Toluca, México; 30 de julio de 2018. En casas de empeño de Toluca, incluido el Nacional Monte de Piedad, se desarrolla un lucrativo negocio en torno a las joyas y ornamentos de oro y plata, pues alrededor de las vitrinas que los exhiben, comerciantes de estos artículos se arrebatan las ofertas de salida, ayudados o informados por empleados de los establecimientos. Relojes -excepto los de la marca Nivada- aretes, diademas, anillos, plumas de marca y otros forman parte de un catálogo que paga, en muchos casos, apenas entre el 30 y 60 por ciento del valor real que tiene el objeto empeñado, dependiendo de la casa de empeño de la que se trate.
En Toluca los habitantes perciben que su ciudad es altamente peligrosa para vivir, según la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana, lo cual es cierto. ¿Pero qué se hace para deshacerse de lo robado? ¿Quiénes las compran?
Según el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública, el 70 por ciento de los objetos robados en el Estado de México son comprados por casas de empeño, las cuales no tienen ningún control acerca de pignorantes, mercancías o clientes. La mayor parte de los objetos empeñados son joyas y aparatos electrónicos, así como teléfonos celulares, estos últimos por decreto no pueden venderse en tianguis o mercados y su robo alcanza penas de hasta seis años.
Hace cuatro años se inició una batalla contra las casas de empeño cuando se tuvo la certeza de que el 70 por ciento de lo robado a casas-habitación se comercializa en esos lugares. La Ley de Fomento y Competitividad Económica de la entidad señala que si alguien lleva más de tres objetos o va más de tres veces, se debe reportar, pero esos reportes no existen o si los hacían se mandaban a un correo que hace años nadie lo veía.
Se formó una mesa de trabajo entre la Secretaría de Finanzas, la Profeco y la Fiscalía y se llegó al acuerdo de obligar a cumplir la ley. Se descubrieron casas de empeño sin licencia y se cerraron, además se comenzaron a revisar los reportes acerca de los usuarios.
Y es que el mayor problema, señala el Consejo de Seguridad Pública, es la impunidad.
Según el Secretariado del Sistema Ejecutivo de Seguridad Nacional, el delito número uno es el de robo a transeúntes, y de ese delito el 90 por ciento se ejecuta con violencia. El 60 por ciento del robo con violencia a peatones es de celulares. El delito número dos es robo en transporte público, y de esa acción se desprende que el 90 por ciento de los robos es de celulares. En lo que va del año, se reportaron 4 mil 844 robos de celulares en el Estado de México, lo que representa apenas entre el 2 y 4 por ciento de los casos.
Se ha tratado de implementar una regularización en las casas de empeño respecto de los objetos que ahí se depositan, partiendo del principio de la disposición normativa correspondiente, que exige un respaldo o un informe por parte de las casas de empeño, dirigido al gobierno, informando sobre el tipo de objetos que se están empeñando.
Pero no es tan fácil. No se ha encontrado un programa informático adecuado y la Fiscalía, hasta el año 2018, no tenía presupuesto para tal software.
El robo a celulares es el más practicado. En ciudades como la capital del país, a principios de año se disparó en 56.7 por ciento, de acuerdo con la plataforma de datos abiertos de la Agencia Digital de Innovación Pública de la CDMX, lo que significan 21 mil 950 casos denunciados, de los cuales el 60 por ciento ocurrieron con violencia. En el Estado de México, los municipios con más casos de este tipo eran, hasta 2017, Neza y Ecatepec, de acuerdo con cifras del INEGI. Las denuncias por este robo se incrementaron en 86 por ciento, desde 2015, pero en la entidad representa apenas el 7.2 de los casos sucedidos. Naucalpan, Tlalnepantla, Atizapán, Neza, Ecatepec y Toluca son los municipios más afectados por este fenómeno.