Brenda Cano: imágenes y diseño. Miguel Alvarado: texto
Toluca, México; 9 de enero de 2023
En 2012 Enrique Peña prometió un parque ecológico para Atlacomulco, en el Estado de México. El priista ganó las elecciones presidenciales y la promesa de la obra tomó forma. Además, se le añadió una unidad deportiva, todo lo cual sería comenzado en 2015 y entregado un año después. Se involucró al gobierno del Estado de México en esa construcción y se autorizaron 500 millones de pesos.
La constructora contratada fue Launak, con cuyas dueñas, Barbra Kferman y Magdalena Alonso, el entonces gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, tiene relaciones personales. La empresa comenzó la obra, basada en un diseño del despacho de Iñaki Echevarría, un arquitecto que realiza grandes obras públicas. Pero un año después, la encomienda no estaba terminada. Así, la fecha de entrega se fue posponiendo hasta llegar al 2023, cuando a la comunidad de Atlacomulco se le informó que sería el 6 de enero cuando el parque abriría. La fecha llegó y el parque no abrió.
Tres días después, el parque estaba cerrado pero también deteriorado porque en realidad está abandonado.
Este parque es parte de un paquete de promesas incumplidas del gobierno federal del Enrique Peña que en su página web, epn.mx, aparecen como terminadas e incluso con el número de personas a las que se les ha beneficiado. De los 266 compromisos, 257 aparecen como cumplidos, hay 8 cancelados y uno suspendido.
Entre estos últimos 8 hay uno en el Estado de México, el cual se refiere a la construcción de un tanque de almacenamiento de agua, en Amecameca, suspendida el 25 de abril de 2016, “derivado de la problemática sociopolítica encabezada por un grupo opositor al proyecto, argumentando que se llevarían el agua fuera de Amecameca, posteriormente la CONAGUA solicitó su cancelación mediante oficio número B00-136”, dice el propio Peña en su explicación.
En aquella región de Atlacomulco, otra construcción a medias es el centro de salud para la comunidad de Santiago Acutzilapan, cuyo costo es de casi 15 millones de pesos. Su edificación inició en 2013 y desde entonces se encuentra en obra negra, pues la empresa que lo levanta, SICARSA, alega que los ejidatarios no dejaron terminarla. Aunque después ese conflicto fue resuelto, la terminación del hospital no.