan Rodolfo Sánchez.
El acto fue respaldado no únicamente por la clase política sino también por personas del clérigo y músicos, como el director de la OSEM, Rodrigo Macías González y el guitarrista y profesor del COMEM, Javier Hernández Tagle.
Pero ya, ya casi.
Luego de más de una hora y media de discurso y con intermitentes interrupciones para tomar agua y refrescar la garganta, Del Mazo agradece a los asistentes, quienes apenas hubo bajado del estrado lo rodearon e inmediatamente lo envolvieron con sus celulares, ansiosos de un retrato.
Afuera, sobra decirlo, hay otra realidad: los de a pie menean sus cabezas al pasar por el lugar. Van trazando una negativa eterna que los gobernantes, desde sus camionetas con vidrios polarizados, jamás podrán comprender. Los próceres se van, el centro se descongestiona y los uniformados de azul y verde desaparecen. Todo vuelve a ser como era, como es, como nunca ha dejado de ser.